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Filosofía y filosofía de la educación


Enviado por   •  29 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  1.578 Palabras (7 Páginas)  •  384 Visitas

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Capitulo 1. Filosofía y filosofía de la educación

Primeramente para iniciar con nuestro primer análisis de nuestro ensayo tenemos que saber y definir que es la filosofía, para muchos es amor a la sabiduría, pero en sí ¿que es la sabiduría?, ¿cómo lo adquirimos?, etc.; esta preguntas me las hice antes de iniciar el texto de Moore.

El autor Moore concede un papel esencial a la filosofía, expresa que la teorización sobre la educación puede considerarse, lo mismo que la filosofía de la educación. Puesto que se hace presente en la concreción de ésta, desde los ámbitos de recomendar el fin de la educación, el tipo de individuo para esa sociedad, los conocimientos y métodos acertados para que los elementos de la teoría sean congruentes y consistentes.

La filosofía de la educación está vinculada con la filosofía general por sus métodos, más que por sus propósitos. Para explicar esto debemos considerar la naturaleza de la filosofía como una empresa. En el pasado la tarea del filósofo consistía en dar una explicación comprensiva y racional de la naturaleza de la realidad, del lugar del hombre en el esquema de las cosas y tratar asuntos como la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el propósito del universo.

Hasta este punto la filosofía para dar lugar a la creación de la teoría educativa que se plasma en el plan y programa vigente o más generalizado en los documentos que norman y orientan el quehacer educativo. La filosofía está de manera explícita o implícita en estos documentos, desde uno de los dos enfoque que plantea Moore ya sea el tradicional o el de progreso. Con la finalidad de construir la sociedad deseada, el tipo de individuo que ha de formarse.

En la actualidad se dice que la filosofía es una actividad de “alto rango” que trata asuntos lingüísticos y conceptuales; es decir, trata con los conceptos “mente” y “propósito” más que con las mentes y los propósitos como tales, y con los problemas que surgen de las confusiones lingüísticas o conceptuales.

Cada vez más, la filosofía es concebida como el análisis y la clasificación de conceptos utilizados en otras áreas. Se sostiene que la filosofía no tiene una materia de estudio por sí misma; que es un modo general de cuestionamiento sobre conceptos y teorías de otras disciplinas, como la ciencia, la historia, el derecho o la religión; que se preocupa por argumentos y justificaciones de esas disciplinas, e intenta clarificar los conceptos, probar la coherencia de las teorías y servir al propósito terapéutico de disolver los problemas que persisten únicamente por confusiones lingüísticas.

Esta concepción de la filosofía es materia de un debate en el que no insistiremos. Lo que sostendremos a lo largo de este libro es que la filosofía, como tal, es un parásito de la teoría y que la filosofía de la educación es una actividad de orden superior que es huésped de la teoría y práctica de la educación.

La filosofía se hace presente momento a momento de manera trasversal, puesto que es asunto de la filosofía la ética, que es la que recomienda los valores y principios que se recomiendan para lograr el fin de la educación.

Por ejemplo, Cuando el profesor enseña a sus alumnos, implica un tipo de relación entre estos, lo que significa que hay formas de ser entre ellos. Estas formas de relacionarse debieran ser las que se recomiendan para el tipo de individuo que se pretende formar.

Esta situación que se tendría que revisar meticulosamente en sí cómo es que recomienda el método, la relación entre los profesores y los alumnos, e igualmente avanzar en esta parte en que la sociología y la psicología pueden apoyar a la teoría.

Por lo tanto puedo decir que la filosofía concebida de esta manera y con esos propósitos se conoce como metafísica y desde Platón hasta nuestros días ha sido, de una forma u otra, el área principal de la actividad filosófica tradicional. Esta persistencia de los problemas en la filosofía contrasta con la historia de los problemas en la ciencia. Mientras los científicos tienden a resolver sus problemas, los filósofos rara vez hacen lo mismo con los suyos. Los filósofos todavía trabajan sobre los problemas planteados por Platón.

Por eso durante el primer tercio de este siglo creció la convicción de que tal vez toda la empresa de la filosofía estaba concebida erróneamente. Se dijo que los científicos resolvían sus problemas porque éstos eran genuinos y porque tenían métodos eficientes, mientras que los filósofos, enmarañados en asuntos metafísicos, no resolvían los suyos porque no eran tales; eran seudoproblemas generados comúnmente por el uso inadecuado del lenguaje. Esta convicción produjo un replanteamiento radical del papel y los métodos de la empresa filosófica.

Ahora, el termino Teorizar es común, reflexionar sobre un problema o situación, e intentar dar una explicación o argumentar un supuesto, es posible, que se diga

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