Ensayo de las obras maestras de la literatura

La literatura debería proyectar en sus letras el producto de primera calidad del espíritu del ser humano. Tal es la premisa del narrador, que se da a la tarea de buscar las “obras maestras” de la literatura.

Al leer dichas “obras maestras”, el narrador se siente consternado: “Huestes de hombres, llamados héroes, que se despanzurraban durante diez años seguidos bajo las murallas de una pequeña ciudad (...), un loco hético y un loco gordo que van por el mundo en busca de palizas” así describe el narrador la Íliada y El Quijote, junto a otros clásicos.

El argumento es sencillo: se vanagloria la forma y se desprecia la sustancia. El narrador considera a la literatura  retrógrada en cuanto a contenido, pues se consideran grandes obras aquellas que están bien escritas (en el sentido más literal de la palabra) y se desprestigian aquellas obras que sí se preocupan por los temas que abordan (que, a sus ojos, se encuentran en la juventud). Por lo que “ Es muy probable que nadie, dentro de un siglo, se dedique a una industria tan atrasada y poco remuneradora.”

La lección del relato la podemos describir así: no nos podemos poner de acuerdo en el canon de literatura. Los “especialistas”, según el relato del narrador, considerarán el lenguaje, las imágenes que se provocan, el nivel de pensamiento como instrumentos para medir el valor de una obra literaria, mientras que los de cabeza virgen, como se llama a sí mismo el narrador, buscarán obras más comprensibles con profundidad en su contenido.

Lo que nos lleva a una pregunta: ¿La literatura es para todos? Unos dirían que sí. Otros gritaran, patearan y alzaran las manos refutando frenéticamente que sólo unos cuantos podremos tener acceso a aquello que nutra el espíritu más profundo del hombre una vez que nos superemos a nosotros mismos. Seguimos sin ponernos de acuerdo. Pero queda establecida aquí una diferencia de opinión que, si tratamos de manera neutral, podría convertirse en diálogo: comunicación. Quizá la literatura deba convertirse en eso: un diálogo entre los habitantes del tiempo.

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