Es La Validez Del Conocimiento De Las Ciencias Sociales Un Problema ?

Università di Bologna (Sede de Buenos Aires) Universidad Nacional de Tres de Febrero

Maestría en Metodología

de la Investigación Social

PROGRAMA DE FUNDAMENTOS TEÓRICO-FILOSÓFICOS DE LA

INVESTIGACIÓN SOCIAL

Profs.: Dr. Belvedere Carlos

Dra. López Daniela

Trabajo final

Lic. Walter Cespi

Agosto 2012 - Febrero 2013

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INTRODUCCION

Conocido es el largo, profuso y duro trabajo que las ciencias sociales han venido

desarrollando desde sus inicios como disciplina, de alguna manera acosadas por las

ciencias duras las cuales, habiéndose apropiado en un momento de la historia del

pensamiento moderno, del estatuto de la ciencia moderna han hecho uso y abuso de un

poder hegemónico en el mundo del pensamiento científico.

Este acoso ha sido motorizado por un espíritu crítico, probablemente innato en la

reflexión humana y que, como en una especie de criticismo permanente, condicionó todas

y cada una de sus pensamientos. Así, cada una de esas reflexiones se han visto

enfrentadas a otras con el objeto de ser superadas. Hablan de esto algunas antinomias

como: Objetivismo – Subjetivismo (probablemente de la que más nos ocuparemos)

Positivismo – Materialismo, Empirismo – Logicismo, lo Micro - lo Macro, Existencialismo –

Idealismo, Etc. El resultado de estos enfrentamientos, y específicamente en el campo del

conocimiento de lo social, deja en evidencia huellas de un dualismo constante,

irreconciliable y segregador.

Este permanente ejercicio intelectual del ser humano, específicamente en el ámbito de la

teoría del conocimiento, ha motivado una constante crítica de todas y cada una de las

teorías que pretendieron dar cuenta o ahondar de alguna manera esta cuestión. De la

misma manera, este mecanismo se traslada al ámbito del pensamiento social y desde una

posición de privilegio, el discurso hegemónico del empirismo positivista de las ciencias

duras, logra instalar una especie de incertidumbre acerca de la validez de los resultados de

las ciencias blandas. Sin embargo, en un momento de la historia, aparece la necesidad de

terminar con este incansable criticismo y particularmente dejar de lado el viejo dualismo

objetivismo – subjetivismo, al advertir en esta cuestión, una falsa dicotomía, que no solo

se agota en el plano del discurso, sino que además es perniciosa y por lo tanto requerida

de superada.

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Es posible advertir este trascendental replanteo del juego en los primeros años del siglo

XX. La evolución del pensamiento en este momento de la historia intenta reconsiderar la

idea de realidad social, comenzado a entenderla como histórica, dialéctica y

contradictoria, requiriendo por tanto procedimientos sui generis para lograr captar su

vasta complejidad. Se establece entonces considerar como un error aplicar al estudio de

los fenómenos humanos las mismas reglas de trabajo que se utilizan para estudiar, por

ejemplo un mineral o una célula vegetal. La sociedad es mutable e impredecible, los

fenómenos que explican las leyes físicas no tanto. Así como se tiene la certeza absoluta de

que las piedras no mienten, las conductas de los grupos humanos generalmente no

pueden conocerse de antemano ya que las personas reaccionan de diversa manera frente

a los intereses, las ideologías o las mentiras. Todo esto hace que la realidad socio-histórica

sea infinitamente más compleja y vasta que el de la realidad natural y que, por lo tanto, se

justifique una neta separación en sus respectivos protocolos investigativos.

En las páginas que siguen, veremos el esfuerzo realizado por algunos pensadores al

intentar construir teorías sustentables que permitieran dar cuenta de la cientificidad de

las cuestiones que atañen a las ciencias sociales Ocuparse de señalar cada uno de ellos y

reseñar su obra implicaría trabajar duramente, escribir una gran cantidad de páginas y

seguramente, obtener un doctorado. Por ello en este trabajo nos detendremos a

examinar algunas obras de unos pocos pensadores. El criterio de selección de los mismos

está relacionado con que tales, entre otros, vislumbraron la posibilidad de que el

conocimiento de los fenómenos humanos pueda ser considerado con carácter científico o

por lo menos gozar de un alto grado de certeza y otros que, planteando la improcedencia

de esta dicotomía, sugieren que la misma debe ser superada.

Debido entonces a los alcances de este trabajo nos limitaremos a referirnos a un pequeño

grupo de estos pensadores, señalando para el caso de los primeros a Alfred Schutz,

considerando a éste como uno de los ejemplos más precisos y detallados en pos de

construir una ciencia social con la validez conceptual y metodológica propia de las ciencias

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tradicionales. Con otro pensamiento, proponiéndose superar el dualismo, Edmund Husserl

piensa en un método que permita acercarnos a los fenómenos de manera tal de llegar a

sus esencias, así al escribir su obra Ideas relativas a una fenomenología pura y una

filosofía fenomenológica, explica que el científico puede vivir el hecho empírico y deducir

su sentido y significación por medio de la “Intuición Eidética.” Sin embargo, la

aproximación a este autor la haremos a través de uno de sus más claros herederos

filosóficos, Maurice Merleau-Ponty, desde su obra “La fenomenología y las ciencias del

hombre” donde, justamente el espíritu husserliano aflora con más claridad. Una tercera

línea de trabajo, desde el campo de la sociología del conocimiento, y de la mano de Peter

Berger y Thomas Luckmann1, veremos que no solo tratarán la manera en que las personas

conocen la realidad, hecho que permitirá hablar de la posibilidad de construir un saber

acerca de lo social de manera legítima, válida y a la medida del ser humano, sino también

que a partir de sus reflexiones es posible entender al dualismo no solo como una cuestión

superada, sino más bien sin sentido.

EL CARÁCTER CIENTIFICO DE LAS CIENCIAS HUMANAS Y

EL APORTE DE ALFRED SCHUTZ

“Todo conocimiento científico del mundo social es indirecto.”2 Con esta sentencia Schutz

no solo afirma que los fenómenos sociales pueden ser conocidos científicamente, sino que

tal sentencia funciona como piedra fundamental de su teoría acerca de esta problemática.

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