El deseo animal

PRIMERA PARTE

El deseo animal tiene características que se pueden definir como aquel que se dirige a cosas existentes en la naturaleza y por tanto responde a un instinto hasta lograr su objetivo. Pero en los seres humanos los deseos son solo un vacío provocado por un desajuste frente a la naturaleza, por esta razón tienen que ser llamados por valores, pero estos valores no tienen más existencias que los deseos irreales, es decir, posibilidad de llegar a ser. Esto quiere decir que son aquellos que no existen como tal, sino nosotros como seres humanos en la realidad los hacemos existentes como cualidades en los objetos, los objetos tienen cualidades naturales primarias o esenciales como la extensión y secundarios como el olor.

Los valores aparecen como cualidades que el objeto no necesita para existir, peor que incorporamos porque queremos que sean. En esto influye la escala de valores, que no existen no existe como cosa si no que se adhiere a la situación que los individuos ponen y se pueden jerarquerizar según la cultura, comunidad o pueblo en donde se encuentre, según su prejuicio y creencia.

Existe una relación entre nuestro cuerpo y los valores ya que desde que nacemos estamos dotados de estos, los cuales son nuestra vida y nuestra salud que debemos conservar, así como el desarrollo con el tiempo, crear y descubrir demás valores.

Nuestra existencia individual se debe a la condición histórica, cultural que atiende a la satisfacción individual y esto se puede ver en nuestra felicidad personal. También nos constituyen valores heredados por nuestra tradición cultural como el arte, las leyes, la moral y la educación los cuales son el soporte para nuestro desarrollo social e individual.

La posibilidad de afirmarnos como seres libres implica también la posibilidad de crear otros valores distintos a los ya establecidos. A esta capacidad de transformar y modificar los valores la llama Nietzsche “transvaloración”.

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