El contrato social ¿Realidad o sueño
Enviado por SayenVillanueva8 • 13 de Mayo de 2015 • Resumen • 1.331 Palabras (6 Páginas) • 267 Visitas
El contrato social ¿Realidad o sueño?
El concepto contrato social tanto en la filosofía como en la política ha sido fundamental para el desarrollo de teorías acerca de la sociedad. ¿Pero es realmente reflejo de la relación actual pueblo- estado? El objetivo de este ensayo es dilucidar de qué manera la propuesta de Jean-Jacques Rousseau en su libro “El contrato social” (1762) se cumple hoy en día, identificando sus principales postulados y su contraste con la sociedad contemporánea.
En primer lugar entenderemos por contrato social a un acuerdo realizado en el interior de un grupo, en este caso entre el estado y los ciudadanos, en que ambos están de acuerdo y los segundos lo aceptan por voluntad propia, sometiéndose a normas morales y leyes con el fin de lograr el bien común, pero ¿Se cumple esta concepción? ¿El estado dirigirá sus acciones hacia el bien común? ¿Existe realmente participación social?
Al analizar los escrito por Rousseau podemos observar como explica una forma de organización social en la cual las personas se someten a la voluntad general y forman parte de un todo, lo que los hace iguales por conversión y derecho frente a un gobierno al cual se le concederá poder y será quien se encargará de la conservación de la libertad. Rousseau (1762) menciona que el gobierno es: un cuerpo intermedio establecido entre los súbditos y el soberano para su mutua correspondencia, encargado de la ejecución de las leyes y del mantenimiento de la libertad, tanto civil como política.
El escritor parte de la base que todos los hombres son iguales y libres, siendo solo regidos por la ley natural basada en la auto conservación y la piedad, por lo que el hombre es alguien bueno que no desea provocar daños. Esto hasta llegar a un punto donde ya no pueden permanecer en ese estado de naturaleza debido a que existen ciertos obstáculos que le impiden seguir conservándose a sí mismos, por lo que la única opción que tienen es unirse y sumar sus fuerzas estableciendo alguna forma de asociación con alguna autoridad común. El hombre pierde así su libertad natural y el derecho ilimitado a todo cuanto desee y pueda alcanzar, ganando, en cambio, la libertad civil. De esta forma nacerá el contrato social que tendrá como finalidad regularizar y mejorar la sociedad.
El conflicto surge cuando miramos a nuestro alrededor, la idea del contrato social es fantástica en cuanto a lo que plantea, pero realmente se convierte en una utopía. En primer lugar comenzando de lo global vivimos en un mundo dirigido por el capitalismo, un sistema económico en el cual se producen profundas desigualdades, se premia la competencia y existe una gran brecha entre los que tienen y los que no, por lo que solo al encontrarnos sumidos en este régimen la igualdad es un ideal lejano.
Por otro lado el hecho de que la mayoría de los países sean considerados en democracia no quita que los gobernantes prioricen sus intereses privados por sobre el pueblo, con esto me refiero al mal uso público del poder político y económico por parte del estado para conseguir una ventaja ilegítima, un ejemplo es el caso “Empleos brujos” en que el entonces Seremi del Trabajo José Manuel Mancilla (PS) y el exsecretario Marco Enríquez-Ominami fueron acusados de utilizar fondos públicos del Programa de Generación de Empleo (PGE) para supuestamente remunerar a 45 trabajadores de obras viales en el Cerro Mayaca, cuando en realidad los trabajos no se habían llevado nunca a cabo descubriéndose que dichos fondos (destinados a disminuir la cesantía) se estaban desviando a otras provincias de la Región de Valparaíso para financiar otras campañas políticas de la Concertación. Éste es uno de los tantos ejemplos que muestra la corrupción por parte de los dirigentes de una nación, lo que nos llevaría desde un comienzo a comprobar la dificultad de ver expresado dicho pacto social en nuestra sociedad. Como Engels (1884) menciona: ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por
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