Frases sobre la fuerza de las palabras
Enviado por visitata • 14 de Noviembre de 2012 • Trabajo • 1.609 Palabras (7 Páginas) • 555 Visitas
El poder de las palabras
Una palabra irresponsable: puede encender discordias y fuegos difíciles de apagar…
Una palabra cruel: puede arruinar y derribar todo lo que se había edificado en una vida…
Una palabra de resentimiento: puede matar a un apersona, como si le claváramos un cuchillo en el corazón...
Una palabra brutal: puede herir y hasta destruir la autoestima y la dignidad de una persona…
Una palabra amable: puede suavizar las cosas y modificar la actitud de otros…
Una palabra alegre: puede cambiar totalmente la fragancia y los colores de nuestro día…
Una palabra oportuna: puede aliviar la carga y traer luz a nuestra vida…
Una palabra de amor: puede sanar el corazón herido.
Porque las palabras tienen vida.
Son capaces de bendecir o maldecir, de edificar o derribar, de animar o abatir, de transmitir vida o muerte, de perdonar o condenar, de empujar al éxito o al fracaso, de aceptar o rechazar...
¿Cómo hablamos a los demás? ¿Qué les transmiten nuestras palabras?
¿Qué me digo a mí mismo? ¿Hacia dónde me conduce mi dialogo interno?
Jesús dijo: “Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado” Mateo 12:36-37
El Cirujano
Un famoso actor fue invitado una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación. Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos para la operación, el actor observaba todos sus movimientos. Parecía confiado, pero se le notaba un poco nervioso. Camino al quirófano, el actor se sorprendió al observar cómo el doctor se detenía un momento, e inclinaba la cabeza, para orar a Dios. Llegó el momento de la verdad el cirujano empezó su intervención. Era evidente que el cirujano estaba tranquilo, seguro de lo que tenía que hacer y sus manos se movían con agilidad y seguridad. Al terminar la intervención, el actor fue a felicitar al cirujano y aprovechó para preguntarle por qué oraba antes de entrar al quirófano. “Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad”, le dijo y el médico contestó: “Un cirujano es solamente un hombre”. “Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya". Son muchas las personas que piensan que tener el conocimiento y la formación necesaria, es suficiente para enfrentarse a la vida, pero en realidad lo importante no es tener conocimiento o inteligencia, sino tener sabiduría. Y sabiduría es ver las cosas como Dios las ve y vivir de acuerdo a ello.
“Un espíritu de verdadera humildad es indispensable para evitar las trampas del orgullo y de la soberbia. Estas cosas sólo traen graves problemas, ya que nos llevan a cometer errores que quizás jamás podremos solucionar y nos dejarán marcados para siempre, con un profundo dolor”
La Flor de la Honestidad
Cuenta una leyenda que por el año 250 A.C., vivía en China, un príncipe que estaba a punto de ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, antes de ser coronado, debía casarse. Sabiendo esto, decidió hacer un concurso entre las muchachas de la corte para ver quién podía ser digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y les lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio, escuchó los comentarios sobre los preparativos y sintió tristeza porque sabía que su joven hija tenía un profundo amor por el príncipe. Cuando llegó a casa, le contó a su hija los planes del príncipe y ella sin dudarlo le dijo que también quería participar en la prueba. La anciana no podía creerlo y le dijo: ¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura. La hija respondió: No, te preocupes querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe y con esto ya me conformo. Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las jóvenes más bellas del lugar, vestidas con sus mejores ropas y con las más brillantes joyas. Entonces, el príncipe anunció el desafío: Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será la escogida, se convertirá en mí esposa y futura emperatriz de China. La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: flores, costumbres, amistades,
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