Educar. La educación es un proceso que se asimila al contexto sociocultural

                       EDUCAR

Esa palabra y sus múltiples variaciones nos acompañan desde bien temprano en nuestra concepción del mundo y del ser humano. Desde pequeños estamos sumergidos en una educación formal, institucionalizada. Pero, ¿solo existe ese tipo de educación? Genéticamente el hombre no llega a ser lo que es simplemente por dicha carga genética. Muchas son las diferencias fisiológicas y anatómicas con el resto de animales, cosa que nos lleva a una marcada distinción respecto a estos. La educación es un proceso que se asimila al contexto sociocultural y es un hecho que ocurre permanentemente por la condición y voluntad del hombre y de los pueblos de ser y hacerse, de dignificarse y construirse, de elevarse  y  transformarse;  siendo  así,  la  educación es  una  presencia  vital social que posibilita el perfeccionamiento, la superación y la plenitud.

Primeramente puedo decir que los humanos no nacemos educados, si no que tenemos que construirnos día a día; nacemos con la total capacidad de aprender a ser, a la comprensión del objeto y del sujeto, del aquí y ahora, permitiendo la narración y re narración de discursos y posibilitando saber el porqué de nuestros actos, compromiso con los otros, buscando la coherencia entre el decir y el hacer. a conocer, a convivir socialmente.

 Esta construcción que vamos realizando durante toda nuestra vida no es una tarea muy fácil, pero a ello encamina la verdadera educación la cual debe ser asumida tanto por alumnos como docentes, como inacabada, en constitución permanente. Los docentes particularmente, nos formamos para enseñar y a partir de allí estamos constituyéndonos permanentemente en el hecho educativo. (Maura Ramos, La filosofía en la formación de educadores, Pág. 4).

  Como Desde el sentido escolar, esa “verdadera educación”, Pero ese camino hacia la educación no se da solo en la escuela, si no que se da en diversos espacios, en todos los hogares, en todas las familias. Podemos confirmar que los adultos, tenemos una enorme responsabilidad a la hora de educar, ya que de todos nosotros depende que los niños se conviertan en personas adultas autónomas que colaboren en la construcción de una sociedad mejor. Como señala Maura Ramos, “La enseñanza es una actividad práctica y propiamente acción humana. […]Educar es estar con los otros, en un encuentro que compromete lo racional y lo emocional de cada uno”.

Entonces no necesitas ser docente para educar,  ya que siempre se dijo que los primeros “maestros” son nuestros padres, quienes llevan  a cabo la parte más dura de este trabajo y que consiste en acompañar y orientar a los niños en ese proceso de convertirse en ellos mismos.

La diferencia es que, nosotros los maestros como educadores profesionales, debemos tener claro los objetivos y fines que queremos que los niños consigan en nuestras prácticas, ya que como señala Maura Ramos, “no hay práctica docente sin enseñanza, ello organiza la escena en la que se vinculan los sujetos a través del conocimiento”.  Aunque también, mas allá de ello, debemos conocerlos como podamos, conocer sus valores, ilusiones, maneras de pensar, de ser, sus gustos, cultura.. en fin, su mundo. Digo conocerlos para educarlos en el sentido de saber más o menos quién es cada uno, en el sentido de prestarles la mayor atención para que no sean solo un apellido en mi lista de asistencias. No digo que no sea importante conocer  el contenido que se va a enseñar, pero también es importante y necesario conocer a quién se va a enseñar.

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