Filosofia
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Espiritualidad y Psicología Humanística.
Las Escuelas Psicológicas Humanísticas.
Dra. Raquel Inés Bianchi.
Raquelibianchi@yahoo.com
Septiembre, 2009.
Diferencias entre Religión, Religiosidad y Espiritualidad.
La Religión.
Es un sistema de creencias y culto organizado por personas practicantes. Se vive en
comunidad. Generalmente es vista como una institución social con sacerdotes, rabinos,
lamas, pastores, dogmas, doctrinas, templos e instituciones, e incluso con intromisión
política y en organizaciones sociales. (1)
Pertenecer a una religión implica estar atado, ligado a servir a una divinidad determinada
por un ritual determinado.
Para definir el concepto de religión debemos contar con tres factores:
1. Creencia en una dimensión religiosa.
2. Observancia de un conjunto de rituales o prácticas religiosas.
3. Adhesión a una doctrina o código de conducta ética que surge de las enseñanzas
religiosas.
La religiosidad.
Es la expresión comportamental de la persona creyente, de su sistema de creencias y culto.
La persona lo vive en lo social como un cuerpo de creencias, ritos, normas y valores que
rigen, o pretenden regir, la vida del sujeto religioso. Se expresa en credos y rituales.
La religiosidad puede vivirse de dos formas:
- ejercida como medio para acceder a la experiencia de lo divino. De esta manera
cumple su fin último que es la expresión y el desarrollo de la espiritualidad. El
religioso vive su religión y vivencia su fe como el valor más alto de su vida.
- Si la religiosidad se convierte en un fin en si misma, la experiencia de lo divino se
desvanece, y la religiosidad adquiere un carácter instrumental, y supersticioso, que
aleja al sujeto de lo espiritual. En este caso el religioso usa la religión en un sentido
estrictamente utilitario para ganar seguridad, posición social, u otras metas no
religiosas o anti-religiosas. (1).
La religiosidad no es sino el cascarón de la vida religiosa del creyente.
Lo que dota de realidad y sentido esencial a la vida religiosa del creyente es la
espiritualidad. Sin espiritualidad, la vida religiosa es sólo apariencia, máscara, vacío de lo
divino. (1).
La Espiritualidad.
La espiritualidad es percibida como una vivencia interna de sentirnos vivos. Muchas veces
caracterizada por un sentimiento de integración con la vida y el mundo; como un proceso
funcional dinámico, que se desarrolla en la singularidad del sujeto y posteriormente se
expresa en lo social. La espiritualidad nos permite sentir la vida, tanto en la vida individual
como en la comunitaria, como un todo lleno de sentido.
En cuanto al origen de la palabra Espíritu y Espiritualidad.
La palabra Espíritu proviene de la palabra latina Spiritus traducción de la palabra griega
Pneuma. Este término recibió un significado técnico a través de los estoicos que lo
entendieron como espíritu o soplo animador por el cual Dios obra sobre las cosas,
ordenándolas, vivificándolas y dirigiéndolas. (2, pág. 442).
Sobre el origen de la palabra Espiritualidad, Spiritualis es una traducción de la palabra
griega pneumatikos (“según el Espíritu”, “lleno de Espíritu”). Significaría “Vivir desde el
Espíritu”. (3, pág. 9).
En el plano de las creencias, la espiritualidad se manifiesta como un convencimiento
profundo de que la existencia tiene un valor y un sentido trascendente.
El hombre trata de buscar algo o alguien en el más allá. Esta búsqueda ha sido definida
como su dimensión espiritual. Es la búsqueda de respuestas ante su experiencia de
finitud, de frustración y de falta de sentido para comprender la existencia. (4).
La espiritualidad no requiere obedecer a ninguna religión organizada, tampoco tiene
estructuras jerárquicas; la espiritualidad es algo personal, vivido en la singularidad del
sujeto o en forma comunitaria. La necesidad de una religión o de creer en un ser supremo o
Dios están incluidas en la espiritualidad.
Puede manifestarse como: un ansia de Dios, como una búsqueda de lo sacro o divino;
como necesidades expresivas ligadas al arte; en diferentes actos creativos; o en la
necesidad del “encuentro” a través de la comunicación con otras personas; o la necesidad
del contacto con la Naturaleza. (4).
El Espíritu.
Es lo que, en el hombre, articulado con su cuerpo lo hace ser hombre. (5).
Definición de espíritu: es una fuerza inmaterial, simple (no múltiple, sin composición),
dinámica, inteligente, capaz de amar.
Etimológicamente, tanto en hebreo (Ruah), como en latín (Spiritus), como en griego
(Penuma), significa “soplo de aire”. Esta palabra expresa lo inmaterial y también el
dinamismo. De ahí que se recurra a ella para expresar realidades imperceptibles a los
sentidos.
Espiritualidad y corporeidad, ontológicamente, están intrínsecamente unidas y actualizan
la unidad del hombre como tal. (5).
El espíritu es inefable (no se puede explicar con palabras) e inabarcable.
Es el espíritu lo que hace al hombre capaz de auto-excederse, de buscar “siempre más”.
El espíritu humano es uno y único para cada hombre/mujer. Es principio de vida.
Es individual y nos abre al orden de lo universal.
El espíritu humano es intransferible, irrepetible, hace que la persona sea ella misma, un
individuo intransferible e irrepetible.
Es el principio de las operaciones del orden del pensamiento y de la voluntad, como del de
la reflexibidad y del amor. (5)
Para desarrollar nuestra espiritualidad necesitamos integrar nuestra reflexión a nuestra
experiencia profunda.
Podemos acceder a esta experiencia profunda captando la actividad del espíritu, por las
manifestaciones que el espíritu opera en nosotros. (5).
Esta actividad o dinamismo del espíritu es nuestra espiritualidad.
Algunas funciones que ejerce el espíritu:
El espíritu ilumina.
Se le puede aplicar la figura de la luz.
Tomemos la metáfora de la lámpara. Cuando la lámpara se enciende se crea la diferencia
entre lo oscuro y lo iluminado, como si algo que antes no era, ahora es.
Es luz para la inteligencia, luz para la sensibilidad, luz para la afectividad; es luz para
la conciencia.
La conciencia humana es intencional. Siempre está
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