El Político Y El Científico Max Weber
Enviado por jov13 • 2 de Junio de 2014 • 2.724 Palabras (11 Páginas) • 381 Visitas
EL POLITICO
El texto “El político y el científico” versa sobre una conferencia en la cual se habla de la política como vocación.
Nuestro ponente comienza dando un concepto de política, el cual dice “es bastante amplio y abarca cualquier género de actividad directiva autónoma” cualquier institución tiene su “política”. Pero el concento en el que se basa la conferencia es: la dirección o la influencia sobre la dirección de una asociación política, es decir, de un Estado. Teniendo esto en cuenta podemos ver qué es una asociación política, en este caso del Estado, pero antes de eso el texto nos menciona que en toda asociación política existe un medio para mantener el orden “La violencia física”. El tratadista Trotsky menciono “todo Estado está basado en violencia”, ya que sin ella no existiría, y existiría solamente anarquía, a pesar de que la violencia no es el único medio del que dispone el Estado, si es el que mejor resultado le da, y algo interesante es que a toda institución ya sea pública o privada se le concede cierto nivel de violencia, pero eso sí, la que el Estado le permite tener.
El Estado es el único que tiene derecho a la violencia, por lo cual aquel que aspira a la política está aspirando a participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre los distintos Estados, o dentro de uno. El Estado es una asociación de dominación de hombres, que se sostiene por medio de la “violencia legítima”, por lo que para subsistir necesita que los dominados acaten la autoridad.
Nos menciona de tres tipos de justificaciones de fundamentos de la legitimidad de una dominación, 1) la legitimidad del “eterno ayer” la cual es la costumbre, la inmemorial validez y por la consuetudinaria orientación de los hombres hacia su respeto, es la legitimidad “tradicional”; 2) el Carisma personal y extraordinaria, la entrega puramente personal y la confianza también personal, en la capacidad para las revelaciones, el heroísmo u otras cualidades; 3) la legitimidad basada en la legalidad en la creencia, validez de preceptos legales y en la competencia fundada en normas racionalmente creadas.
La obediencia de los súbditos está condicionada por sentimientos de temor y esperanza, (temor a la venganza del poderoso) y junto con ellos también un interés de por medio. Lo que se considerara es la obediencia sujeta al carisma, a lo cual podemos llamar vocación, del “carismático” se dice que puede ser llamado “conductor de hombres”, los cuales no le obedecen por costumbre u obligación, sino porque creen el él, y aun mas él al no ser jactancioso.
Para el mantenimiento de toda dominación por la fuerza se requieren ciertos bienes materiales externos, al igual que una empresa económica. En el caso de los feudos ellos mismos son los que administran todo como el personal ya sean esclavos, empleados, “favoritos”, etc. pero los feudos sacan de su bolcillo para darle manutención.
Contario a esto en las asociaciones estamentales el señor gobierna con una aristocracia independiente, con la que se ve obligado a compartir el poder.
Posteriormente ya nos habla de un Estado moderno, el cual se desliga del cuadro administrativo (empleados u obreros administrativos). Conceptualiza al Estado moderno como asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legitima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales a su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas.
También hace mención de que se puede hacer política (tratar de influir sobre la distribución del poder), como político ocasional, como profesión secundaria o como profesión principal. Nos menciona que todos somos políticos ocasionales cuando depositamos nuestro voto, aplaudimos o protestamos en una reunión, o realizamos cualquier otra manifestación de la voluntad. En cuanto a los políticos semiprofesionales, son todos esos delegados y directivos de asociaciones políticas, que por lo generar, solo desempeñan estas actividades por necesidad sin vivir de ellas y para ellas.
Nos dice que hay dos formas de hacer de la política una profesión a se vive de la política o se vive para la política.
Quien vive para la política hace de ellos su vida en un sentido íntimo; o goza simplemente con el ejercicio del poder que posee, o alimenta su conciencia de haberle dado un “sentido” a su vida, poniéndola a su servicio. Además tiene que ser económicamente libre, esto es, sus ingresos no han de depender del hecho de que él consagre a obtenerlos todos o una parte impórtate de su trabajo personal y sus pensamientos, los políticos profesionales de esta clase no están obligados a buscar una remuneración por sus trabajos políticos. También nos habla del político profesional que vive de la política, que puede ser un funcionario a sueldo, puede asumir el carácter de un empresario como sucedía con el condottiero o el arrendatario o comprador de un cargo en el pasado y sucede hoy con el boss americano, que considera sus gastos como una inversión de capital a la que hará producir sus beneficios utilizando sus influencias, o recibe un sueldo fijo como el caso de un redactor o político o de un secretario de partido o de un ministro o funcionario político moderno.
Quien vive de la política trata de hacer de ello una fuente duradera de ingresos
En occidente en la época de Carlos V que también es época de Maquiavelo, y por influjo sobre todo de los informes de los embajadores venecianos, apasionadamente leídos en los círculos diplomáticos, la diplomacia fue la primera en convertirse en un arte conscientemente cultivado. Pero incluso en los Estados más adelantados, la organización de los poderes había seguido inicialmente otros caminos.
En el caso de Alemania la dinastía conservo en sus manos un poder real, los intereses del príncipe quedaron solidariamente vinculados con los del funcionariado frente al parlamento y sus deseos de poder. Los funcionarios estaban interesados en que incluso los puestos directivos, es decir, los ministerios, se cubrieran con hombres procedentes de sus filas, fueran cargos a cubrir por el ascenso de los funcionarios. Por su parte el monarca, estaba también interesado en poder nombrar los ministros a su gusto y de entre los funcionarios que le tenían devoción, al mismo tiempo ambas partes tenían interés en que, frente al parlamento la dirección política pareciese unificada y cerrada; o lo que es lo mismo tenían interés en sustituir el sistema colegiado por un único jefe de gabinete, además de todo el monarca necesitaba de
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