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El Materialismo Dialéctico y sus premisas fundamentales


Enviado por   •  15 de Enero de 2022  •  Ensayo  •  3.054 Palabras (13 Páginas)  •  370 Visitas

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UNIVERSIDAD ESTATAL DE MILAGRO

Derecho En Línea

Primer Nivel

Lógica y Dialéctica Jurídica

INTEGRANTES:

TEMA:

El Materialismo Dialéctico y sus premisas fundamentales

DOCENTE:

Abg. Oskary Cristina Zambrano De Pérez        

18 de febrero de 2021

INTRODUCCIÓN

El materialismo dialéctico es una concepción de la naturaleza y sus fenómenos representada de forma dialéctica y materialista. En otras palabras, ni más ni menos que el contrapunto de lo cual podría ser una caracterización idealista y metafísica de la naturaleza. Durante la historia los filósofos se agruparon en dos corrientes que defendían posturas antagónicas en relación a la prioridad en el orden mundial entre el espíritu y la naturaleza. Esos que opinaban que el espíritu precedía a la naturaleza abrazaron el idealismo, mientras tanto que los que defendían la postura contraria optaron por el materialismo. En tanto, la dialéctica se fundamenta en hallar las contradicciones de un contrincante para superarlas y hallar la realidad por medio del estudio y la argumentación. Este procedimiento amplió su umbral para aplicarse al análisis de la naturaleza, llegando a la conclusión de que ésta se encuentra en perpetuo cambio y desplazamiento, desarrollándose de tal forma que las contradicciones inherentes en el todo, o sea, en el mundo, son el motor y el resultado de la acción mutua de las fuerzas contradictorias de la misma naturaleza. Es por esto que la dialéctica es el contrapunto de la metafísica, puesto que ésta entiende el planeta a partir de la perspectiva de la realidad absoluta; de la verdad estática de un mundo ajeno a los procesos dialécticos.

La dialéctica ha sido elaborada por el filósofo alemán Hegel. Karl Marx y Federico Engels tomaron las ideas de este filósofo como base estructural, sin significar ello que su procedimiento fuera estrictamente hegeliano, puesto que lo cual Marx y Engels hicieron ha sido ofrecer una vuelta a la dialéctica de este enorme pensador, tomando las piezas primordiales de su racionalismo; desechando las piezas irracionales. El materialismo de Feuerbach estaba inconcluso debido a que no observaba el costo cómodo de lo sensorial como algo personal, sino como una forma de contemplación, o sea, obviaba la verdad material de la actividad humana y lo sensorial. Es más, Feuerbach observaba al hombre de manera abstracta, sin contemplar el grupo de interrelaciones sociales que derivan en la verdad del mismo, sin atender al carácter revolucionario de la actividad práctica en el grupo de la sociedad, algo que Marx y Engels desarrollarían de forma magistral con su materialismo histórico.

El materialismo dialéctico se opone frontalmente a la metafísica, debido a que ésta ve la naturaleza como algo estático y casual en la que los objetos y los fenómenos permanecen en donde permanecen por puro azar o por la participación de cualquier ser divino sin conservar una interacción de dependencia o reciprocidad. Esta es una de las causas por las que el materialismo dialéctico es rechazado por los reaccionarios a partir de sus inicios, puesto que cuestiona el estatus y los principios de la explotación de las personas por el ser humano. Recordemos que a lo largo de la era en la que Marx y Engels vivieron todavía existía la esclavitud, y que ésta estaba justificada bajo el pretexto de que “Dios lo disponía”. De esta misma forma se justificaron el colonialismo y otras atrocidades en períodos posteriores a el deceso de dichos enormes pensadores y revolucionarios. La dialéctica materialista estima que la naturaleza es algo que está en constante desarrollo y desplazamiento, que se sustenta en el cambio y la constante renovación, y es por esto que todos los recursos contradictorios entre sí han de ser estudiados de forma libre, a partir de su inicio hasta su fin, dando con todos los recursos probables a partir de su inicio hasta su final, a partir de su origen hasta su desaparición. En relación a esto, Federico Engels interpretó que «toda la naturaleza a partir de sus partículas más minúsculas hasta sus cuerpos más gigantescos, a partir del grano de arena hasta el sol, a partir del protozoo hasta el ser humano, se encuentra en estado perenne de origen y muerte, en flujo constante, en desplazamiento y cambio incesante”.

Asimismo, cabe señalar hay otras vertientes del materialismo que tienen que ser analizadas, como el materialismo metafísico, que a pesar de tener una concepción materialista alcanzó ser caracterizado como vulgar por Engels, tanto por su inviabilidad para ajustarse al desarrollo de los nuevos adelantos científicos como para aplicarse al análisis de las comunidades, debido a que hay convenciones distintas conforme el sitio en el cual nos encontremos; convenciones que rompen con la sucesión lógica de cualquier planteamiento mecanicista por su caracterización diversificada, aun tratándose de recursos aparentemente semejantes. Por cierto, el físico Werner Heisenberg enseñó en 1925 que mientras se profundiza en el proceso de decisión de la postura de una partícula, más grande es inviabilidad de calcular sus movimientos lineales, y por ende su rapidez. A medida que el materialismo mecanicista defiende una realidad en la que el planeta está formado por objetos y partículas que se relacionan entre sí de un modo pasivo, la dialéctica materialista instituye que todo fenómeno natural es un proceso predeterminado por medio de una secuencia de leyes.

Del materialismo dialéctico además cabe resaltar el desarrollo de la iniciativa del objeto a partir de la concepción humana. Si los idealistas tienden a pensar que los objetos no hay sin la mente, o sea, que son una secuencia de sensaciones combinadas; el materialismo dialéctico opina que los objetos hay de forma sin dependencia a la mente, siendo las ideas imágenes de dichos. Asimismo, el término de iniciativa es algo que la metafísica idealista no ha sabido superar, puesto que, según ellos, las ideas son algo más allá de la materia. La realidad es que las ideas no son más que un producto del cerebro derivadas de una secuencia de procesos eléctricos y químicos. a partir de los sueños hasta la acción de ponerse un zapato, toda iniciativa, toda imagen; es producto del constante desplazamiento de la materia. En aquel flujo constante, en aquel desplazamiento y cambio incesante, es donde entra la contradicción, puesto que todo proceso de cambio se encuentra incluido en un desplazamiento progresivo de tránsito del viejo estado cualitativo al nuevo, de lo fácil a lo complejo. De esta forma puesto que, la batalla incesante de lo viejo y lo nuevo, lo cual fallece y lo cual se realiza, es lo cual produce el proceso de cambios cualitativos en toda materia. Para que una especie se extinga o evolucione han de darse una secuencia de contradicciones y peleas entre opuestos que recorran un proceso histórico plenamente ajeno a cualquier periodo estático interminable.

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