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Hipótesis general: La inmanencia es todo aquello interior,


Enviado por   •  8 de Octubre de 2017  •  Ensayo  •  1.526 Palabras (7 Páginas)  •  170 Visitas

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Hipótesis general: La inmanencia es todo aquello interior, desde lo más pequeño, sumado experiencias, magnitudes existenciales, energías de los seres y lo compartido. Es decir del uno se forma la multiplicidad, siendo fuente de creación, critica de ideas y desarrollo.

Como base explicativa y marco teórico necesario para dar pie a una explicación de la hipótesis planteada, es necesario construir un esbozo sobre lo que constituye el concepto de inmanencia desde un punto de vista etimológico, entendiendo de esta manera, que el concepto de inmanencia, más allá de lo que constituyen las energías internas de un “ser”, se establece como un ente o carácter intrínseco de aquella actividad o acción realizada por el agente, que se da en él y que tiene en el mismo su propio fin, “permaneciendo”, en el interior de quien la ejecuta.

El concepto absoluto de inmanencia data de que en este caso no hay ningún tipo de relación con el exterior,  todo comienza, se desarrolla y se cumple en la pura interioridad del ser.  De esta manera se deriva  lo que constituye el concepto de acción inmanente, la cual representa todo aquello que brota del sujeto y termina en el mismo.  El caso de la inmanencia es el compuesto del alma y cuerpo, el acto cognoscitivo donde el acto de conocer es producido por la facultad intelectiva dela misma. La inmanencia absoluta coincide con la negación total de la transcendencia.

Sin embargo , por otro lado, y ya conceptualizando en mayor parte la inmanencia aplicada al estilo de filosofía Deleuziana, se describe el concepto de inmanencia mitigada, la cual sin perder la esencia de su significado, constituye una apertura al plano de la trascendencia, aceptando como parte de su entendimiento la correlación necesaria de la exteriorización del ser.  A partir de este pilar, lo inmanente no es asumido como un concepto cíclico y cerrado, al contrario, adquiere un sentido necesario de comunicabilidad con lo extrínseco.  Esto se ve reflejado en el texto “El arte de la inmanencia”: “Para Deleuze, el pensamiento actúa como un campo de fuerza o medio ambiente en el que todos ingresamos al momento de nacer, y del cual todos participamos a lo largo de nuestras vidas.”

Ahora bien, y partir de la pieza dos, la definición de episteme se relaciona que en base al consentimiento de los términos previamente explicados, aceptando lo asociado a la inmanencia como lo “interior” y lo relacionado con la trascendencia como lo “exterior”, se logra dar pie al desprendimiento del sentido psicológico y existencial de la inmanencia aplicada a la esencia humana, señalando así el sentido de co-dependencia entre la capacidad de interpretación y entendimiento como factores determinantes en la conformación del sujeto como ser univoco y a su vez pieza fundamental conformante de un contexto.

Como primer punto estipulado para el análisis, se logra establecer a la persona humana como un “ser” de inmanencia consciente.  El análisis psicológico de la personalidad se ve sustentado en que la persona se afirma a sí misma; constituyendo así una "toma de conciencia" de la individualidad propia y de la propia existencia. La esencia de la persona humana consiste precisamente en esta posibilidad de pensamiento, de interiorización sobre sí misma, realizar una abstracción frente al mundo exterior y aun así afirmarse a sí mismo como una individualidad. EI hombre permanece en sí mismo y esto es precisamente el primer cimiento de la base de la construcción de la personalidad. Relacionándose directamente con la pieza 1, que se refleja en la frase “Pienso luego existo”.

Los seres dotados de conciencia puramente sensitiva o determinados por su naturaleza poseen una afirmación débil del sentido de existencia, por lo cual, adquieren un sentido propio de individualidad al estar determinados por el mundo exterior y son incapaces de una verdadera concentración. EI hombre permanece en sí mismo y esto es precisamente el primer cimiento de la base de la construcción de la personalidad. Lo que se relaciona directamente con el texto “Las zonas de inmanencia” leído en clases: “Ahí el ser es univoco, es decir, que los seres tienen el mismo ser, en el sentido de cada uno efectúa su propia potencia en una proximidad inmediata con la causa primera, no hay causa remota: la roca la flor, el animal, el hombre cantan por igual la gloria de Dios en una especie de anarquía coronada.”

La inmanencia constituye al ser, permitiéndole al ser humano la posesión de la subjetividad de sí misma. Esta subjetividad constituye la barrera definitoria  de la interioridad. La subjetividad es irreductible, pues es el principal fundamento en la constitución del Yo. Renunciar a esta subjetividad es desnaturalizar la persona. La persona humana es esencialmente subjetiva y por ello es inmanente. Por la subjetividad personal nace en el ser otro tipo de subjetividad, que es la referencia de lo externo al “Yo”. EI ente personal interno tiene la tendencia a  centrarse contextualmente, y es por ello que se comunica la propia subjetividad, pues, pretendemos ver lo otro a través de nuestras propias reacciones. De ahí el antropocentrismo, que caracteriza toda la actividad humana, tanto perceptiva, como en el afectiva y moralmente. Cada sujeto se crea su propio mundo, del cual es el centro, y donde todo se va ubicando con relación al propio “Yo”. Así se comprende el egocentrismo, entendiéndose como  la tendencia natural hacia la inmanencia,  hacia la perfección del  ser. EI análisis de estos hechos psíquicos muestra evidentemente que la inmanencia está en el fundamento y en la raíz de la personalidad. Y esto se debe a la misma constitución del ser como ente unívoco. Unidad significa indivisión en sí y de la misma manera, división de lo amplio. Cuando se anula esta unidad y por lo tanto se transgrede el valor de inmanencia humana, se anula también el “Yo” en cuanto tal y por lo tanto  se anula el “verdadero” valor de la persona. Tanto el “Yo” como la conciencia son esencialmente individuales e intransferibles, pues  la personalidad y la inmanencia son inseparables.

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