El Contrato Social Como Fundamento De La Moral
Enviado por Linislpez • 20 de Marzo de 2015 • 1.722 Palabras (7 Páginas) • 408 Visitas
El contrato social como fundamento de la moral
“Donde no ha existido un pacto, no se ha transferido ningún derecho, y todos los hombres tienen derecho a todas las cosas: por tanto, ninguna acción puede ser injusta. Pero cuando se ha hecho un pacto, romperlo es injusto.”
Thomas Hobbes- Leviatán
A lo largo de la historia ha sido evidente como los principales teóricos, filósofos y demás, basan y desarrollan sus teorías como respuesta al contexto sociopolítico en que se encuentran. Un claro ejemplo de esto es el filósofo inglés Thomas Hobbes (1588), el cual influido por el conflicto que se presentaba entre el rey Carlos I y el parlamento se vio obligado a exiliarse en París, debido al apoyo que este decidió darle al rey absolutista. A partir de esto, fue desarrollada su teoría contractualista, como explicación y justificación del Estado.
Una de sus obras más reconocidas ha sido el Leviatán (1651), la cual deriva su nombre de un monstruo marino del Antiguo Testamento, que comúnmente ha sido relacionado con Satanás, el cual fue creado por Dios, de la misma manera en que los hombres han creado al Estado, un Estado que en palabras de Hobbes es tan poderoso que "No hay poder sobre la Tierra que se le compare".
Durante este trabajo se desarrollarán las ideas expuestas en los capítulos XVII, XVIII y XXI, del libro mencionado anteriormente, el Leviatán.
Hobbes, busca en un primer momento explicar cómo se origina el Estado, sus características y funciones, para así determinar cada uno de los derechos que son entregados al soberano con el fin de preservar la sociedad civil y así mismo los derechos de cada uno de los súbditos, para en un tercer momento analizar el concepto de libertad y determinar el papel de ésta dentro de la sociedad civil.
Es así como se infiere que a partir de la constitución de la sociedad civil mediante el contrato social se dan las condiciones necesarias para que exista la moralidad, ya que lo que este conforme a la ley dictada por el soberano será correcto, mientras que lo que se aleja de ella será incorrecto.
Es sabido que, antes de la fundación del Estado, impera la ley natural del más fuerte, es decir que en ese estado de naturaleza, no se reconoce ni se respeta ningún derecho, ya que todos a su vez tienen el mismo derecho. Sin embargo, el hombre es movido por su instinto de conservación y su deseo por salir de ese estado guerra en el que al solo estar regidos por sus pasiones, dejan de lado las leyes de la naturaleza tales como la justicia, la equidad, la modestia, entre otras; primando así el miedo y la inestabilidad en la que la vida de cada persona está en constante riesgo1, es por eso que el hombre movido por el miedo y por la necesidad de salvaguardar su vida y establecer un orden seden incondicional e irrevocablemente sus derechos.
Es claro que Hobbes plantea la imposibilidad de que el hombre conviva pacíficamente sin la coordinación de un ente superior que límite el ejercicio de sus pasiones y libertades. Ahora bien, ¿Cómo es posible que ciertas especies cómo las abejas y las hormigas puedan convivir y subsistir sin necesidad de un ente superior que los regule?
Como repuesta a este interrogante Hobbes plantea que, en primer lugar los hombres constantemente están en busca de reconocimiento y éxito cosa que genera conflictos y envidia entre ellos; en segundo lugar, que entre estas especies el bien común no difiere del individual, en cambio en el hombre, quien se esmera por satisfacer sus necesidades particulares, no se encuentra atraído por la búsqueda del bien común; en tercer lugar, que la razón, a su vez, permite evidenciar a los hombres las falencias de la organización social y así mismo verse más capaces que otros para gobernar2; y por último que la “buena inteligencia de estas creaturas es natural, la de los hombres lo es solamente por pacto, es decir, de modo artificial. No es extraño, por consiguiente que (aparte del pacto) se requiera algo más que haga su convenio constante y obligatorio, éste algo es un poder común que nos mantenga a raya y dirija sus acciones hacia el beneficio colectivo”3.
Es así, como Hobbes afirma que la única manera de dejar atrás esa inseguridad propia del estado de naturaleza, es “conferir todo su poder y fortaleza a un hombre, todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus voluntades a una voluntad”4. Es decir que no es solo un consentimiento o acuerdo, es en palabras de Hobbes una unidad real, en donde el soberano representará la personalidad misma de cada integrante, y que cada uno considere como propio y se reconozca a sí mismo como autor de cualquier cosa que haga quien lo represente5.
El contrato social está sustentado en la voluntad que tiene cada uno de los individuos en la que se concede al soberano el derecho de gobernarlos sin tener la posibilidad de desobedecer o desaprobar sus mandatos. El poder soberano puede ser alcanzado por dos conductos, uno por la fuerza natural, o cuando los hombres se ponen de acuerdo entre sí, para someterse a algún
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