Heterodoxias

¿Qué son las Heterodoxias?

La idea principal del texto es mostrarnos las diferentes heterodoxias que hay, si bien son las diferentes opiniones que tenemos sobre alguna doctrina o campo religioso.

Cada uno de nosotros tenemos dos distintas tendencias:

Ortodoxia: una a la cual vemos como la tendencia en la que nosotros mismos podemos llegar a la aspiración a la identidad, nos hace que nos apegamos y creamos en las normas ya establecidas y a actuar como la mayoría lo hace. Es la conformación de las doctrinas.

Heterodoxia: es la exigencia del egoísmo, que es la diferencia individual, no es más que la firme diferencia de opinión y nos lleva a desmentir las convicciones vigentes. Es la inconformidad de las doctrinas.

Estas dos tendencias nos hacen que nos llevemos mejor como sociedad ya que una no podría estar sin que la otra estuviera, si solo viviéramos en la primera las cosas serían repetitivas y no habría cambio alguno.

Una vez instaladas las ortodoxias, surgen a su vez nuevas heterodoxias que las desmienten y que representan la vuelta a lo pasado, dos ejemplos claros son el marxismo y el psicoanálisis.

El conflicto entre la ortodoxia y heterodoxia, es inherente al funcionamiento mismo de la humanidad civilizada; pero sea como fuere las heterodoxias han sido más imprescindibles.

La heterodoxia religiosa

La disidencia religiosa el prototipo de toda heterodoxia. El ámbito de lo teológico no es una cuestión privada, sino un asunto de máxima importancia pública, un campo privilegiado de referencias de acuerdo con el cual los hombres se interrelacionan y se aúnan. Durante la mayor parte de las épocas históricas de la humanidad e incluso hoy, en nuestra era laica y agnóstica, que parece haber relegado el dogma religioso a lo íntimo o a lo irrelevante, incluso hoy la batalla teológica continua haciendo resonar sus clarines y entrechocando sus espadas en brega por seudónimos de dios de importancia social irrefutable, tales como la revolución, el orden, la libertad, el progreso, la justicia, la ciencia, etc. Detrás de toda creencia religiosa, detrás de cualquier forma de aquiescencia o de negación del mundo, administrando la piedad y dosificando el éxtasis, está siempre la iglesia. Es la encargada de convertir en dogma lo improbable y de apoyar en tal dogma la santificación de lo establecido. En todos los aspectos de la vida tiene que poner su sanción legitimadora y ¡ay de quien la rechace¡ interviene de manera menos cruenta pero igualmente autoritaria. Esta intolerancia no es exclusiva de la iglesia católica, sino más bien cualidad esencial de cualquier iglesia vigorosa.

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