El Hombre Y La Ciencia
Enviado por d_sttef • 16 de Junio de 2013 • 1.792 Palabras (8 Páginas) • 516 Visitas
EL HOMBRE Y LA CIENCIA
1.
El intimismo de la filosofía contemporánea y la ciencia.
Las corrientes de la filosofía contemporánea parecen excluir una
adecuada comprensión del valor de la ciencia. Dominadas por la llamada
interioridad espiritual, preocupadas sobre todo por incluir en la
conciencia el principio de todo valor.
La filosofía contemporánea tiende a ver en la ciencia un conocimiento
ficticio y convencional, a negarle valor teorético y dignidad espiritual.
Estos serian en cambio propios de la filosofía, única forma de
conocimiento autentico. Pone en un mismo plano ciencia y filosofía como
modos o especies de conocimientos para separarlas u oponerlas. En la
filosofía contemporánea, la ciencia debería ser declarada no ya
convencional y útil, sino que ella misma irreal. La filosofía se concentra
siempre mas en el hombre y en su mundo interior. La importancia que la
ciencia va asumiendo en la vida del hombre es siempre mayor. Ella
condiciona una zona cada vez mas vasta de las realizaciones
espirituales. La primera enseñanza: una descripción del hombre
exclusivamente en términos de interioridad y de conciencia deja fuera
de si un elemento esencial del hombre, el elemento por el cual el
hombre esta ligado como a la realización de su espiritualidad, a ese
mundo extraño. Todo análisis del hombre en términos de espiritualidad
pura o conciencia, tiene lugar por el hecho mismo de que hay una
ciencia inadecuada para comprender la autentica y total constitución del
hombre.
2.
Indignación gnoseológica e indignación epistemológica.
Semejante deber puede ser emprendido por la filosofía y no por la
ciencia, es tambien evidente que la actuación de este deber concierne
igualmente a la ciencia en la organización y en la validez que le son
peculiares y que supone o instaura una colaboración entre ciencia y
filosofía. Esta colaboración persigue y realiza el fin de la
autocomprensión del hombre en su misma estructura de la unidad
fundamental de las dos actitudes, realiza tambien la aclaración de la
naturaleza propia de la filosofía y la ciencia. El primer punto es que el
dominio del conocimiento valido pertenece a la cienca y que la
indigancion filosófica no se mueve ya en el plano del conocimiento, sino
en el de la autocomprension existencial. Atribuyendo a la ciencia todo el
campo del conocimiento valido, el deber de la filosofía respecto de ella
se transforma en el de entender el fundamento de esta validez. La
ciencia se presenta como el grado eminente y típico del conocimiento;
puede por ellos ser asumida como reveladora del fundamento del
conocimiento como tal. La ciencia es el conocimiento verdadero,la
condición de verdad puede y debe ser obtenida justamente por la
consideración de la ciencia. Es posible otra forma de colaboración entre
ciencia y filosofía. En este caso la indignación se puede llamar
epistemológica, sigue el camino opuesto al de la indignación
gnoseológica. Mientras esta diente de la ciencia a la filosofía, la otra
tiende de la filosofía a la ciencia. Esta investigación epistemología,
puede y debe conducir a determinar el carácter de la ciencia en cuanto
tal y la orientación que es peculiar y constitutiva de ella, debe detenerse
donde comienza la verdadera investigación científica.
3.
El problema de la indignación epistemológica.
El primer problema de la indignación epistemológica debe afrontar es el
del carácter general de la investigación científica. La ciencia debe
asegurar al hombre el dominio sobre la naturaleza y debe suministrarle
los instrumentos indispensables para su realización en el mundo. La
relación del hombre con el mundo es definida por la necesidad. El
hombre tiene la necesidad de las cosas del mundo para construirse
instrumentos y medios para su misma realización propiamente humana
o espiritual. Parece inevitable que la ciencia reconozca explícitamente el
fin que el hombre espera conseguir. La ciencia no puede llegar a
resultados prácticamente utilizables sino a través de la cia de
descubrimiento teorico. Puede partir la indignación epistemológica para
determinar cierta suficiente claridad de orientación de la investigación
científica.
4.
El objeto de la ciencia como ordinabilidad sistematica.
La ciencia, deriva su validez del objeto. El objeto de la ciencia posee
como carácter fundamental y predominante la ordinabilidad. El orden es
en la ciencia el control de la realidad del objeto y es la garantía
intrínseca que ella posee de su propio valor de verdad, la ciencia se
limita a describir según el procedimiento del conocimiento común. La
posibilidad de que la ciencia se organice verdaderamente como sistema
de conocimiento, es entonces la misma posibilidad del orden
sistematico. El orden sistematico es el objeto de la ciencia física, implica
la espacialidad de las cosas en el mundo. Orden y espacialidad son dos
aspectos de una única determinación originaria. Esta determinación es la
realización de exterioridad que media entre las partes del mundo. La
exterioridad significa impernetrabilidad y la impernetrabilidad es la
definición misma de la corporeidad. La ciencia esta fundada en el orden,
supone por tanto la espacialidad y con ella la corporeidad de las cosas.
La espacialidad es la misma posibilidad objetiva del orden o de la
medida. A medida que la ciencia refuerza y perfecciona su método de
ordenación sistematica las cosas del mundo se van determinando
siempre mas y revelando en su objetividad. El tiempo es otro aspecto
fundamental. El tiempo de la ciencia es el tiempo que es peculiar de
todo conocimiento del mundo físico y que aparece como una
determinación propia de las cosas del mundo. La constitución espacio-
temporal de las cosas del mundo expresa aquella objetividad de la que
la ciencia va en busca organizándose como sistema de rigurosos
métodos de orientación.
5.
Humanidad de la ciencia
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