Estrutura estratificada de la realidad del hombre
Enviado por nilton10117 • 24 de Septiembre de 2013 • Tutorial • 1.893 Palabras (8 Páginas) • 278 Visitas
ESTRUTURA ESTRATIFICADA DE LA REALIDAD DEL HOMBRE
QUE ES EL HOMBRE.
El problema del hombre resume en sí todo el problema filosófico, en la medida que todas las formas de realidad se dan cita en cada ser humano.
En el hombre encontramos la materia inanimada, como la estruc¬tura que ha sido animada por la vida (en sus estratos vegetal y animal) dotándola de funciones vegetativas y de relación.
Dentro del mismo hombre, aparece también un conjunto de funciones psíquicas, como la memoria, la volición, la afectividad, la inteligencia, etc.; y, por fin, en el hombre mismo aparece la clara conciencia de diferir sustancialmente de todas las otras formas de realidad, de participar de lo trascendente , por lo que se llama Espíritu.
La Realidad Estratificada
Publicado: 30 julio, 2011 en Filosofía
Etiquetas: Filosofía, Metafísica, Para Veteranos, Realidad
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Abre los ojos, la mente y el espíritu y mira a tu alrededor. ¿Qué es la realidad? Para abordar la pregunta se pueden adoptar dos posiciones antagónicas, o bien desde la radical unidad de lo existente o bien admitiendo una pluralidad irreductible. Claro que también nos podemos salir por peteneras, o dicho de manera más académica ser eclécticos, y hacer como Deleuze, que combina ambos enfoques como puntos de vista complementarios.
Podemos partir de nociones tales como la substancia espinosista, el Cuerpo sin órganos de Artaud, o el plano de consistencia del propio Deleuze. En estos casos el mundo se presenta como un continuo variable de intensidades sin estratificar, como una materia única que se presenta bajo un continuo de modos distintos que recorren la superficie de la única substancia, como un conjunto de multiplicidades relacionadas directamente con la substancia. Constituidas por continuos intensivos, emisiones de partículas y conjunciones de flujos que se organizan a través de máquinas abstractas que constituyen dicho plano de consistencia. Tenemos pues un continuo energético en continuo movimiento, que se crea y se destruye continuamente. Esta visión combina el dinamismo heraclitiano con la sumisión espinosista de la multiplicidad de los modos a la unicidad de la substancia o plano de consistencia a través del energetismo de la teoría leibniziana de las mónadas. Es una concepción molecular de la realidad, neovitalista y energetista.
También tenemos la lectura estratificada de la realidad. La realidad se articula en una serie de niveles, cuya organización interna les dota de cierta unidad estructural que permite distinguirlos entre sí. Son muchos los filósofos que han aportado su granito de arena a esta visión estratificada. Por ejemplo, Hartmann escinde la primitiva división de naturaleza y espíritu en cuatro estratos esenciales: inorgánico, orgánico, psíquico y espiritual, o Ferrater, que también propone 4 niveles entre los que se establecen ciertas continuidades: físico, orgánico, social y cultural. Los hay como Bunge que hablan de 5 niveles, el estrato inorgánico se dividiría en físico y químico, el estrato orgánico, que se denomina biológico, el estrato cultural o espiritual, que se denomina social y por último el técnico, para destacar el aspecto productivo y transformador de la naturaleza que la cultura humana posee. Hay otras estratificaciones quizas más originales, como las de Bueno o Popper, en las que no se distingue entre lo inorgánico y lo orgánico, entre lo físico y lo químico o lo biológico, y se unen en uno que agruparía lo material.
Algunos resultados comunes de esta concepción pluralista de la realidad son la aceptación de nexos de unión entre los diferentes estratos, la explicación del surgimiento de la novedad mediante el emergentismo, el rechazo del reduccionismo de un estrato a otro. Este tipo de teorías son pluralistas, no reduccionistas, no aislacionistas y en algunos casos materialistas, evolucionistas y sistémicas.
En los estratos físicos, el contenido es molecular y la expresión molar. La expresión estructura la discontinuidad microfísica en la estabilidad relativa de los agregados macroscópicos. En el estrato orgánico la expresión se autonomiza respecto del contenido expresado, y ambos presentan aspectos molares y moleculares. La expresión en el estrato orgánico se linealiza en las secuencias de los ácidos nucleicos, marcando su capacidad de autocopiado, y por tanto de reproducción, que no encontramos en los cristales, capaces de crecer pero no de reproducirse. Las propiedades de lo orgánico frente a los físico-químico son emergentes, como dicen Hartmann, Bunge y Ferrater. Lo orgánico descansa en lo físico-químico, está condicionado por ello y a la vez es independiente y tiene sus leyes específicas propias. Hay una relación asimétrica entre el estrato biológico y el físico-químico. Lo físico, sin más, es una condición necesaria pero no suficiente para los organismos.
La materia orgánica no es distinta de la inorgánica, pero está estructurada de otra manera y obedece otras leyes. Se invierte localmente el aumento de entropía y surge orden a partir del desorden, o complejidad debida al ruido. Los sistemas biológicos son sistemas autoorganizativos. La autoorganización supone la interacción entre diferentes niveles de integración, se utilizan perturbaciones aleatorias para crear complejidad funcional, dando lugar a un aumento de la diversidad. El paso del nivel de las moléculas al nivel de los organismos celulares exige la puesta en común de propiedades que distinguían a las moléculas diferentes y que ahora dan lugar a propiedades, las de la organización celular, que se expresan en términos de información.
La emergencia de la vida a partir de elementos físico-químicos es un fenómeno imprevisible a partir de dichos elementos, aporta una novedad real respecto al sustrato inorgánico. La vida es un proceso de morfogénesis espontáneo y autónomo que reposa en las propiedades de reconocimiento de las proteínas. Este surgimiento de la complejidad es posible por la información que estaba presente, pero sin expresar, en los componentes proteínicos.
Hablemos ahora del estrato socio-cultural. La antropogénesis
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