El Mundo De Sofia

El mundo de Sofía es un libro lleno de conocimientos, intrigas y una maravillosa historia, donde una joven de 14 años va descubriendo nuevos conocimientos y virtudes dentro de ella, y cuestionamientos acerca del mundo y la manera en que un filósofo lo veía y lo sigue viendo.

El libro comienza describiendo a Sofía, lo que le agradaba y no le agradaba hacer, y como un día que suponía ser común y corriente como todos los demás le da un giro extraordinario a su vida.

Ese día después de regresar de la escuela como siempre acompañada de Jorunn; su mejor amiga .El tema de conversación entre las dos ese día eran los robots, y el parecido que tienen con el ser humano, al llegar a casa, en el buzón encuentra una carta fuera de lo normal, no eran ni cuentas, ni cartas dirigidas a su madre, era una carta para ella, lo extraño es que el sobre no tenía ningún tipo de estampilla o dirección de quien la había mandado; nada, simplemente su nombre.

Sofía abrió su carta con mucho entusiasmo e intriga por saber lo que decía.

Su sorpresa al abrir el sobre es que lo único que tenia escrito era una pregunta, ¿Quién eres tú?, y ella no encuentra una respuesta adecuada, así que es aquí donde comienza todo.

Sofía comienza a preguntarse, quien es ella, porque se llama como se llama, que sería de ella si se llamara diferente, también sería diferente, porque es que tenia esos ojos color miel y ese cabello obscuro y lacio sin remedio, porque es que vino a este mundo si ella no pidió venir, y mucho menos eligió quien querría ser y como se vería.

Después de preguntarse todo esto va de nuevo al buzón para asegurarse de no haber dejado nada, pero al abrir el buzón se topa con la sorpresa de que había una carta mas para ella, de nuevo sin algo que pudiera identificar quien la había mandado, solo su nombre, y dentro de este nuevo sobre, una nueva pregunta, ¿Qué es el mundo?.

Si la pequeña Sofía ya se encontraba atareada y con ciertas cosas en la cabeza, esto la hizo que terminara de dar vueltas, de donde proviene el mundo se pregunto, pues es algo que no sabía con certería.

Después de darle varias vueltas al asunto, llego a la conclusión de que el mundo siempre había existido.

Pero después se pregunto cómo es que algo iba a surgir de la nada, para que algo exista siempre debe de surgir de un algo, y para que ese algo surgiera debió de haber habido otro algo, Sofía estaba más que entretenida y tal vez algo intrigada por resolver estos dilemas que le habían llegado en pequeños sobres.

La segunda resolución a la pregunta fue que Dios había creado todo, pero otra pregunta surgió, ¿si Dios había creado todo, entonces quien había creado al mundo?, ¿acaso se creó el mismo?, pero si no había nada ¿en que se baso para crearse a sí mismo?, eran demasiadas preguntas sin respuesta y de cada posible respuesta surgía una pregunta más.

Sofía comenzó a percatarse de muchas cosas, más bien a notar cosas que nunca había tomado en cuenta antes, como que iba a ser imposible dejar de pensar el porqué estaba viva ahora, y que en algún momento tendría que morir.

Recordó también, a su abuela, y a la primera hija que esta perdió y que al enterrarla su lapida decía lo siguiente “la pequeña Marie llegó, nos saludó y se dio la vuelta”. Se puso a pensar lo triste que era que mucha gente no apreciaba su vida hasta que veía cerca el fin de esta.

Se puso a pensar también, que ella amaba su jardín, que siempre le pareció su propio paraíso, que amaba ver como sus papas la buscaban, y como se divertía tras que seto que se encontraba en dicho jardín.

Por una tercera vez, Sofía decide ir al buzón, el cartero justo iba pasando, ahora había un enorme bonche de cartas para su madre, volantes y de mas, pero también una postal que decía lo siguiente

Querida Hilde: Te felicito de todo corazón por tu decimoquinto cumpleaños.

Como puedes ver, quiero hacerte un regalo con el que podrás crecer. Perdóname por enviar la postal a Sofía. Resulta más fácil así.

Con todo cariño, Papá

Y si las dudas ya atormentaban a la joven Sofía, esto la hizo que su mundo se pusiera de cabeza, miles de dudas comenzaron a surgir.

Quien era esa tal Hilde, porque el padre de esta joven que cumplía 15 años justo poco más de un mes antes de el día en que ella también cumplía sus quince mandaría una carta en lugar de a su hija, porque la portal decía que sería más fácil que se la diera a Sofía, todo era muy confuso, y a pesar de que no estaba segura de nada en esos momentos, podía asegurar que todo este misterio de cartas y postales tenían que estar relacionados.

Con el transcurso de los días Sofía está muy entusiasmada e intrigada respecto a las cartas misteriosas, en las cuales comienzan a explicarle poco a poco lo que es la filosofía, Sofía comienza a darle tanta importancia a sus cartas que, al salir del colegio su amiga Jorunn la invita a jugar y esta se niega.

En la escuela se encontraba completamente distraída, lo único que tenía en la cabeza era el contenido de sus dichosas cartas, en las cuales ya le habían explicado que para ser filosofo había que hacerse preguntas como; ¿porqué ese creo el mundo?, ¿hay otra vida después de la muerte?, etc.

Que siempre hay que preguntarse el porqué de las cosas, a ella en su carta la explican que las cosas son como cuando vez un acto de magia, y que al estarlo viendo, tu sabes que hay un porque o como detrás de todo, después nos compara con el conejo blanco que sacan de el sombrero.

Después compara al conejo blanco con el universo entero, y a nosotros como los pequeños microbios que se encuentran arriba de los cabellos, que observan y perciben todo.

En otra de las cartas que recibe le dicen que lo único que se necesitaba para ser un buen filosofo es la capacidad del asombro, que es algo que todos los niños pequeños poseían, pero que con el paso del tiempo iba desapareciendo poco a poco en nosotros, esto debido a que cuando somos pequeños no conocemos nada y todo nos causa asombro, pero al crecer vivimos de una manera monótona y perdemos el don del asombro. Después comienza a explicárselo con diversas situaciones para que ella logre comprender.

En las siguientes paginas, Sofía sigue recibiendo las cartas misteriosas con las pequeñas enseñanzas y preguntas que llevaban como de costumbre para intrigarla.

Un día mientras llega a casa su mama la ve con las cartas, y esta prefiere mentir y decir que es una carta de amor a que su madre se entere de lo que de verdad estaba pasando.

Empiezan a hablarle sobre los proyectos filosóficos de los filósofos, le dicen que tiene que empezar a estudiar lo que

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