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El reino de los fines de Kant


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2020  •  Ensayo  •  927 Palabras (4 Páginas)  •  299 Visitas

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El reino de los fines de Kant

A lo largo del curso, se ha ido desarrollando de manera distintiva distintos métodos según los cuales el ser humano debiese obrar, es decir, a qué moral debiese estar sujeto en su actuar. Algunos filósofos han encontrado esa guía en un dios, mientras otros en el bien común.

Sin embargo, para Kant no existe algo naturalmente bueno, más allá de una buena voluntad. Por lo cual, someterse uno mismo ante leyes impuestas no es algo bueno en sí mismo, por mucho que las leyes parezcan razonables, ya que lo verdaderamente bueno no está en el acto, sino en el propósito, lo que lleva al prusiano a hablar sobre el reino de los fines, tópico que será abordado a continuación.

Es así, para distinguir si algo ha sido correcto o no, es necesario discernir sobre cuáles eran las reales motivaciones que condujeron al acto. Por lo cual, para actuar moralmente, se necesita en primera instancia que el acto se haya realizado por un deber de hacerse, es decir, porque había que hacerlo, sin someter la decisión a alguna consecuencia de ese acto, sino entendiendo que el acto de por sí es causa y consecuencia, es un fin en sí mismo.

Por consiguiente, el actuar personal debe estar regido por la propia voluntad, de manera libre y no impuesta, ya así es la única forma de que no esté sujeto a algo que no sea el deber en sí mismo. Y para ello, Immanuel Kant propone seguir una formulación que ayude a discernir si se está actuando conforme a la moral o no.

En primer lugar, el filósofo expone que uno debiese obrar de tal manera que uno quiera que aquella forma de obrar se convierta en una ley universal. Es decir, que aquella máxima sea, sin excepciones, la manera correcta en la cuál todos los humanos debiesen actuar siempre. Mientras que, en segundo lugar, Kant propone que el ser humano “nunca debe tratarse a sí mismo ni tampoco a cualquier otro, tan sólo como mero medio, sino siempre y al mismo tiempo como un fin en sí mismo” (pág. 146).

Ante esto, si se sigue este imperativo categórico, aparece lo que Kant denomina el reino de los fines. Es decir, un reino compuesto de manera exclusiva por personas que son un fin en sí mismo. Entendiendo como reino la idea de un grupo de seres racionales que compartan leyes, las cuales a su vez deben ser universales.

En este reino, Immanuel Kant indica que se puede pertenecer como miembro o como jefe. Dependiendo si la persona sólo legisla en él, o también se somete a aquellas leyes. Aquí, el ideal máximo es llegar a legislar sin estar sujeto a la voluntad de nadie más. Siendo uno un ser libre, capaz de guiar su voluntad bajo las premisas mencionadas anteriormente, puesto que, sino es así, desaparece el fin en sí mismo del acto. Sin embargo, requiere alcanzar el grado de plena independencia.

Y aquello que en el reino de los fines está por sobre todo, es eso que no tiene un precio de ningún tipo, sino que está por sobre todo ello, y por lo cual, no existe una equivalencia con lo que igualarlo. Eso es la dignidad. Por tanto, en ese bien supremo es donde tenemos que situar el fin del actuar.

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