FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA

“FILOSOFÍA ARISTOTÉLICA”

BIOGRAFÍA (384 – 322 a. C)

Aristóteles nace el año 384 a.C., en la pequeña ciudad de Estagira, la moderna Stavró, en la costa noroeste de de la península de Calcidia. Sus padres fueron Nicómaco y Festis, su padre pertenecía al clan de los Asclepiades, parece probable que su familia emigró a Mesina durante el siglo VII u VIII. Por otra parte, su madre era originaria de Calcis, donde posteriormente, Aristóteles, por el año 323 a.C., se establecería.

Al parecer sus padres murieron cuando era todavía un niño, por lo que tuvo que asumir su tutela un pariente llamado Proxeno. Respecto a su educación ingresaría a la escuela de Platón a los 18 años de edad, en donde pasaría 19 años, aproximadamente, hasta la muerte de su maestro.

Durante algún tiempo parece que sería el favorito de Platón, no obstante, en la academia era conocido como <<el lector>> por excelencia, y la <<inteligencia de la escuela>> además. Tiempo después cuando sus puntos de vista comenzaron a divergir sus relaciones se volvieron menos cordiales. Pero mientras vivió Platón su discípulo -Aristóteles- siempre se mostró leal a la Academia.

Posteriormente, por el año 323 a.C, tras la muerte de Alejandro se establece en la ciudad de Calcis, muriendo un año después, en dicha ciudad, producto de una enfermedad gástrica a los sesenta y dos años.

FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA

Según Aristóteles se puede clasificar la ciencia en tres tipos: i) ciencias teóricas ii) ciencias prácticas y iii) ciencias productivas. Las primeras –ciencias teóricas- buscan el conocimiento por el conocimiento mismo, las segundas –ciencias prácticas- se encargan del estudio de la conducta humana y, finalmente, las terceras –ciencias productivas- buscan que el conocimiento de ellas sea utilizado en fabricar cosas útiles o bellas.

Dentro de esta perspectiva aristotélica las ciencias estarían representadas por las siguientes disciplinas:

LA SUSTANCIA

La sustancia es el principio (árjē) y la causa (aítía) que se justifica en el ser de cada cosa. En este sentido, la sustancia es: “la causa primera del ser propio de cada realidad determinada”. No obstante, Aristóteles considera que las causas son de cuatro clases:

a) Causa material.- Es lo que esta presente en el elemento constitutivo. Ejemplo: la estatua esta hecha de bronce y tiene bronce en ella.

b) Causa formal.- se aplica a la forma o modelo, vale decir, a la forma de lo que la cosa en cuestión debe ser.

c) Causa eficiente.- se aplica a todo aquello de donde viene el origen inmediato del movimiento o reposo. Ejemplo: dominar una conducta (aquel que aconseja un acto es la causa de este acto.

d) Causa final.- Se aplica al propósito o fin.

Un ejemplo para las cuatro causas sería el siguiente: si observamos una estatua elaborada en bronce su causa material sería el bronce que la constituye, su causa formal aquel modelo que adquiere la estatua, su causa eficiente el escultor que la elaboró y, finalmente, su causa final, aquello para lo que se esculpió, por ejemplo: adorno o conmemoración.

EL ALMA

El alma es una sustancia que informa y vivifica a un determinado cuerpo. Textualmente, Aristóteles, sostiene que: “Es el acto primero (entelequia) de un cuerpo que tiene la vida en potencia.” Además, distingue tres funciones o tipos de almas que poseen los entes:

1. Alma Vegetativa.- Es una potencia nutritiva y reproductiva, propia de los seres vivientes. Ejemplo: las plantas.

2. Alma Sensitiva.- Tiene por función la sensibilidad y el movimiento. Es propia de animales y el hombre.

3. Alma Intelectiva.- Es una función superior, es decir, la capacidad de juzgar imágenes que los sentidos proporciona. Es propia de los hombres.

LA ÉTICA

Cada arte, cada investigación, así como cada acción y elección, están hechas con vista a un fin que nos parece bueno y deseable. En este sentido, los bienes y los fines tienen una coincidencia. Aristóteles considera que el supremo bien es la felicidad, entendiéndose ésta como la vida contemplativa, es decir, de meditación o reflexión ante frente a una realidad. Además, agrega que: “existen dos clases de virtud, (areté) la dianoética y la ética, la dianoética debe su origen y su incremento principalmente a la enseñanza, por ello requiere experiencia y tiempo; la ética, en cambio, procede de la costumbre, por lo que hasta su nombre se forma mediante una pequeña modificación de costumbre.”

En tal sentido, considera que la virtud ética se refiere a nuestras acciones y su forma de elegir; ya que, en ellas existen dos extremos: una por defecto y otra por exceso y lo preferible sería actuar sin escoger los extremos sino un término medio. Al respecto dice: “…la virtud ética, pues ésta se refiere a las pasiones y acciones, y en ellas hay exceso, defecto y término medio…”

Por otra parte, señala que es sólo mediante la práctica que aprendemos las virtudes éticas: “adquirimos las virtudes como resultado de actividades anteriores…De un modo semejante, practicando la justicia nos hacemos justos; practicando la moderación, moderados, y practicando la virilidad, viriles…”

LA POLÍTICA

Dentro de la concepción política aristotélica “La virtud no es realizable fuera de la vida en sociedad, esto es del Estado.” En tal sentido, el origen de la vida social nos enseña que el individuo no se basta a sí mismo y necesita de leyes y educación para alcanzar la virtud. Además, afirma que: “la política…es la que regula que ciencias son necesarias en las ciudades y cuáles ha de aprender cada uno y hasta que extremo…”

Por otra parte, considera que es preferible un fin común a un fin personal o individual en los hombres: “el fin de ella incluirá los fines de las demás ciencias, de modo que constituirá el bien del hombre. Pues aunque sea el mismo el bien del individuo y el de la ciudad, es evidente que es mucho más grande y más perfecto alcanzar y salvaguardar el de la ciudad…”

Finalmente, cabe recordar que el objeto de la política es el estudio de las cuestiones justas y nobles; sin embargo, dichas cuestiones son establecidas sólo por convención y no por naturaleza: “Las cosas nobles y justas que son objeto de la Política presentan tantas diferencias y desviaciones, que parecen existir sólo por convención y no por naturaleza.” Por ello es necesario aclarar que: “…cada uno juzga bien aquello que conoce y de estas cosas es un buen juez; el fin de la Política no es el conocimiento

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