El modelo de panóptico presentado por Foucault
Enviado por silvinar • 14 de Octubre de 2015 • Resumen • 1.559 Palabras (7 Páginas) • 393 Visitas
) El modelo de panóptico presentado por Foucault va a condicionar el disciplinamiento social. Desde el liberalismo se deben formar seres disciplinados. Se instala, entonces como rasgo característico de la modernidad una sociedad disciplinaria, panóptica que tiene como objetivo central formar cuerpos dóciles, susceptibles de sufrir modificaciones a través de tres operaciones: La vigilancia continua y personalizada, mecanismos de control de castigos y recompensas y la corrección, como forma de modificación y transformación de acuerdo a las normas prefijadas. El individuo pertenece a un grupo y el grupo se desenvuelve en las distintas instituciones que conforman la sociedad disciplinaria, como la prisión, la escuela, el hospital, la fábrica etc. Tales instituciones son denominadas por el autor estructuras de vigilancia y todas tienen: un fin común el fijar o vincular a los individuos a un aparato de normalización de los hombres; un objetivo basado en ligar al individuo al proceso de producción, formación o corrección de los productores que habrá de garantizar la producción y a sus ejecutores en función de una determinada norma y un efecto común que es la exclusión del individuo. Foucault afirma que en la sociedad del siglo XIX el cuerpo adquiere una significación totalmente diferente y deja de ser aquello que debe ser atormentado para convertirse en algo que ha de ser formado, reformado, corregido, en un cuerpo que debe adquirir aptitudes, recibir ciertas cualidades y calificarse como cuerpo capaz de trabajar. Es importante desatacar que, más allá de que todas las instituciones que conforman esta red son especializadas, el funcionamiento de cada una, supone una disciplina general de la existencia que supera ampliamente las finalidades para las que fueron creadas. Dentro de las instituciones de secuestro Foucault califica al poder como, económico, político, judicial, y epistemológico. Éste último es entendido como un poder de extraer un saber de y sobre estos individuos ya sometidos a la observación y controlados por estos diferentes poderes. El imponer la educación o las normas de control muchas veces lleva a generar “miedo”. Pensemos en las veces en que se reprime cuando la respuesta ante determinada pregunta o acción, no es la políticamente correcta. Esto lleva a que muchas veces, los alumnos ante una nueva pregunta, no aporten su opinión, por el temor a la reacción o dicho de otra forma a como el docente o padres ejercen su poder, para hacerle saber que está equivocado, lo mismo ocurre con los privados de libertad. De esta forma los individuos, dentro de estos sistemas, lejos de ir generando un pensamiento autónomo, práctico, reflexivo, son conformistas y hasta reprimidos inconscientemente. En la medida en que logremos entender, que la educación es poder de crecimiento, de evolución, de desarrollo, no se genera ningún conflicto, y bajo el ala de la filosofía, es posible o al menos es más sencillo la construcción de un conocimiento, que nos hace más humanos, reflexionamos y dudamos, y en esa duda avanzamos hacia un mundo de equidades reales en donde los paradigmas cambian, pero no para conformar a cierto sector o ideología, sino para destruir los estereotipos, acercar las distancias y tener una educación en donde alumno y docente sean sinónimos. En nuestra sociedad observamos múltiples mecanismos de poder y de control, el docente como aquel que provee de todo lo que debe aprender el alumno, o el operario de las rutinas o reglas que debe seguir el privado de libertad, esto incluye prácticas de discipliamiento. Debemos saber si nosotros somos conscientes de que formamos parte de esas redes de poder. La autoridad que representan no tiene que ir aparejada con el despotismo, con la intolerancia o la falsa creencia que es omnipotente y su palabra es ley. Su autoridad debe basarse en el respeto al otro y en la creencia que la solución de los conflictos se encuentra en el diálogo y la búsqueda de los caminos alternativos que lleven a superar los mismos. Si reforzamos sus conductas agresivas respondiendo con agresividad o rechazando, colocando “etiquetas” no vamos a lograr más que el rechazo y la desmotivación. Está por lo tanto muy vinculado con la motivación, y con etiquetar a las personas como buenos o malas. Una vez que hayan sido “rotulados” será muy difícil revertir tal situación. En los casos de vínculos problemáticos debemos tratar de identificar las conductas que nos molestan y separarlas de la persona, del niño o adulto. Si hay conductas inadecuadas es tarea del educador enseñar otras mejores. Pero esto no se podrá hacer si uno confunde la conducta con el niño. Un chico que habla gritando, por ejemplo, no es un “gritón” al que podemos justificadamente rechazar. Debo saber qué es lo que sería considerado una conducta molesta o inapropiada quizá mi propia definición está enmarcada en esa red de poder de la cual yo también formo parte. Cuando
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