Ensayo de Análisis de la obra "La invención del Amor" - Jose Ovejero.

La Jodienda que es Amar.

Samuel Ortiz Escamilla

Lic. Diseño Molecular y Nanoquímica – Taller de Lectura y Redacción.

Universidad Autónoma del Estado de Morelos – Instituto de Investigación en Ciencias Básicas y Aplicadas.

Mza. 8 Lt. 4 U. Hab. La Rosa Jiutepec, Mor.

soysamortiz@gmail.com

Dr. Alfonso Cruz Aguilar.

La Jodienda que es Amar.

La mirada embobada, las manos transpiradas y el traicionero rubor en las mejillas; además de las imperceptibles, pero estimulantes taquicardia y las clásicas mariposas en el estómago. Muchos son los síntomas y uno el diagnóstico: nos hemos convertido en las víctimas del ataque de Cupido. Y si bien, los hay quienes disfrutan de serlo, también hay casos de amores no correspondidos e irremediablemente platónicos; a estos últimos podría vérseles levantando la mirada al cielo y haciendo aspavientos preguntarse “¿Porqué me invaden estos sentimientos?”. Evidentemente, estos individuos no esperan una respuesta que vaya más allá de lo obvio: están enamorados. Sin embargo, hay una respuesta sacada de un laboratorio y sustentada por una investigación científica que aclare esa duda.

La química subyace en cada paso de una relación. Este campo se encuentra en continua investigación. Cuando te enamoras, tu cerebro experimenta ciertos cambios y también se produce la liberación de algunos compuestos químicos. Los investigadores consideran en general tres etapas en el amor: deseo, atracción y apego, cada una de las cuales lleva asociada ciertos procesos químicos:

El deseo surge a través de una atracción física inicial y coqueteo. Esta etapa depende de características tales como simetría de la cara y dimensiones corporales proporcionadas. El flirteo puede incluir miradas a los ojos, roces y reflejos en el lenguaje corporal. Los dos compuestos químicos que surgen en esta etapa son las hormonas sexuales (testosterona y estrógeno) y las feromonas. En el mundo animal, las feromonas^[1] son "huellas" aromáticas individuales que se encuentran en la orina o en el sudor, que dictan comportamientos sexuales y atracción por el sexo opuesto.

El amor romántico o apasionado se caracteriza por la euforia cuando las cosas van bien, y bruscos cambios de humor cuando van mal. Al enamorarte puedes tener muchos síntomas debido a compuestos químicos llamados monoaminas^[2], que aparecen en el cerebro: Dopamina^[3], Feniletilamina^[4], Serotonina^[5], Norepinefrina^[6].

Junto a un compañero con el que llevamos tiempo, sentimos una sensación de calma y estabilidad, una clase de enlace que mantiene a las parejas unidas. Esta clase de amor está dirigida por las siguientes hormonas: Oxitócina^[7], Vasopresina^[8], Endorfinas^[9].

Niveles altos de oxitocina y vasopresina pueden interferir con los caminos de la dopamina y la norepinefrina, lo cual puede explicar por qué con el tiempo la sensación de apego crece mientras que la locura apasionada del amor decae. (Martínez, 2006)

Sin embargo, hay quienes opinan que explicar en términos científicos el amor elimina todo rastro de romance y por ello prefieren creer que sus sentimientos son producto de una especie de magia erótica, en lugar de ser el resultado de un coctel de hormonas en su interior. En ese caso, la pregunta inicial  tendría que ser respondida por un investigador de carácter social y no científico (aunque es cierto que los conocimientos de la química, fisiología y anatomía del cuerpo humano, llenan los huecos en el diagnóstico de un psicoanalista con respecto al porque exacto de las reacciones y emociones que experimenta el individuo) la teoría basada en la biología, no satisface las dudas de un enamorado que ha fracasado en su relación, o que esta va en declive. Pues, si bien, una gran duda a la cual casi todos tienen una respuesta diferente es: “¿Por qué nos enamoramos?”. Sin embargo, una pregunta que en las últimas décadas parece de mayor importancia a responder por quien sea que pueda hacerlo es: “¿Realmente vale la pena amar en el sentido erótico, pasional y romántico a alguien?”.

 Y debe ser que precisamente en base a esa cuestión la obra titula, “La Invención del Amor” escrita por José Ovejero, Geógrafo e historiador de origen español, inunda la vida del personaje principal de su novela de anécdotas, teorías y filosofías personales. Por ello, este análisis del libro de José Ovejero, pretende esclarecer que su principal interés es desvelar esta incógnita.

Para empezar, el autor no profundiza o no hace referencia alguna al origen del amor. No pretende explicar tal fenómeno, ni mucho menos filosofar sobre su existencia. Puesto que el personaje central es un hombre consiente sus emociones, de las trivialidades que surgen con el afecto íntimo y erótico por alguien. Y este discernimiento lo tiene tan claro como quien reconoce que “amar” tiene cierto parentesco y origen en los instintos más básicos de supervivencia animal, pero que la capacidad de establecer entre congéneres un vínculo de respeto, conocimiento, responsabilidad y reciprocidad, es meramente una virtud otorgada exclusivamente al ser humano.

Pero esto no significa que amar le resulte al hombre o a la mujer algo tan natural como respirar. Y así es como nos encontramos con el tema principal de la obra de Ovejero, que no es otro que el de invitar a lo sus lectores a cavilar en lo complicado que es amar verdaderamente sin perder cada uno su propia integridad. Y determinar si ha valido la pena el esfuerzo que se tiene que llevar a cabo.

Con respecto a lo anterior; Samuel del quinto piso, osase, el central de la novela, afirma que el amor es algo que se menosprecia al ser declarado y se sobrevalora cuando se le busca. En pocas palabras, es algo que todos podrían apostar haber experimentado o estar sintiendo. Y sin embargo sus relaciones tienen múltiples problemas o fracasan, y argumentan los posibles motivos con palabras que más parecen excusas que motivos.

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