El Cristianismo Y La Edad Media
Enviado por MM.07 • 10 de Julio de 2013 • 1.149 Palabras (5 Páginas) • 3.186 Visitas
El Cristianismo y la Edad Media.
El cristianismo, es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías o Cristo profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
El cristianismo comenzó entre un pequeño número de judíos. En el libro de los Hechos de los Apóstoles 1:15 se mencionan cerca de 120. En el siglo III, el cristianismo creció hasta convertirse en la congregación dominante en el norte del mundo mediterráneo. También se extendió de forma importante al este y al sur del Mediterráneo. Esta sección examinará aquellos primeros 300 años.
La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta Biblia de Gutenberg y con el fin de la Guerra de los Cien Años.
En este sentido, se puede decir que la sublime doctrina religiosa y moral que nacida en Palestina se difundió en pocos siglos en gran parte del mundo civilizado, produjo una profunda transformación en la concepción del derecho y del Estado. Originalmente la doctrina cristiana no tuvo significado jurídico o político si no solo moral.
La doctrina cristiana alcanzo efectos e influencia notables sobre la política y sobre la jurisprudencia. Un primer efecto, de índole metodológica, es la aproximación del Derecho a la Teología. Puesto que un Dios personal gobierna el mundo, el Derecho se considera como fundado sobre la voluntad y sobre la sabiduría divina; del mismo modo el poder del Estado se considera derivado de Dios.
Otro efecto del cristianismo se dibuja en la nueva concepción del Estado con respecto a la iglesia. En la antigüedad clásica, sobre el individuo existía solo el Estado, como unidad perfecta y el individuo tenia la suprema misión de ser buen ciudadano de darse enteramente al Estado. Por el contrario con el cristianismo se propone otro fin al individuo: el fin religioso, ultraterreno. La meta última ya no es la vida civil si no la beatitud celeste; que se obtiene mediante la subordinación a los preceptos divinos interpretados por la iglesia.
En la Edad Media la iglesia se afirma en cambio como autoridad autónoma y tiende a colocarse por encima del Estado, porque mientras que este se ocupa de las cosas terrenas, la iglesia se ocupa de las eternas.
A lo largo de la Edad Media fueron elaborándose una serie de creencias oficiales que debían ser aceptadas por todos, y las autoridades religiosas, con el apoyo de las autoridades políticas, persiguieron a quienes pusiesen en duda estos puntos de vista.
Pero el cristianismo medieval no era unitario. En occidente el obispo de Roma, el papa, era la máxima autoridad, y, sin embargo, en la zona oriental se vivía un cristianismo diferente, que no lo reconocía como la cabeza única de la iglesia cristiana.
Durante la Edad Media se produjo la separación entre los católicos, seguidores del papa de Roma, y los ortodoxos, que decían seguir las formas más antiguas de cristianismo. Estas diferencias continúan en la actualidad.
La época medieval fue también el momento en que
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