El Muro De Berlin
Enviado por 190393 • 8 de Septiembre de 2013 • 328 Palabras (2 Páginas) • 268 Visitas
Cuando, viniendo de Berlín, volvimos a la región de Lauenburg, pudimos
escuchar con retraso la noticia por la radio del coche, porque estábamos
abonados al Tercer Programa, y entonces yo, lo mismo que otros tropecientos
mil, grité probablemente: «¡Qué locura!», con alegría y susto, «¡eso es una
locura!», y luego, lo mismo que Ute, que iba sentada al volante, nos perdimos
en nuestros pensamientos progresivos y regresivos. Un amigo, que tenía al
otro lado del Muro su vivienda y su lugar de trabajo, y que, lo mismo antes que
ahora, custodia legados en el Archivo de la Academia de las Artes, recibió la
piadosa nueva igualmente con demora, por decirlo así, con espoleta retardada.
Según su versión, volvía, sudando por el jogging, del Friedrichshain. Nada
insólito, porque, entretanto, también los de Berlín Este conocían bien esa
automortificación de origen norteamericano. En el cruce de la KätheNiederkircher-Strasse con la Bötzowstrasse se tropezó con un amigo al que el
jogging le había hecho también jadear y sudar. Los dos, sin dejar de correr
sobre el sitio, se citaron para tomar por la noche una cerveza, y cuando llegó la
noche se sentaron en el amplio cuarto de estar del amigo, que tenía un puesto
de trabajo seguro en la, como se decía entonces, «producción de materiales»,
por lo que a mi amigo no le extrañó encontrar en el piso de su amigo un suelo
de parqué recién puesto; semejante adquisición hubiera sido prohibitiva para él,
que en el Archivo sólo manejaba papeles y era responsable, todo lo más, de
las notas de pie de página.
Bebieron una Pilsen y luego otra. Después apareció en la mesa el aguardiente
de Nordhausen. Hablaron de otros tiempos, de hijos adolescentes y de
barreras ideológicas en las reuniones de padres de alumnos. Mi amigo, que es
del Erzgebirge, en cuyas cumbres había estado yo dibujando madera muerta el
año anterior, quería, como dijo a su amigo, ir a esquiar con su mujer el próximo
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