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Hacia Una Periodización De La Filosofía En La América Latina*


Enviado por   •  3 de Mayo de 2012  •  5.022 Palabras (21 Páginas)  •  692 Visitas

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Hacia una periodización de la Filosofía en la América Latina*

El vasto territorio de la América Latina, ya se sabe, no es una mera suma de individualidades. La comunidad de historia y de situaciones ha hecho posible que, dentro de las inevitables particularidades, la evolución de Latinoamérica se presenta como una unidad de las ideas filosóficas y sociales que han florecido a lo largo de los cuatro siglos y tanto de su existencia desde la colonización.

En línea general, las tendencias filosóficas que se han arraigado en nuestro continente después del período pre-colombino, han sido, en gran medida, el producto de la influencia de las diferentes corrientes europeas que, con mayor o menor fuerza, se han hecho sentir en los diversos momentos de su historia. La similitud que obviamente aflora del análisis de esas diversas influencias permite delinear períodos y etapas comunes para el continente, visto éste en su conjunto.

A la hora de proponer una periodización de la filosofía, resulta oportuno precisar algunas cuestiones metodológicas generales, así como algunas particularidades propias de una periodización destinada al continente latinoamericano.

Lo primero que habría que destacar es que, independientemente de las muy variadas intensidades en el quehacer filosófico de nuestro continente, se constata, a lo largo de toda su historia, la existencia y la evolución de una vida filosófica. Sin esta condición, naturalmente, el propósito mismo de delinear una periodización carecería de sentido. La existencia de esa vida filosófica durante varios siglos está ampliamente demostrada por los innumerables —aunque insuficientes— estudios que se han llevado a cabo, sobre todo en lo que a países particulares y figuras cimeras se refiere. Por lo tanto no parece adecuado considerar, por ejemplo, al movimiento filosófico contemporáneo latinoamericano como producto de la actividad de ciertas figuras relevantes que adquirirían, entonces, la categoría de “fundadores”.

Es indiscutible que toda periodización envuelve innumerables problemas teóricos y metodológicos, para algunos de los cuales es oportuno intentar una respuesta adecuada, si es que el modelo (periodización) que se diseñe ha de corresponder debidamente al sistema que trata de representar. Sin duda hay importantes cuestiones conceptuales que deben quedar aclaradas desde un inicio.

El esbozo de una periodización de la filosofía es, en principio, la generalización teórica de un proceso evolutivo a través de la identificación de hitos más o menos precisos que han caracterizado ese devenir. Pero no se debe olvidar que la periodización no es sólo una generalización o el dibujo de un gran fresco sin una lógica interna bien definida. La determinación de períodos y etapas es, sobre todo, un instrumento de trabajo de carácter científico, cuya validez solamente se sostiene en tanto y cuando demuestre ese carácter científico. A través de ella se resaltan nódulos y momentos de cambio de viraje de cierta profundidad, cuyo significado en la vida social y del pensamiento está en gran medida determinado por la función ideológica que desempeñan dentro de la formación económico-social. Estos nódulos o hitos facilitan la comprensión del proceso a un nivel determinado de su esencialidad, lo que los diferencia de la simple enumeración histórica.

En consecuencia, es correcto afirmar que una periodización es un modelo científico que representa a un sistema determinado y que, por ello, resulta un instrumento valioso para la interpretación y comprensión de su objeto específico de estudio así como para su comprensión dentro de un todo más amplio al que pertenece y del que ha sido extraído, siguiendo las normas que el caso requiere, para un análisis más profundo. (En nuestro caso, las ideas filosóficas habría siempre que entenderlas, como ya se apuntó, dentro del conjunto de la formación económico-social de la que forma parte, y sin lo cual el grado de cientificidad susceptible de ser alcanzado mermaría considerablemente).

Es importante subrayar que toda periodización, al ser un esquema generalizador, tiene circunscrito su valor metodológico a ciertos niveles específicos de abstracción, es decir, a aquellos a los que corresponde y para cuya comprensión ha sido elaborado. Científicamente considerada no puede, pues, utilizarse para la interpretación definitiva de aspectos que corresponden a otro plazo o nivel de generalización.

Obviamente, una periodización o modelo es sólo válido para el sistema para el cual ha sido diseñado y no para ningún otro, y es sólo conformable, asimismo, dentro de un cierto nivel de generalización. Es decir, que una periodización de la filosofía para la América Latina puede que no se corresponda con la de un país específico. Esto es claramente constatable, por ejemplo, en el caso de Cuba, cuya evolución histórica y del pensamiento tiene peculiaridades muy propias, lo cual redunda también en la determinación de la función ideológica que determinada corriente ha desempeñado en un momento dado.

Una periodización, es bueno puntualizar, indica un nivel determinado, ya adquirido, de conocimiento de la realidad; lo cual implica, entre otras cosas: a) una comprensión global del sistema, que se presenta como un todo; b) la puesta al descubierto de las diversas funciones de los elementos que en ella operan; c) la consideración de la relación entre esos diversos elementos; d) la plasmación de una sistematización, o sea, de la representación ordenada de los elementos interdependientes de un sistema, imprescindible a la construcción lógica de toda ciencia, y e) una clarificación del tránsito de una etapa o período a otro, de forma tal que el devenir general de los períodos y la función que cada elemento desempeña dentro de ellos, no resulta el producto de una arbitrariedad ciega.

Por su propia naturaleza, la elaboración de una periodización pivotea sobre la unidad de lo lógico y lo histórico. En ello se pone al descubierto la estructura de una historia particular, a saber, en nuestro caso, la estructura de la historia de las ideas en la América Latina. La historia de las ideas en nuestro continente muestra, a su vez, un cierto orden, una regularidad, un devenir con una lógica interna, que la periodización propuesta debe poner al descubierto y resaltar, es decir, revelar la lógica interna del devenir (unidad de lo lógico y lo histórico) del objeto de estudio (la filosofía en Latinoamérica). Los cambios y modificaciones del objeto, así como el paso de un momento a otro dentro del sistema, obedecen a esta lógica interna dentro del objeto. De tal manera la filosofía, como sistema, se ve en su desarrollo real.

La periodización, al destacar la estructura y la lógica de ese desarrollo, lo hace

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