El Oriente y el islam
Enviado por Geovanna Pozo • 21 de Febrero de 2019 • Biografía • 2.976 Palabras (12 Páginas) • 112 Visitas
El Oriente y el islam, no tienen una referencia común. El islam es una religión, mientras que Oriente es una dirección geográfica, y pertenecen al mismo quienes no compartan la cultura occidental. Esta asimetría entre occidentales y orientales, se da porque tienen intereses y preocupaciones diferentes. Occidente es más superficial que busca que su supremacía no se desvanezca y convierte en aquello a quienes le siguen, mientras que Oriente si se ve enfocado en lo social ya que éste si toma en cuenta los aspectos de superpoblación, emigración etc.
«las sociedades no occidentales se pueden modernizar y se han modernizado de hecho sin abandonar sus propias culturas y sin adoptar indiscriminadamente valores, instituciones y prácticas occidentales»[1]. Existe una confusión por parte del islam al creer que el hecho de modernizarse, se debe occidentalizar, y por este pensamiento es que muchos países orientales buscan no tener ningún tipo de relación con los occidentales, y quien las tenga es visto como alguien que falló a sus valores y principios, ya que se han aliado con el enemigo.
El islam, es el credo de entre 900 a 1.500 millones de personas, de los cuales solo unos 300 millones son árabes. Es la religión oficial de al menos 55 países de Europa, Asia y África y cuenta con importantes comunidades en América. Es más, actualmente es probablemente el credo de mayor velocidad de expansión. Sin embargo, existe una confrontación de diferentes pensamientos, lo cual ha provocado que exista una convivencia cultural desagradable en la región, pues no se tiene, una jerarquía ni unidad de doctrina.
«El islam no es monolítico, es un credo que se añade a la cultura local, de modo que no es lo mismo un musulmán bosnio que uno egipcio que uno malayo o que uno árabe.»[2], a pesar de que lo que decía su profeta era que se debía amar a los árabes básicamente por el hecho de ser árabes, cuando esta doctrina es inmersa en la cultura cada Estado actúa a su conveniencia, aunque aquello implique hacer daño a los mismos musulmanes, es decir que de alguna manera modifican o acoplan esta doctrina a los intereses que ellos tengan.
Identidad, fractura y desorden
«Oriente Medio tiene tres grandes planos de fractura, como un primero plano religioso establecido entre musulmanes y no musulmanes (cristianos, judíos… pero
también habría quien incluiría a drusos o alauitas entre otros); el segundo plano sería étnico y se situaría entre árabes/no árabes (turcomanos, persas, bereberes, kurdos, baluchis, armenios…), grupos subnacionales, pero también transnacionales; el tercer plano sería nuevamente religioso y un subproducto del primero, y correspondería a la división suníes/no
suníes»[3], es decir tanto la etnia, lengua, religión y cultura son los principales disparadores para los conflictos, provocando que exista una religión dividida entre naciones.
Los Estados musulmanes, tienen un vacío de poder gubernamental. El fenómeno conocido como Primaveras Árabes es un claro ejemplo de cómo esto afecta a la región, que los países de medio oriente tengan frete a ellos un gobierno ineficiente e ineficaz construido en torno a parámetros occidentales, el islam no es el problema, el problema son quienes se encuentran en el poder y guían a su pueblo, porque ellos no velan por salir delante de una manera conjunta, tal vez el islam podría llegar a ser parte de la solución, porque podría ser utilizado como el motivo por el cual deben efectivizar la cohesión de todos quienes comparten la doctrina.
La fractura religiosa y sus claves
«Los dioses son los pueblos pensados simbólicamente», «los intereses religiosos no son más que la forma simbólica de los intereses morales y materiales». Quienes se encargan de “transmitir” los pensamientos de un Dios al que se alaba, son quienes crean la imagen del mismo. La interpretación del islam de una manera radical, se da porque quienes lo comunican lo presentan como un Dios cruel, y por ende las personas se vuelven crueles, fundamentándose en la violencia para la obtención de lo que deseen, y teniendo como única opción para mantener sus resultados la misma violencia.
Se llama moderados a quienes se muestran más próximos a las tesis occidentales y se tilda de radicales a quienes no, por lo tanto la UMMA desde ese momento se separa entre los legitimistas, aquellos que consideran que su sucesor debía ser un miembro de su casa (como Alí, su primo y yerno). Los primeros tomaron el nombre de chiitas (el partido de Alí) mientras los otros, se identificarían como los sunitas (de la palabra suna, el “procedimiento acostumbrado”, el “camino trillado”. La evolución del califato con los sucesores del primer califa, Omar y sobre todo Utmán y el posterior asesinato de Alí consolidarían la fractura.
El mundo suní y la experiencia wahabita
Los sunitas son la parte mayoritaria en el islam, compuesta por el 80% de los musulmanes. No reconocen ninguna autoridad religiosa concreta ni la mediación. Su práctica es tradicionalista y se manifiesta en la aceptación del ordenamiento establecido, así como en el cumplimiento de los preceptos coránicos y los ritos fijados por la costumbre. Estas no son religiones diferentes sino respuestas distintas ante una misma realidad obtenida utilizando instrumentos jurídicos diferentes como la analogía (quiyas), consenso de los sabios (ijma) y el esfuerzo interpretativo (ijtihad).
El wahabismo, es otra tendencia que enlaza con la jariyí; es un movimiento reformista, tradicionalista y regeneracionista surgido en la Arabia del siglo XVIII de la mano de un clérigo hanbalí, una escuela más rigorista. El wahabismo denuncia muchas prácticas y costumbres por considerarlas poco islámicas. La teología wahabí, al igual que los jariyíes, reconocía en el mundo solo dos categorías: musulmanes y no musulmanes.
La influencia wahabí en Afganistán ya en el siglo XIX y desde la década de los 70 en Sudán, norte de Nigeria y en Banda Aceh (Indonesia), pero también ha convulsionado el Norte de África.
La aplicación del wahabismo en el contexto de la guerra fría forzó la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán y perturbó seriamente el orden soviético en Asia Central. También mostró a sus adeptos que la lucha armada contra una superpotencia podía resultar exitosa, infundiendo esperanza en individuos radicalizados a quienes además se había dado instrucción, experiencia de combate y prestigio delante de sus conciudadanos.
El chiismo
Representan el 20% de la población estimada de la UMMA, son la rama del islam que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años. Su área de preponderancia se sitúa en todo el Oriente Medio y alcanza hasta la India, clasificándose en tres grandes categorías: chiíes árabes parlantes, chiíes persa parlantes y chiíes urdu parlantes. Geográficamente distribuido es un grupo mayoritario en Irán (93,5%) y se encuentra en clara minoría en Pakistán (20%).
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