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El Existencialismo Es Un Humanismo Paul Sartre


Enviado por   •  20 de Octubre de 2012  •  2.210 Palabras (9 Páginas)  •  833 Visitas

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Lo primero que plantea Sartre es el concepto de existencialismo definido como una doctrina que hace posible la vida humana y que declara que toda verdad y acción implica un medio y una subjetividad humana.

La mayoría de la gente, según dice este autor, utiliza la palabra existencialismo sin saber realmente lo que significa; tiene tantos significados y se usa para describir tantas cosas que realmente acaba por no significar nada. Parece ser que el existencialismo se está convirtiendo en una moda.

Posteriormente platea la existencia de dos escuelas existencialistas: la «católica» y la «atea» a la que él pertenece. Estas dos escuelas tienen en común la idea de que la existencia precede a la esencia. Esto significa que el hombre empieza por existir y que si no es definible es porque empieza por no ser nada, es decir, conforme va creciendo y adquiriendo conocimientos se va convirtiendo en ese algo que esta formando el mismo. Por eso el autor dice que el hombre es el único que no solo es tal como el se concibe, sino como el se quiere.

A saber: el existencialismo ateo saca las teorías necesarias para afirmar la inexistencia de Dios. Considera que afirmar la existencia de Dios es afirmar que Él es un ser en el cual la existencia precede a la esencia, y que en la consecuencia, si se afirmaba que Dios no existía, debe haber otro ser en el cual la existencia precede a la esencia, y este otro ser es el hombre, la realidad humana. De allí que afirma este autor… el hombre surge en el mundo y sólo después se define por sus actos. Así, el hombre no es otra cosa que lo que él hace por medio de sus actos, y éste es el primer principio del existencialismo, del cual se deducen todas sus demás posiciones.

El hombre es proyecto: lo primero que establece es que el hombre es un proyecto que vive subjetivamente, y que el hombre será, en consecuencia, lo que él mismo haya proyectado ser. En este sentido, el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su existencia. Lo cual no indica que sea responsable de su estricta individualidad, sino del ser de todos lo hombres, esto porque la palabra «subjetivismo» tiene dos sentidos: (1) Por un lado quiere decir elección del sujeto individual por sí mismo y (2) Por otro, indica la imposibilidad del hombre de sobrepasar la subjetividad de la humanidad.

De acuerdo al segundo significado, para los existencialistas, cada hombre se elige, pero al elegirse, elige también a todos los hombres, ya que al crear con nuestros actos al hombre que somos, subjetivamente creamos también una imagen del hombre tal como consideramos que debe ser.

Así, al elegir ser esto o aquello estamos afirmando el valor de lo que elegimos, pues siempre que elegimos, elegimos el bien, y nada puede ser bueno para nosotros sin serlo también para todos o para los otros. Por eso la responsabilidad va mucho más allá de nuestra pura individualidad, porque compromete a la humanidad entera.

El hombre es angustia: Debido a que el hombre no puede escapar al sentimiento de esta total y profunda responsabilidad, el único modo de hacerlo es por lo que Sartre llama «mala fe» que consiste en la actitud de enmascarar la angustia separándose de la responsabilidad de su acción, su elección, en relación con el resto de la humanidad, ya sea atribuyéndole esa responsabilidad a un ente superior (actitud cristiana) o declarando que de su modo de actuar no tiene por qué seguirse el modo de actuar del resto de la humanidad. Básicamente dice que el hombre, cada vez que actúa y que elige, se está decidiendo que ese acto es bueno y que, por lo tanto, toda la humanidad debe adecuarse a él.

Evidentemente, esta responsabilidad que el hombre siente le produce angustia, pero no es una angustia que lleve a no realizar ninguna acción o a estar inmóvil, sino, por el contrario, es la condición misma de toda acción.

El hombre en el desamparo: dice Sartre que la responsabilidad y la angustia llevan al hombre al desamparo y al abandono. Esto es, si Dios no existe, con Él desaparece toda posibilidad de encontrar valores prioritarios. No hay un bien que sea para siempre y perfecto al cual nos sujetemos en nuestra acción porque no hay una inteligencia infinita y perfecta que lo piense. En consecuencia, el hombre está abandonado, porque no encuentra ni en sí ni fuera de sí una posibilidad de aferrarse. Esto muestra que no hay excusas que valgan para salirse de la responsabilidad y de la angustia. Y si bien, el existencialismo no cree en el poder de la pasión, si afirma que el hombre es entero y totalmente libre.

El hombre es libertad: En esta instancia muestra el autor que no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que hagan legítima nuestra conducta. El hombre está condenado a ser libre porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace. Y como este «hacer» implica un «hacerse» (porque no está predefinido por una naturaleza) está condenado a cada instante a inventar al hombre. Con lo mencionado, destaco dos cuestiones: primero el hombre no puede buscar en sí mismo lo fundamentos de su acción, en sus instintos, en sus sentimientos, porque éstos se manifiestan en los actos mismos, por lo tanto su conocimiento es posterior a la acción, de modo que difícilmente puede construirse en su fundamento; y segundo no habría ninguna moral general que pueda establecer qué es lo que hay que hacer.

Otro elemento que se une a la angustia y al desamparo es la desesperación, pero no en el sentido que le dan los cristianos, sino en el sentido de que nos debemos limitar a contar con lo que depende de nuestra voluntad, los posibles en la medida en que están insertos en nuestra acción, pero no podemos obrar con esperanza cuando se entiende ésta como la confianza en posibles que escapan a nosotros, por ejemplo, no podemos confiar en la bondad humana, porque ello supone una naturaleza humana que no existe. Es decir, nos limitaremos a contar con lo que depende de nuestra voluntad o con el conjunto de probabilidades que hacen posible nuestra acción y nada más.

En definitiva, el único elemento que hace legítima nuestra manera de actuar es el compromiso con la misma acción, asumiendo la angustia, la responsabilidad y el desamparo, lo cual no es necesaria para la esperanza. Pero el no tener esperanza no lleva a estar estático, sino todo lo

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