Eutanasia
Enviado por lauc • 27 de Mayo de 2012 • 1.385 Palabras (6 Páginas) • 562 Visitas
I. Introducción
La duda que genera la interrogante de si los pacientes terminales deberían tener el derecho de decidir cuándo y cómo morir es la que nos hace elegir el tema eutanasia.
En nuestro país, el suicidio asistido es considerado como atenuante en el delito de homicidio cuando una persona que sufre mucho dolor solicita que la ayuden a morir. 1
Pensamos que sería conveniente que las personas que así lo quieran, estando sanas, pudieran firmar un testamento vital en el que dejaran establecida su decisión. Para eso necesitaríamos una ley de eutanasia.
A lo largo de la historia la eutanasia es un tema que ha estado presente. En Esparta los niños que nacían con defectos o discapacidades eran asesinados desde lo alto del monte Taigeto. 2
En “La Republica” de Platón se establece que habría que dejar morir a los que tuvieran un alma mala o una deficiencia en el cuerpo. 3
Santo Tomás Moro en el libro “Utopía” defiende la muerte de los enfermos incurables con el consentimiento de los Sacerdotes y el Magistrado.4
Francis Bacon en “El avance del saber” es el que retoma el uso del término eutanasia que viene de los griegos y plantea que la medicina debería estudiar la forma de ayudar a los enfermos terminales a aliviar la agonía y a transitar dulcemente hacia la muerte.5
Etimológicamente eutanasia viene del griego “eu” bien y “thanatos” muerte.6
Hay distintos tipos de eutanasia:
Eutanasia activa es la administración de algún producto que causa la muerte.7
Eutanasia pasiva8 es la que se realiza retirando tratamientos imprescindibles para la supervivencia del enfermo, que no debe confundirse con negarse a la distanasia que es el tratamiento desproporcionado que prolonga la agonía de los enfermos desahuciados.9
Usaremos la palabra eutanasia para referirnos a la eutanasia activa.
Los interrogantes que nos proponemos contestar son:
1) ¿Es natural el miedo a morir?
2) ¿Deberíamos poder elegir cuándo y cómo morir?
3) ¿Cómo procede la medicina frente al sufrimiento extremo?
4) ¿La cuestión de la eutanasia es un problema social?
II. Desarrollo
¿Es natural el miedo a morir?
El miedo a morir ha estado presente desde siempre. La muerte implica un cambio. Los cambios siempre provocan miedo porque no conocemos lo que va a venir.
Epicuro en su carta a Meneceo nos dice que no tenemos que temer a la muerte porque mientras estamos vivos no nos atañe y cuando morimos no sentimos nada.10
Para Seneca nos encaminamos a la muerte desde que nacemos. No debemos temer a la muerte porque es la meta de vida. 11
La filosofía cristiana nos habla de la inmortalidad del alma. Cuando morimos el alma pasa a otra vida, la vida eterna. Entonces, no debemos temer a la muerte porque nos espera otra vida.
David Hume en “De los prejuicios morales y otros ensayos”, deja entrever su posición respecto a la eutanasia, al decir “cuando el horror al dolor prevalece sobre el amor a la vida; cuando una acción voluntaria anticipa el efecto que producirían causas ciegas, es sólo consecuencia de esos poderes y principios que ha implantado [Dios] en sus criaturas. La divina providencia está todavía inviolada y permanece muy lejos, más allá del alcance de las ofensas humanas.”12
La muerte forma parte del ciclo de la vida. Si esto es así, ¿por qué temer a la muerte? El ideal sería morir sin sufrir, decidiendo cuándo.
¿Deberíamos poder elegir cuándo y cómo morir?
La Declaración Universal de los derechos humanos en sus consideraciones plantea que todos los seres humanos tienen iguales derechos de libertad, justicia y paz basados en la dignidad de las personas.13
En la declaración no se explica qué es la dignidad por lo tanto tomaremos la definición de Kant que dice: "Lo que tiene un precio puede ser sustituido por cualquier cosa equivalente; lo que es superior a todo precio y, que por tanto, no permite equivalencia alguna, tiene una dignidad". 14
El artículo 3 garantiza el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas. 15
Para Aristóteles la libertad está ligada al respeto no sólo del orden natural sino también del orden moral. La elección moral debe estar gobernada por la voluntad. El libre albedrío no puede estar sujeto a la coacción de la ignorancia, por lo tanto toda persona habiendo sido
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