Inteligencia Emocional En El Trabajo
Enviado por Alinegrita • 3 de Abril de 2013 • 1.123 Palabras (5 Páginas) • 406 Visitas
“Si logras aceptar que la vida es difícil, difícil, difícil, entonces puedes empezar a disfrutarla”
BERTRAND RUSSELL
La vida es, lo queramos o no, ardua. Y lo es prácticamente siempre. Aun cuando todo funciona bien, constantemente buscamos ocupación. Y si no la encontramos, hallamos una forma de preocuparnos. Estar bregando forma parte, pues de nuestra naturaleza. Por tanto, el triunfo radica en alcanzar las labores más adecuadas y satisfactorias para uno.
Todos en algún momento, hemos considerado el trabajo un castigo. Pero el mundo da muchas vueltas y la tecnología sustituye, cada vez más, a la mano humana. Así, el trabajo pasa de ser algo impuesto e indeseado a ser algo cada vez más escaso y codiciado.
Aunque mucha gente cree que sería feliz si viviera siempre de vacaciones, quienes se han visto forzados a la ociosidad aseguran, a menudo, que pocas cosas hay más duras que sentirse inactivo o inútil. Deseamos ser eficaces, sentirnos absorbidos por lo que hacemos en cada momento, entregados por completo a una tarea. En esa implicación dinámica notamos el sentido de nuestra vida. Y cuando la vida tiene significado, ya no importa si es difícil. Simplemente nos sentimos conectados y parte de algo; autor realizados.
Pero a esta finalidad de la vida, como a la felicidad misma, no llegamos por un acto de voluntad. Y aunque cada persona ansía encontrar el sentido de su vida, no existe una formula general para dar con ello. Como dice Víctor Frankl, del mismo modo que tenemos sed y eso prueba que existe agua, todos anhelamos alcanzar por nosotros mismos un sentido, pero es tarea intransferible de cada uno lo que es para él la razón de su propia vida. Solo podemos aportar las circunstancias y permanecer receptivos.
Así pues, dar con una actividad que te llene, dando sentido a tu vida o te “auto realice”, es algo así como una carrera de orientación: tú haz de trazar el camino hacia la meta, nadie más que tú sabe por dónde te conviene ir, este libro nos aporta sugerencias para que paso a paso descubramos como.
Y al final sabremos que la obra de nuestro trabajo es la forma de comunicarnos, de expresarnos y de ser nosotros mismos, de auto realizarnos.
Las emociones generan sentimientos que surgen como reacción a un hecho externo o interno y sirven como mecanismo comunicativo afectando al pensamiento y a las acciones de la persona.
Entre las emociones más frecuentes en el trabajo, podemos encontrar: la satisfacción, el entusiasmo, la confianza, la alegría, el pesimismo, el enojo, la desesperación, el orgullo, el miedo, la decepción, la ansiedad, la preocupación, la frustración, la incertidumbre, la culpa, la tristeza y muchas otras.
Las emociones en sí, no son ni positivas ni negativas, depende del significado que se les adjudique. Los eventos tampoco tienen un significado emocional, es nuestra interpretación de ellos la que distorsiona frecuentemente la realidad. Manejar las emociones significa algo muy diferente a extinguirlas, implica entenderlas, regularlas y canalizarlas dirigiendo las situaciones a nuestro beneficio y el de la organización.
Es sumamente importante un manejo adecuado de las emociones ya que de lo contrario puede obstruirse la comunicación, se producen conflictos, se deterioran las relaciones interpersonales, lo que afecta al desempeño y baja el nivel de productividad en la organización.
El enojo, por ejemplo, en el contexto del trabajo es una experiencia que influye en la forma de pensar, de sentir y de actuar. Las investigaciones indican que los individuos que saben manejar el enojo en la empresa son mucho más exitosos que los que no saben hacerlo. Puede llegar a ser una emoción muy destructiva y crear el llamado “efecto
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