El Ultimo Samurai

El film narra la historia de Nathan Algren (Tom Cruise), un militar americano marcado por su pasado e inmerso en un presente desvalorizado (El honor ha desaparecido tras el exterminio de los indios junto a la ribera del río Washita a manos de su ejército), que en la época Meiji es llamado por el emperador para que modernice sus ejércitos con métodos occidentales, incompatibles con las nuevas normas de gobierno occidentales, mas amistosas comercialmente, donde no hay cabida para los Samuráis. El encuentro con el mundo oriental y el código del honor en la batalla ejercerá sobre él una redención que supone el encuentro de su propia paz interior. Escondido bajo estos mecanismos metafóricos y representativos de historia épica y legendaria, "El último samurái" es una nueva re-visitación a la finalidad “puramente yanqui” por exponer una americanización del héroe que se encuentra a sí mismo gracias a la pérdida de la autoconfianza y de la moral. Cuando es capturado por los Samuráis, éste cosecha una estrecha amistad con el líder samurái Katsumoto (Ken Watanabe, que habla un ingles perfecto, en un remoto poblado del Japón de 1870) e incluso asimila y hace suya la disciplina del Bushido.

En esta historia predecible cargada de lugares comunes y de convencionalismos Cruise (el occidental inteligente) también tiene la gran habilidad de enamorarse y ser correspondido por Koyuki, la mujer que lo hospeda. En un primer análisis se obtiene de este film que gira en torno a la imposición de la cultura occidental, a la cultura japonesa. Se han realizado numerosas comparaciones de este film con el film “Bailando con lobos” donde encontraríamos en el papel de Japón la cultura India, una directriz aprovechada en el guión con la repulsión al enemigo de Cruise “General Custer” para arremeter de forma evidente y crítica contra el colonialismo americano, cómo los americanos han acorralado y condenado tanto a los indios de su país (Bailando con Lobos) como al Japón tradicional (y en extensión a los habitantes de Irak en la actualidad). Pero esta crítica al colonialismo Americano es únicamente percibida por unos pocos espectadores y es una trampa para confundir el verdadero Orientalismo que presenta esta producción, donde el Occidental aprende las artes japonesas para justificar al individuo americano como poseedor de la valía moral que todo lo puede, e incluso al final de la película este se presenta delante del Emperador con el traje del ejercito americano dando clases de moralidad occidental. Si analizamos el contexto social y cultural en el que se dirige al público occidental encontramos un mensaje claro: “Nosotros, los occidentales, podemos mejorar cualquier cultura, somos los poseedores de la verdad y Japón únicamente era un país perdido que se estaba convirtiendo en un país moderno y abierto al mundo ... Nosotros, los occidentales, podemos practicar las técnicas

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