Ensayo de los valores y las facultades espirituales del ser humano
Enviado por Carlos Consani • 13 de Mayo de 2020 • Ensayo • 615 Palabras (3 Páginas) • 952 Visitas
Ensayo de los valores y las facultades espirituales del ser humano
El progreso que tenemos espiritualmente como seres humanos dependen del surgimiento de cinco virtudes fundamentales que son: la fe, la energía, la atención plena, la concentración y por último la sabiduría. Nuestra conducta es guiada a menudo por nuestros instintos e impulsos que vienen de nuestros sentidos, conforme maduramos nuestras facultades espirituales abarcan mucho más espacio en nuestra forma de sentir o pensar hasta que las cinco virtudes anteriormente mencionadas toman el control total de nuestros sentimientos y pensamientos.
Como primera facultad espiritual tenemos la fe, tal virtud es esencial en nuestra vida como seres humanos dado que fuera de cualquier idiosincrasia religiosa la fe consiste en creer en determinadas cosas, creer en un proyecto que queremos empezar, creer en tu jefe de trabajo o líder de grupo social en el sentido de ser optimista en relación a lo que esta persona te puede ofrecer. Sin la fe no podemos proponernos nada ni conseguir determinada cantidad de objetivos ya que, si no creemos en lo que estamos haciendo de un hipotético proyecto personal o si no creemos en las facultades y cualidades que tiene la persona que nos lidera a un supuesto éxito u objetivo no podemos ofrecer nuestro 100% en todos los sentidos lo cual eventualmente creará incertidumbre, frustración e impotencia tanto en nosotros mismos como en las personas que nos rodean y perderemos credibilidad como seres humanos con potencial de lograr grandes cosas en nuestras respectivas vidas.
De la mano con la fe va la energía, poco se necesita decir sobre la necesidad de ser enérgico si queremos lograr algo. Sin energía, sin esfuerzo extenuante, sin perseverancia, obviamente no se puede progresar mucho, por lo tanto, además de creer en lo que hacemos o planeamos hacer, al ejecutarlo debemos actuar con una alta motivación y persistencia para conseguir lo que nos propongamos obtener.
Mientras que la fe y la energía cuando son conducidas al exceso deben ser restringidas por sus contrarios, es decir, la sabiduría y la tranquila concentración, la virtud de la atención plena no comparte esta limitación. La atención plena debe ser fuerte en cualquier parte porque protege a la mente de la excitación en la cual puede caer dado que la fe, la energía y la sabiduría pueden exaltarnos; y de la indolencia en la cual puede caer dado que la concentración favorece la indolencia. Por eso, la atención plena es deseable en cualquier parte, como la sal en todas las salsas.
La concentración continúa el trabajo de la atención plena, profundiza nuestra capacidad para ganar la pacífica calma de nuestra naturaleza interior. Personalmente creo que la concentración es una de las facultades espirituales más importantes que tenemos ya que es la que nos permite optimizar al máximo cualquier tarea que estemos realizando o bien cualquier plan a largo plazo que nos propongamos, si concentramos toda nuestra voluntad, raciocinio e inteligencia en completar ordenadamente todas las cosas que debamos hacer para lograr cierto objetivo beneficioso podremos hacerlo en la menor cantidad de tiempo posible ahorrándonos una inmensa cantidad de recursos tales como tiempo, desgaste físico, desgaste mental, etc.
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