Influencia Del Cristianismo En La Filosofia
Enviado por deyff • 14 de Enero de 2013 • 3.375 Palabras (14 Páginas) • 1.897 Visitas
Influencia del cristianismo en la filosofía
Se desarrollara un punto de vista con respecto a la influencia del cristianismo en la filosofía, en el cual la revelación cristiana aportará nuevos datos acerca de Dios, el hombre y su conducta, inalcanzables con el solo uso natural de las facultades humanas.
El cristianismo aparece en la historia, en la expresión sistemática de la filosofía de los genios griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles, por ellos la naturaleza humana había alcanzado una cumbre esplendorosa, los aportes de la cultura hebrea harán un incisión para enriquecer la filosofía griega, con la cual afinarían varios conceptos, como Dios, hombre, conducta humana, sentido social, etc., que van a ser enriquecidos con la Revelación cristiana, inalcanzable con el uso natural de las facultades humanas.
Estas nociones cristianas con constituyen propiamente una filosofía, ya que está nos adentra en el reino de lo abstracto, de las esencias puras, de las definiciones y de las causas supremas, por lo cual el cristianismo no es un sistema conceptual; es una norma de vida. Sin embargo, hay un mensaje escrito (la Biblia), a partir de allí han nacido una filosofía y una teología cristianas, que tratan de comprender el sentido profundo de este mensaje y esa cosmovisión.
Bien esto abre una nueva puerta para los filósofos griegos, quienes ennoblecieron los conceptos de Dios, el Hombre, la conducta humana y la conciencia comunitaria.
Filosofía y cristianismo
La filosofía cristiana ha planteado muchos problemas a lo largo de la historia del pensamiento. Modernamente ha sido objeto de diversas interpretaciones y hay unos que niegan rotundamente que tenga alguna validez y otros que declaran que es la única forma posible de hacer genuina filosofía.
Clemente de Alejandría y Orígenes se convirtieron en los fundadores de la filosofía cristiana. Ciertamente el término de filosofía cristiana ha planteado muchos problemas a lo largo de la historia del pensamiento. Modernamente ha sido objeto de diversas interpretaciones y hay unos que niegan rotundamente que tenga alguna validez y otros que declaran que es la única forma posible de hacer genuina filosofía.
Períodos de la filosofía cristiana
I. Período antiguo o de iniciación (siglos I al IV) Padres apostólicos (siglo I); pensadores cuya vida transcurrió en los tiempos apostólicos. Destaca San Clemente de Roma.
Padres de la Iglesia o Patrística (siglos II y IV); Con la excepción de San Agustín de Hipona (354–430), no crearon un sistema filosófico completo. El pensamiento agustiniano dominará toda la filosofía medieval hasta el siglo XIII, en que surgirá Tomás de Aquino:
a) Padres Apologistas (siglo II); destacan San Justino y Tertuliano. Defendieron al Cristianismo de los ataques paganos. Filosóficamente no tienen gran interés; en general, su postura frente a la filosofía pagana es adversa;
b) La escuela cristiana de Alejandría (siglos II y III); primeros intentos de exposición sistemática del pensamiento cristiano en términos filosóficos. Reivindicaron el cristianismo como la expresión más perfecta del pensamiento filosófico. Tuvo como fin ilustrar y formar a los cristianos y atraer a los gentiles a la fe cristiana. Destacan San Clemente de Alejandría y Orígenes. Postura conciliadora respecto de la filosofía;
c) Los capadocios (siglo IV); en su enseñanza cristiana manejan todo el instrumental de la filosofía griega. Destacan San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Nisa, originarios de Cesarea de Capadocia.
II. Período de transición (siglos V al VIII) Pseudo Dionisio: personaje anónimo, probablemente del siglo V; gozará de gran prestigio entre los escritores cristianos de los siglos VI y VII.
Boecio (hacia 480–525); traduce y comenta algunos libros del Organon aristotélico; el conocimiento que se tiene de Aristóteles en la Edad Media hasta el siglo XI se debe, fundamentalmente, a su aportación personal.
Beda el Venerable (siglos VI–VII).
San Isidoro de Sevilla (siglos VI–VII), quien funda una escuela para la formación del clero que actúa como foco de cultura para toda España; escribe las Etimológicas, obra de carácter enciclopédico muy consultada en la Edad Media.
III. Escolástica (siglos IX al XIV) Período de formación (siglos IX al XI); El renacimiento carolingio: hacia el año 800, Carlomagno funda una academia para la formación de los gobernantes que da lugar a un importante período de desarrollo cultural en el siglo IX:
Juan Escoto Erígena (primera mitad del siglo IX);
San Anselmo (1033–1109); importante filósofo, en particular por su «argumento ontológico» para la demostración de la existencia de Dios.
Período de desarrollo (siglo XII). El problema fundamental más tratado fue el de los universales:
a) la escuela de Chartres. Destaca Juan de Salisbury;
b) la escuela de San Víctor. Destaca Hugo de San Víctor.
Período de apogeo (siglo XIII):
a) Aristotelismo cristiano: recuperación del pensamiento aristotélico. Destacan San Alberto Magno (1206–1280) y Santo Tomás de Aquino (1224–1274);
b) Filosofía del franciscanismo: vuelta al agustinismo y platonismo. Destaca San Buenaventura (1221–1274) y Duns Scoto (1266-1308).
Decadencia (siglos XIV y XV):
Guillermo de Ockham (1290–1349).
La época alrededor de 1800 significa una pausa histórica, no sólo en la historia europea en general —desde la sangrienta Revolución francesa, pasando por las guerras napoleónicas, hasta el Congreso de Viena y la Restauración—, sino en particular también en la historia de la cultura: es un fin y un nuevo comienzo. La filosofía cristiana (católica) en su forma tradicional parece superada y casi totalmente barrida — por los seguidores del racionalista filósofo (católico) René Descartes que, intentando demostrar que la verdad existe en un mundo que se volvía escéptico, dejó de lado la fe y los sentimientos, marcando toda la filosofía moderna y contemporánea a favor o contra del racionalismo, así surge: la Ilustración, (el pastor cristiano pero no católico) Immanuel Kant, el Idealismo y el positivismo (hiper-racional o cientificista). Está como sumergida en un vacío intelectual y tiene que empezar de nuevo a encontrar su conexión con la vida cultural de la época. En esta situación se produce un nuevo despegue de orientaciones y enfoques metodológicos, adecuados a los hechos, en el pensamiento cristiano.
A fines del siglo XIX y en concreto durante el siglo XX una serie de pensadores cristianos impulsados por la carta encíclica Aeterni Patris
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