Globalización.

Al hablar de la Globalización es hablar de una nueva realidad; ya no se refiere como anteriormente parecía ser a una realidad futura, sino a un presente más evolutivo o en proceso; es decir, que aunque bien, la globalización no es una realidad total si es una realidad en gran parte de las actividades humanas que rigen el modo de vida del grueso de la población.

Podemos encontrar un mundo globalizado en procesos económicos y en la creación de empresas como panoramas de interacción más amplia entre ellas.

La Homogenización de la población si bien no es un proceso propio de la globalización la cultura americana, es un modo de vida que este proceso ha permitido popularizar en las últimas décadas.

Si bien la globalización es un término utilizado hoy como lo fue ante 20 años a inicios de los años de los 90’s con la caída del muro de Berlín, y el crecimiento económico originado por el fin del socialismo; la perspectiva sobre el mismo ha generado diversas tendencias sobre el mismo, es decir, un mismo fenómeno debido a su amplitud ha sido generador de diversos puntos de vista dependiendo del lugar donde se esté.

Desde el punto de vista político-económico podemos encontrar que la globalización tiene sus grandes detractores, así como sus grandes defensores a muerte. En su grupo de detractores se localizan los globalifóbicos, término referido por Ernesto Zedillo Ponce de León a los manifestantes contra Foro Económico Mundial que se lleva a cabo en Davos, Suiza.

La práctica y la crisis económica apenas pasada nos ha enseñado que el libre mercado sin intervención del estado, es el primer paso para el caos, el ser humano no sabe regularse solo, por lo tanto, el gobierno no está para producir utilidades sino para mediar la repartición de la riqueza, y ayudar en la recaudación fiscal para el mejoramiento del nivel de vida de todo.

El mejor ejemplo de la evolución a la que está tendiendo la economía mundial, la encontramos en el comparativo de la Unión Europea y Estados Unidos de Norteamérica.

Este fenómeno inicia la apertura de las economías y las fronteras, como resultado del incremento de los intercambios comerciales, los movimientos de capitales, la circulación de las personas y las ideas, la difusión de la información, los conocimientos y las técnicas, y de un proceso de desregulación. Este proceso, tanto geográfico como sectorial, no es reciente, pero se ha acelerado en los últimos años.

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