Filosofia
Enviado por perrito1145 • 6 de Junio de 2013 • 14.669 Palabras (59 Páginas) • 252 Visitas
UNIDAD II PLANTEAMIENTOS FILOSÓFICOS SOBRE LA SOCIEDAD
2.1. Sociedad, hombre y pensamiento.
2.1.1. Platón.
2.1.2. Aristóteles.
2.2. Sociedad, política y poder.
2.2.1. Maquiavelo.
2.2.2. John Locke.
2.2.3. Rosseau.
2.3. Sociedad y Utopía
2.3.1. Tomas Moro
2.3.2. Charles Fourier
2.3.3. Tomas Campanella
2.4. Sociedad y Filosofía en Latinoamérica.
2.4.1. Samuel Ramos.
2.4.2. José Martí.
2.4.3. José Vasconcelos.
Platón
Filósofo griego (427 - 347 a. C.), atraido por Sócrates, lo siguió durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas, Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras; luego pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a Atenas. Allí fundó una escuela de Filosofía en el 387, situada en las afueras de la ciudad.
Los trabajos de Platón se han conservado casi completos y se le considera por ello el fundador de la Filosofía académica. La mayor parte están escritos en forma de Diálogos, como los de La República, Las Leyes, El Banquete, Fedro o Fedón.
Platón define al hombre como aquel que usa de su cuerpo, es decir, que él identifica al hombre con el alma.
El alma es, lo único importante, nuestro vínculo con el mundo de las ideas. El alma tiene tres partes o, mejor dicho, que hay tres almas por cada cuerpo:
1. Racional, alberga la inteligencia y es la que está más cerca de las ideas. De hecho, es la única de las tres que sobrevivirá después de la muerte del cuerpo.
2. Pasional domina los sentimientos y las pasiones, que pueden ser positivas o negativas según se dirijan más hacia lo espiritual o hacia lo material.
3. Apetitiva.
Por otro lado, según el comportamiento que haya observado el ‘alma pasional’, según que ésta haya estado más apegada a lo espiritual o a lo material, el hombre recibirá después de la muerte del cuerpo su premio o su castigo respectivamente.
Se comprende entonces que en opinión de Platón, en consonancia con Sócrates, los pitagóricos y tantos otros filósofos anteriores, la FILOSOFIA constituya para el ser humano el único vínculo posible con el mundo de las ideas, el único camino de purificación y salvación.
El hombre sólo podría conseguir la felicidad mediante un ejercicio continuado de la virtud para perfeccionar el alma; y la virtud significaba, la justicia, compendio armónico de las tres virtudes particulares, que correspondían a los tres componentes del alma: sabiduría de la razón, fortaleza del ánimo y templanza de los apetitos.
El hombre auténtico será, aquel que consiga vincularse a las ideas a través del conocimiento, acto intelectual -y no de los sentidos- consistente en que el alma recuerde el mundo de las ideas del cual procede.
Para Platón, la ley es igual a la verdad. Mejor dicho: nuestras leyes humanas deberían ser un reflejo de aquella ‘verdad’ (bien, belleza) que gobierna el mundo de las ideas. En ese sentido sus características deberían atenerse a lo que sigue:
a) Paz y benevolencia
b) Bien común (no material, sino espiritual ; aunque lo parezca, Platón no pretendía defender en absoluto ningún modelo de sociedad económicamente igualitaria)
c) No el interés de los gobernantes, sino el bien de los gobernados.
El Estado ideal sería una República formada por tres clases de ciudadanos -el pueblo, los guerreros y los filósofos-, cada una con su misión específica y sus virtudes características: los filósofos serían los llamados a gobernar la comunidad, por poseer la virtud de la sabiduría; mientras que los guerreros velarían por el orden y la defensa, apoyándose en su virtud de la fortaleza; y el pueblo trabajaría en actividades productivas, cultivando la templanza.
La vida social de los humanos
Por lo demás, forma parte de las convicciones sociales, firmemente asentadas en la época, la idea de que la vida del hombre se identifica, de alguna manera, con su vida social.
De ahí las similitudes que establecerá Platón en la República entre la moral individual y la moral colectiva, o entre el gobierno de los bienes individuales y el gobierno de los bienes colectivos. Para Platón tenía que existir el Bien en sí, por lo que difícilmente la referencia del buen comportamiento del individuo puede ser distinta de la del buen comportamiento del Estado. Tiene que existir un único modelo de comportamiento moral. Y ese modelo ha de tener un carácter absoluto.
La teoría política de Platón
Platón nos expone su teoría política, que será revisada en el Político, en Las Leyes y en la República, obra perteneciente a su período de madurez.
La República es una obra que tiene por objeto de discusión determinar en qué consiste la justicia. Consta de diez libros que podemos agrupar en cinco partes, según los temas tratados:
a) el libro primero en el que se plantea el tema de qué es la justicia sería una especie de prólogo, al que seguirían
b) los libros II, III, y IV que tendrían por objeto estudiar la justicia en la ciudad ideal,
c) cuyas formas de organización, de gobierno, características de sus clases sociales, etcétera, se establecerán en los libros V, VI y VII;
d) estudiando posteriormente los males que arrastran a las ciudades hacia la ruina, la injusticia, en los libros VIII y IX;
e) terminando la obra con la condena de la poesía y de aquellas formas de arte que nos muestran una mala imagen de las cosas, así como con una reflexión sobre el destino final del alma.
Sociedad y política: la educación y el gobierno en la República
En la República establece Platón detalladamente el programa de estudios que debería imperar en la ciudad ideal, haciendo especial hincapié en la educación de los gobernantes.
Todos los niños y niñas deberían recibir inicialmente la misma formación.
Platón considera que la educación recibida en los primeros años de la vida es fundamental para el desarrollo del individuo, por lo que en la ciudad ideal nadie ha de ser privado de ella, ni en razón de su sexo ni por ninguna otra causa: el proceso educativo tiene, al mismo tiempo que un objetivo formativo, la misión de determinar qué tipo de alma predomina en cada individuo, es decir, su naturaleza, en virtud de la cual formará parte de una u otra clase social.
La educación y el gobierno en la República
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