El Olvido O El Desprecio De Los Derechos Del Hombre Son La única Causa De Las Calamidades públicas De La Corrupción De Los Gobernantes.

“El olvido o el desprecio de los derechos del hombre son la única causa de las calamidades públicas de la corrupción de los gobernantes.”

Estoy de acuerdo porque en Colombia y el mundo las comunidades y los recursos destinados para las mismas, son manipulados por los gobernantes de turno; sin embargo, el pueblo siempre tiene la razón y la última palabra en las decisiones que se toman desde un punto democrático.

Creo que el derroche y la desviación, la inversión y el buen manejo de bienes de un Estado o una región dependen de la obligación que tienen cada uno de los líderes gobernantes a los cuales se les ha encargado la conducción de su pueblo. Teniendo en cuenta que los dineros y la voz de un pueblo es la voz divina, es necesario conocer la libertad de cada individuo y la función que cumple dentro de una sociedad.

Lamentablemente en nuestro caso colombiano, un gran porcentaje de los habitantes en nuestro Estado desconocemos nuestros derechos y deberes como ciudadanos, se nos olvida que tenemos el poder de elegir y también de decidir. La corrupción, la vulnerabilidad de nuestros derechos y otras catástrofes más que se pueden presentar, suceden partiendo de la indiferencia que existe ante los sucesos que en primera estancia no nos perjudica pero luego nos sacrifican, además de la manipulación, las amenazas y la falta de autoridad moral en cada individuo de nuestra sociedad hacen que se tema por nuestra integridad física al momento de denunciar un caso de abuso y corrupción.

Sin ser suficiente nos hace falta adquirir la costumbre de leer, quien lee conoce y aprende. Nos hace falta unión con nuestros semejantes pero antes que todo aprender a ser ciudadanos íntegros, desde un sentido social, humanitario, tolerante, críticos y ambiciosos por el progreso de nuestra comunidad.

Debemos ser conscientes de nuestros deberes y derechos para que nadie nos arrebate lo que nos corresponde como integrantes de una sociedad, pero manifestándose de una manera diplomática y pasiva empezando por el dialogo y la concertación entre nosotros mismos. Un líder existe es por el pueblo, un líder no nace solo, y sin respaldo es como una hoja seca que lleva el viento.

Usted y yo estamos llamados a conocer el destino de los recursos y bienes que favorecen el progreso de nuestras comunidades, debemos concientizarnos y aprender a participar de los diferentes foros, capacitaciones y seminarios que las instituciones del estado tienen como deber de enseñar e instruir a cada uno de los habitantes de la nación. Aprendamos a no quedarnos callados ante los atropellos y sucesos que moralmente no son bien vistos, manifestemos de manera pacífica y con argumentos fundamentados por el amor y las ganas de crear una sociedad libre de todo acto de corrupción o manipulación del más fuerte, de líderes que se disfrazan de cristos pero en el fondo son solo aprovechados que solo desean favorecer los intereses

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