Ensayo: Ser Freiriano en la Modernidad Liquida
Enviado por Francisco Finet • 22 de Agosto de 2017 • Ensayo • 2.511 Palabras (11 Páginas) • 249 Visitas
6) Ensayo: Ser Freiriano en la Modernidad Liquida.-
El propósito del presente ensayo es reflexionar sobre la formación y posicionamiento docente en estos tiempos líquidos. A tal fin, hare un repaso de la pedagogía Freiriana y relacionarla con la actualidad que nos presenta Bauman, para luego ver posibilidad practica en la situación actual de la educación.
Seguir los lineamientos propuestos por Paulo Freire no es un tarea sencilla, toda vez que no hay un método que aplicar como si había con Comenio, por el contrario, el camino es libre mientras que se llegue a la meta, que es una sociedad más justa, democrática y fundamentalmente más humana. A pesar de los cambios que sufrió el mundo durante la vida del pedagogo, su coherencia está en su concepción política de la educación más cercana a la crítica al sistema capitalista pero también en evitar fundamentalismo o dogmas. Por ejemplo, el triunfo del sistema capitalista, no elimino la lucha de clases, ni necesariamente significa que haya ganado lo mejor, sino solamente la predominancia de una ideología por sobre otra. Sin embargo, tampoco podemos emparentar a Freire con los regímenes socialistas, toda vez que muchos de ellos se habían vuelto más autoritarios, violentos y antidemocráticos. Este sentido de lucha dista del que emprende el pedagogo, por el contrario, él pretende una lucha constante de aquellas voces calladas, de aquellas personas que naturalizan su situación precaria sin pretender un cambio por miedo o desconocimiento que el mismo es posible. Y en este sentido, la educación cumple un rol fundamental.
La educación desde su concepción ha tenido una intencionalidad, el que el otro aprenda algo. Pero en ese algo, se esconden una de las mayores fuentes de poder. Desde la escuela prusiana, donde se creó la educación pública, gratuita y obligatoria, hubo una intencionalidad de masificar una ideología, crear leales súbditos, o dirigir el pensamiento de las sociedades, como diría Napoleón. Por lo que educar además de una acción de poder, implica una relación en principio asimétrica, donde se ve al educador como quien posee algo que el educando no, y que este a su vez necesita y por lo tanto, en esa relación de dependencia sustenta su autoridad.
Esta forma de educación pública, fue la ideada y por lo tanto las críticas a la misma se hacen desde dentro del sistema. De esta forma han existido diversas oposiciones a la concepción tradicional, por ejemplo, desde el pensamiento de Freire, la autoridad es pedagógica y la fundamenta el conocimiento, por ende, la relación asimétrica, deja de ser tal a partir de la dialoguicidad entablando un proceso de aprendizaje mutuo entre el educador y el educando. Por lo tanto, teniendo en mira la subjetividad del estudiante, estando abierto al diálogo y a la construcción significados por lo que, difícilmente la educación se torne una herramienta de opresión, sino más bien de liberación.
El modelo fordista, el panóptico de Focault y la matriz religiosa han influido notoriamente en la concepción de la escuela moderna. La escuela forma para la inserción laboral, en un ambiente cerrando donde continuamente hay sensación que están controlando, y se desvincula de lo que sucede por fuera de ella. Así, además de transmitir un recorte de contenidos que sustenta al poder hegemónico como tal, la escuela nos va transformando el cuerpo, los hábitos, la vida social. La escuela no solo forma sujetos, los adiestra a través de premios y castigos convirtiéndolos en cuerpos dóciles. Estos “ciudadanos” dóciles acatan el orden establecido, naturalizan su posición en el mundo y por lo tanto, su destino. Siguiendo el pensamiento de Freire no podemos considerar que la escuela moderna forme ciudadanos, toda vez que no se los escucha ya que no tienen los medios para comunicarse, y por lo tanto, no podemos hablar de una sociedad democrática como se intenta aparentar. La democracia real implica siempre una minoría que ponga en tensión lo establecido. Por eso cuando se dice que se acabó la lucha de clases con la caída del comunismo, en realidad se está diciendo que se acabó la posibilidad de una democracia real, se silenció la voz que pensaba distinto. El capitalismo nos gobierna de manera autoritaria, como único poder reinante y por eso su éxito.
Aquí es donde empezamos a ver la conexión con Bauman, ya que el sociólogo polaco, nos muestra una globalización negativa y los efectos deshumanizantes del capitalismo. La sociedad de consumo es hija del triunfo capitalista. Esto ha generado un mayor individualismo, deteriorando las relaciones humanas, estableciendo las leyes del mercado en cada aspecto de nuestra vida, siendo los medios de comunicación masivos, los distribuidores de todo lo que esta sociedad consume, productos, ideas, y hasta miedos. La globalización fue funcional para lograr el avallasamiento del capitalismo, en el cual siempre hay ganadores y perdedores, en el que el otro se construye a partir de lo que posee, de su sustento económico. Pero el capitalismo necesita renovarse, por eso, permite que muchos logren satisfacer algunas necesidades, lo que distingue a las clases es en cuanto tiempo se logra hacerlo y cuan útil es lo que se consigue. Hace unos 15 años difícilmente había tanto celulares entre los adolescentes como los hay hoy, sin embargo, de 2 años a esta parte más de la mitad ha cambiado su celular por lo menos una vez. Entonces la adicción al consumo empieza de esa manera, dando la posibilidad de una “muestra” para que creas que no estas fuera del sistema que podes acceder a lo que los demás pueden, pero para muchos es una meta inalcanzable y por lo tanto, nunca van a encontrar satisfacción completa. La sociedad de consumo es una sociedad frustrada, enojada, insastisfecha, temerosa. Ya no se atesora lo que se posee sino se idolatra lo que busca conseguir.
Los chicos de esta sociedad, son los que la escuela recibe y a quienes el docente encuentra día a día en las aulas. Miembros de una generación distinta, nativos digitales recuperando a Prensky, acostumbrados a la velocidad del tic, que mamaron desde sus comienzos la sociedad de consumo, naturalizando su lugar en la misma. Con sueños y expectativas cambiantes, con miedo a compromisos que les limiten las posibilidades de acceder a algo más, algo nuevo y por lo tanto mejor. Jóvenes que se manifiestan más en las redes sociales que de forma personal, que utilizan un lenguaje propio, distinto a muchos adultos y docentes lo que dificulta mucho la comunicación. Que no tienen certezas de lo que quieren porque una vez que lo consigan probablemente deseen otra cosa, viviendo el hoy como el único tiempo valido. Tiempo que se sufre porque a diferencia de la vida en red, se los confina a estar limitados en un lugar durante un tiempo no pudiendo hacer otra cosa, restringiendo su libertad de acción.
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