El Viraje De Filosofia

Se presuponía que hay cierto grado de claridad respecto del progreso filosófico de la humanidad hasta el tiempo de aquel pensador, pero que a partir de ahí es dudoso cuales sean las aportaciones que se han agregado en los tiempos recientes.

Esas interrogantes expresan claramente desconfianza respecto a la filosofía del periodo que acaba de pasar. Se tiene la impresión de estar solo ante una formación vergonzante de la pregunta: Hizo en verdad la filosofía algún progreso en ese periodo Porque si estuviera uno segur de que se alcanzaron algunos logros, también se sabría en que consistieron.

Si se mira con menos ascetismo el pasado remoto y uno más bien se inclina a ver en su filosofía de desarrollo ascendente, La explicación puede estar en que la actitud de uno hacia todo lo que tiene un lugar consagrado en la historia esta matizada del mayor respeto. Otro motivo es que los filosofemos antiguos, por lo menos, han demostrado su efectividad histórica. De ahí que al analizarlos se pueda tomar como base su significación histórica en lugar de su significación objetiva y ello cuando menos permita atreverse a uno a delimitar ambas en mayor grado. Schlick en su texto “Viraje de la filosofía” comienza reflexionando acerca de los problemas filosóficos en los métodos clásicos, donde luego va a entregar una solución a través de un nuevo método que se suma al estudio filosófico. Tal herramienta, es la Lógica, la cual estimula un análisis más profundo, “el conocimiento de la naturaleza de lo lógico mismo”. Desde ahí es que se comienza a hablar del “Viraje” ya que la Filosofía se transforma en un “sistema de actos en lugar de un sistema de conocimiento”. Detrás de esto dice que esa forma común de medir los períodos y los progresos de la filosofía es, desierta manera, una subvaloración del pensamiento filosófico en la contemporaneidad, y también indica que un posible factor causante de esto, es que al abordar algo que tenga un lugar consagrado en la historia, se estará ungido de esa sinergia histórica y esto desembocará una predisposición a la hora de abordar otras cosas. Schlick postula que desde algún tiempo es común intentar identificar progresos en la filosofía en algún período de tiempo determinado, y que ese período de tiempo se mide desde el nombre de un gran pensador hasta el presente. Antes de exponer su máxima del viraje de la filosofía, Schlick busca contextualizar en qué situación se encuentra la filosofía y para ello indica que, hay hasta en los filósofos una resignación en el destino de la filosofía de tal magnitud, que difícilmente podrían llegar a pensar que la filosofía pueda tomar un rumbo distinto al que ha llevado por más de dos milenios. Luego de enseñar este contexto, Schlick emprende a explicar en qué consiste lo que para él es el cambio definitivo de la senda por la que camina la filosofía, ese viraje en el cual, dice estar convencido, se encuentra

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