Educación Liberal, Enseñanza-aprendizaje
Enviado por Merlesiles • 7 de Junio de 2013 • 6.903 Palabras (28 Páginas) • 448 Visitas
INTRODUCCCIÓN
La enseñanza y aprendizaje forman parte de un único proceso que tiene como fin la formación del estudiante.
La referencia etimológica del término enseñar puede servir de apoyo inicial: enseñar es señalar algo a alguien. No es enseñar cualquier cosa; es mostrar lo que se desconoce.
Esto implica que hay un sujeto que conoce (el que puede enseñar), y otro que desconoce (el que puede aprender). El que puede enseñar, quiere enseñar y sabe enseñar (el profesor); El que puede aprender quiere y sabe aprender (el alumno). Ha de existir pues una disposición por parte de alumno y profesor.
La educación liberal
Los defensores de la educación liberal se remontan al siglo XIX cuando John Henry Newman publica su libro Idea de la Universidad, un clásico para cualquier estudioso de la educación superior, Newman distinguía entre dos clases de conocimiento: el que conducía a resultados prácticos y tangibles como la construcción de una casa o de una máquina, y aquel que se justificaba por sí mismo, cuyo fin era el conocimiento por el placer del conocimiento mismo o, como lo enfatizaba Newman “sólo el conocimiento liberal se basa en su propio propósito y, por lo tanto, es independiente de sus consecuencias.” Esta línea de pensamiento supone que una mente cultivada tiene la capacidad para argumentar en forma lógica, para practicar la inducción y la deducción, para distinguir entre las creencias y los razonamientos; para desarrollar criterios teóricos que permitan comparar entre posiciones y doctrinas contradictorias. En síntesis, hablamos de un hombre culto para quien el conocimiento no tiene por qué plasmarse necesariamente en la práctica, sino que se basta a sí mismo y toma placer en ello. Para Newman el conocimiento instrumental debía fundamentarse en el conocimiento liberal y, por lo tanto, lo instrumental debía estudiarse con posterioridad.
Esta concepción, al completarse con la tradición alemana de Wilhelm von Humboldt, conformó la vida universitaria europea desde mediados del siglo XIX hasta los años setenta del siglo pasado y sirvió de base a la universidad norteamericana desde finales del siglo XIX hasta los inicios de la segunda guerra mundial. Tanto en Europa como en Norteamérica, la idea liberal de los estudios universitarios se ha visto amenazada por la creciente especialización. Esto tiene, sin duda, un lado positivo: ha permitido vincular la educación superior con su entorno y en especial con el mundo laboral. Sin embargo, ha transformado el profesional universitario, con escasas excepciones, en un ser humano muy alejado de aquel hombre cultivado con quien soñaba Newman.
De allí que la idea de la educación liberal buscara renacer a través de cursos especiales, acordes a estos antiguos ideales. Surgen entonces, primero en Estados Unidos y posteriormente en la mayoría de los países europeos y en algunos países asiáticos, una diversidad de programas de estudios liberales. Por lo tanto, no es arriesgado afirmar que los estudios liberales son, fundamentalmente, una invención norteamericana. Su inicio se remonta al programa de “Los grandes libros” que inició la Universidad de
Columbia en los años veinte y se extendió en los años treinta a la Universidad de Chicago. Luego, a partir de 1945, proliferan estos programas en los Estados Unidos, tanto en las universidades de mayor prestigio, como en pequeños colleges dedicados exclusivamente a este tipo de estudios. En la mayoría de estas universidades, aún hoy, la educación liberal se concentra en un seminario central sobre “los grandes libros” que abarca desde los clásicos griegos y latinos, pasando por Dante, Cervantes, Montaige, Shakespeare y
Goethe, hasta la obra de los pensadores y científicos más influyentes de la modernidad como Newton, Darwin y Freud.
En Venezuela, los estudios liberales tienen una corta historia. Sólo existen dos programas de este tipo, la Licenciatura que ofrece la Universidad Metropolitana y el Certificado de Estudios Liberales que dicta la Fundación Valle de San Francisco junto con la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC). El objetivo fundamental de este Certificado es la de contribuir a la formación integral del individuo. La verdadera formación integral intenta lograr no sólo la adquisición de conocimiento en distintas disciplinas, sino que su objetivo básico es el desarrollo intelectual, ético, estético y crítico de la persona. Siguiendo la tradición del
Cardenal Newman, se intenta superar el marco puramente utilitario y profesional de la formación universitaria, fundiendo la reflexión humanística con la científica en áreas tan diversas como el arte y la literatura, la filosofía y la ética, los estudios de la tradición clásica y la moderna psicología arquetipal, los problemas de la historia y las ciencias sociales, y la neurociencia, la neurobiología junto a la psicología cognitiva y evolucionista. Todo esto se inscribe en la antiquísima búsqueda de las instituciones de educación superior por rescatar las mejores tradiciones del conocimiento universal, conciliando la diversidad de problemas y enfoques, con el tratamiento en profundidad de cada tema en particular. Así mismo, se procura un vínculo entre estas vastas referencias universales y el sesgo peculiar que toman al confrontarlos con nuestra experiencia histórica y nuestras realidades sociales.
Se trata en síntesis, de crear una comunidad de estudio que reflexione sobre los problemas del hombre, la naturaleza y la sociedad, sin ostentaciones artificiales, y con la humildad característica de quien sabe la provisionalidad del conocimiento humano y lo inconmesurable de su ignorancia. Se trata de propiciar la lectura y el estudio en una atmósfera de plena libertad intelectual y de franca discusión crítica donde pueda complementarse, consolidarse o reorientarse tanto la formación profesional como el desarrollo personal.
Referencia:
John Henry Newman. The Idea of a University. New Haven & London: Yale University Press, 1996.
De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación.
Jorge Luis Borges: El libro.
Es por esto que nuestra educación se llama “liberal”. Se forma aquí un hábito de la mente que dura a través
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