El humanismo del otro en Lévinas: el filósofo a la búsqueda del sentido de lo humano
Enviado por Mariachfff • 15 de Febrero de 2020 • Ensayo • 2.589 Palabras (11 Páginas) • 147 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODRIGUEZ[pic 1]
COORDINACIÓN GENERAL DE POSTGRADO
Maestría en Ciencias de la Educación
EL HUMANISMO LEVINASIANO
(Ensayo Expositivo)
FACILITADOR: PARTICIPANTE:
DR. MIGUEL LUGO MARIA CARRILLO C.I 9.534.671
El humanismo del otro en Lévinas: el filósofo a la búsqueda del sentido de lo humano
The humanism of the other in Lévinas: the philosopher in search of the sense of the human
Autora: María E. Carrillo M.
C.I. 9.534.671
clemaria0412@gmail.com
Universidad Nacional Experimental “Simón Rodríguez”
Núcleo San Carlos
2020
RESUMEN
Este ensayo presenta la fundamentación, de la filosofía de Lèvinas, pensamiento que se enfrenta a la primacía de lo mismo y la totalidad, al carácter fundamental del ser y la ontología ética para establecer la filosofía como sabiduría del amor , se aprende en el rostro del otro ,la filosofía, la alteridad y el infinito como el sentido originario y anárquico del yo, que es responsabilidad absoluta, ya que, central, la opción que Lèvinas encuentra para rehabilitar el humanismo es la problematización de la subjetividad humana, que reside en la apertura al otro, apertura que no es pérdida ni alienación: el sujeto es para otro. De ahí que, a pesar de aceptar la crítica anti humanista al humanismo occidental, Lèvinas no renuncia al humanismo, sino que centra su pensamiento en entenderlo correctamente.
Por lo expuesto,, este ensayo ha sido ordenado de tal manera que la investigación sirva de soporte para la misma, así como los referentes teóricos que representan la comprensión del tema en estudio, lo que va a permitir comprender que el hombre no es un sujeto cerrado en sí mismo y autosuficiente , sino un ser abierto a la alteridad, constituido por dicha alteridad, e infinitamente responsable del otro.
Palabras claves: Filosofía, ontología, ética, alteridad, anárquico
SUMMARY
This essay presents the foundation, the philosophy of Lévinas, the thought that faces the primacy of the same and the complete one, the fundamental character of being and the ethical ontology to establish philosophy as the wisdom of love, you learn in the face of another, philosophy, alterity and infinity as the original and anarchic sense of self, which is an absolute responsibility, since, centrally, the option that Lévinas finds to rehabilitate humanism is the problematization of human subjectivity, which resides in the opening to the other, opening that is not loss or alienation: the subject is for another. Hence, despite accepting the anti-humanist critique of Western humanism, Lévinas does not renounce humanism, but instead focuses his thinking on understanding it correctly.
For the above, this essay has been ordered in such a way that the research serves as support for it, as well as the theoretical references that represent the understanding of the subject under study, which will allow us to understand that man is not a subject closed in itself and self-sufficient, but a being open to otherness, constituted by said otherness, and infinitely responsible for the other.
Keywords: Philosophy, ontology, ethics, otherness, anarchic
INTRODUCCIÓN
Entendiendo la obra de Lévinas se tiene que, concibe la alteridad desde del giro de la ontología tradicional en metafísica o ética, es decir, la ontología heideg-geriana. Lo que plantea que la alteridad es la idea de lo infinito en el mismo, en el Yo. Por otra parte Lévinas, plantea la crisis del humanismo tal como la plantean los anti humanistas, que se debe a la ineficacia o inconsistencia humana, el hombre es un juguete de sus obras; la imagen del hombre como ser privilegiado, digno y capaz de dominar el mundo es ilusoria donde se asiste a la ruina del mito del hombre como fin en sí mismo. Ante este señalamiento, el pensador considera que no se puede volver a lo sistemático de la sustancia, pero estima necesario salir de este clima: no aceptar que el ser sea para mí, no es rechazar que él es en vista del hombre, no es dejar el humanismo, es no separar absoluto y humanidad, es únicamente rechazar que la humanidad del hombre resida en su posición de Yo. El hombre, por excelencia, es la esencia de la humanidad, es quizás el Otro.
Dentro de este orden de ideas se toma en cuenta el personalismo el cual forma parte de una corriente filosófica que pone en el centro de su atención el ser humano, esta surge en torno a los años treinta del siglo XX, en el período entre guerras este movimiento se inició en la Europa de entre guerras con el objetivo de ofrecer una alternativa a las dos corrientes socio-culturales dominantes del momento: el individualismo y el colectivismo. Frente al primero, que exaltaba a un individuo autónomo y egocéntrico, remarcó la necesidad de la relación interpersonal y de la solidaridad; y frente al segundo, que supeditaba el valor de la persona a su adhesión a proyectos colectivos como el triunfo de una raza o la revolución, el valor absoluto de cada persona independientemente de sus cualidades nace para hacer frente a la crisis de la cultura de la modernidad, la cual hace refiere a los problemas existenciales del hombre, donde coloca a la persona humana como un ser de espiritual, abierto y dialógico, comunitario o intersubjetivo, y responsable. Cabe señalar, que esta figura central de este movimiento es Emmanuel Mounier, quien defiende la objetividad, inviolabilidad, libertad, creatividad y personalidad de la persona, que está encarnada en un cuerpo, situada en la historia y es constitutivamente comunitaria, ya que el hombre tiene la facultad de conocer una verdad que al mismo tiempo y trasciende la posibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad, al que se accede subjetivamente.
Sin embargo, el hombre no es capaz de conocer toda la verdad, dejando una puerta abierta al misterio y a la trascendencia capacidad de modificar al mundo, corresponde a Emmanuel Mounier (1905-1950) el mérito de haber dado voz y forma a este movimiento a través de sus escritos y de la revista Esprit, convertida en hogar y punta de lanza del personalismo donde, Mounier, fue capaz de agrupar a numerosos intelectuales en este proyecto innovador y especificó las claves filosóficas fundamentales que debían regir la filosofía personalista, ya que el punto central giraba en torno a un renovado concepto de persona que asumía la larga tradición que se remonta a la aparición del cristianismo pero modificada y actualizada por la asunción de muchos elementos de la filosofía moderna y por un repensamiento del mensaje antropológico cristiano. Además, y desde una perspectiva más específica, Mounier definió los parámetros de lo que después se ha conocido como personalismo comunitario, que insiste fuertemente en la acción y transformación social.
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