El exitencialismo como condición humana

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El mundo contemporáneo se caracteriza por la instantaneidad y rapidez, existen pocos espacios de reflexión en los cuales las personas se replantean que tan ventajosas han sido las decisiones que toman en la vida, lo que les impide esbozar una concepción de que responsabilidad tienen en  su acontecer y en lo son hoy en día. En relación con lo expuesto, y a modo de respuesta a este fructífero pero también incomodo planteamiento, surgen argumentos que refieren al determinismo según el contexto en que se vive, a la imposibilidad de actuar por razones que los exceden o a la incapacidad de ocuparse porque las acciones que podrían realizar no influirían en un cambio real.  Frente a esto puedo decir,  la vida del ser humano no se encuentra predestinada,  cada día nos enfrentamos a diferentes situaciones que nos llevan a apelar a nuestros valores, ideales e incluso gustos, y estas son las que nos definen como seres pensantes; contamos con las herramientas para guiar esta travesía que llamamos vida.

 La obra  “la insoportable levedad del ser” (1984)  de Milan Kundera y la transcripción de la conferencia de Jean- Paul Sartre llamada “el existencialismo es un humanismo” (1949) serán fundamentales para el desarrollo del razonamiento que se pretende llevar a cabo y permitirán realizar un análisis entorno al rol que cumple el hombre en  la construcción de realidad. Todo esto desde la perspectiva de como las decisiones llevarían al hombre a una existencia inmerso en la levedad, es decir,  sin hacerse responsable por los actos que realiza o cargando el peso, que significa ser consciente de que nuestras obras tienen efectos en nosotros y también en la humanidad. Esto no debe ser visto de manera dicotómica, si no entendiendo que tanto la levedad como el peso son parte de una condición esencial de los sujetos. A partir de lo anterior surge la tesis principal de este ensayo “El vivir en levedad es una forma de enfrentar el peso de la vida para escapar de la condición de angustia que representa en sí la existencia y evadir  la responsabilidades que conlleva”. La amplitud que tiene este argumento nos obliga a explicar que se entenderá por ciertos conceptos de esta proposición.

En este sentido el hombre es angustia según Jean- Paul Sartre (1946)  debido a que

El hombre que se compromete y se da cuenta que de que es  no es solo el que elige ser, sino también un legislador, que elige al mismo tiempo que así mismo a la humanidad entera, no puede escapar al sentimiento de su total y profunda responsabilidad (p.5).

Por lo que el ser humano al darse cuenta de la posición que tiene en el mundo inevitablemente se sumergiría en el desamparo, pudiendo enfrentarlo o huirlo. Como dice Sartre  (1946) “la elección es posible en un sentido, pero lo que no es posible es no elegir” (p, es decir, aunque la intención sea desentenderse de la creación del mundo, igual se actúa de alguna manera, en esta ocasión abstrayéndose, sin embargo, no se dejó en ningún caso de ejecutar una elección.

Teresa, una de las protagonistas de la obra de Kundera y novia de Tomás nos expresa la constante situación de angustia que la persigue a lo largo de su vida. Mantener un amorío con un hombre que le era infiel le generaba diferentes inseguridades, a pesar de esto, prefería callar y aceptar las condiciones de la relación, lo que llevó a que casi en sus últimos días de existencia, siguiese desconfiando de su enamorado, sometida a pesadillas interminables que la acechaban y de alguna forma manifestaban su inmovilidad y quietismo. La levedad de Tomás era un peso para ella.

Esta exposición se utilizarla por dos razones, en primer lugar refleja la angustia como cualidad inherente a la vida, tanto de Teresa por imaginar a Tomás con otras mujeres como también de Tomás ya que se sentía profundamente angustiado al percibir las crisis que tenía su novia. En segundo lugar porque ésta historia de amor, también muestra que cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que “es responsable de todos los hombres” (Sartre, 1949)  lo que se visualiza en la actitud de Tomás, cuando logra comprender que sus relaciones que en sí significaban libertad para él, generaban angustia en su mujer. Toma consciencia que sus acciones tienen efectos en los demás, al entender esto, el personaje comienza a sentir el peso de la vida.

En este sentido, el libro intenta mostrar que “cuanto más pesada sea la carga, más a ras de la tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será” (Kundera, 1984, pág. 9). Es decir, cuando Tomás acepta la invitación de ir a vivir  al campo junto a Teresa, se  expresa como comienza a hacerse cargo del sufrimiento de su novia, dimensionando que en gran parte la angustia que le afectaba era por su causa. Al momento de aceptar la carga de su amor y distinguir en ella a la mujer con quien en verdad quiere compartir su vida, la ligereza de sus acciones queda en segundo plano.

Si se analiza de manera más profunda este ejemplo, se puede encontrar la tesis misma de modo implícito, ya que cuando Tomás entiende que la forma en que enfrenta su vida, en este caso en levedad, daña a Teresa, comienza a revisar su actuar y comprende que se ha encontrado constantemente huyendo, lo que genera que modifique su conducta en la última etapa de su historia. Lo interesante en este caso sería preguntarse ¿qué hacía a Tomas preferir sumirse en la levedad?  Una hipótesis podría ser que el encontrarse divorciado, con abundantes relaciones pero solo de carácter sexual, se sintió envuelto en soledad, esta soledad se presenta como el escenario más propicio para la patencia de la angustia (Heidegger, 1949) y de igual forma para el querer enmascararla.

Según lo anterior, es importante aclarar que las acciones de levedad serían una respuesta hacia situaciones de angustia que son difíciles de encarar, lo que puede producir una contradicción de la concepción que tienen los individuos entorno a un camino beneficioso para la humanidad.

¿Pero, como es esto posible?  La clave está en la frase en que Sartre (1949) expone que la existencia precede a la esencia,  debido a que el hombre “comienza a existir, surge en el mundo, y después se define”; por lo que el hombre es lo que se hace, no tiene un código moral que lo determine, se encuentra abandonado, se encuentra en completa libertad y debe hacer hasta lo que el límite de la voluntad le permita. Ciertamente existen múltiples factores que pueden provocar que las intenciones no se concreten, esto no significa que se debe dejar de actuar, si no que como dice Sartre (1949)  hay que  “obrar sin esperanzas” ya que nuestro actuar de igual forma irá nos ira definiendo. Nos creamos sin tener certezas, como indica Heidegger  (1949).

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