John Locke es uno de los grandes fundadores teóricos del liberalismo político y económico y es además el precursor del empirismo moderno.

Dimensión histórica:

John Locke es uno de los grandes fundadores teóricos del liberalismo político y económico y es además el precursor del empirismo moderno. Todas esas nuevas tendencias que dicho filósofo instituyo, dieron un cambio drástico a la realidad política, de su época. La doctrina económica imperante era el mercantilismo y el deseo expansionista del mismo y ésta, suponía un intervencionismo asfixiante del Estado en los procesos económicos. El exceso de normas para el control de la economía resultaba, a veces, letal para los intereses de la burguesía, cuyos miembros, en su mayoría puritana, veían cómo los reglamentos impedían la libre circulación de la mercancía y hacían decrecer sensiblemente sus beneficios en el exterior. Este corsé provocará el deseo de liberar la economía.

Locke propone una reformulación del modelo iusnaturalista planteado por Hobbes. Sus ideas, sirvieron de inspiración para las primeras declaraciones de los derechos humanos y para las primeras Constituciones modernas.

En la época que vivió Locke, se  caracteriza por grandes transformaciones en la sociedad británica y conflictos entre el parlamento y los reyes, que dieron lugar a dos guerras civiles.  Siguieron a esta época, distintas formas de gobierno como la república parlamentaria, hasta la restitución o "restauración" de la monarquía. En este lapso de tiempo, se presenta, entre otras situaciones; conflictos que se dan entre la religión y el pensamiento racional.

Así mismo, la muerte de Carlos II lleva al trono a Jacobo II, un acérrimo defensor del antiguo orden católico, que desafió frontalmente a la burguesía y acabó por desencadenar “la Revolución Gloriosa” 1688-89.

Esta revolución se produjo cuando el Parlamento logró que Guillermo de Orange y su esposa María regentaran a Inglaterra en noviembre de 1688. Este fue un rey protestante, el cual ganó su corona con el apoyo de los Whigs.  El Parlamento había puesto como condición a Guillermo la aceptación de la carta de la Declaración de Derechos (Bill of Rights), que limitaba el poder de los monarcas y garantizaba el derecho del Parlamento a elecciones libres y a legislar. Además, el rey no podía suspender al Parlamento ni imponer impuesto o mantener un ejército, sin la aprobación del mismo. También se aprobó La Ley de Tolerancia, por la cual se garantizaba la libertad de cultos.

Dimensión descriptiva:

Locke se ocupará teóricamente de la contradicción no resuelta entre, basar al Estado sobre el poder legislativo, sobre la base del Parlamento como defendía la burguesía y aquella otra posición sustentada por los realistas, que veían en el poder ejecutivo del monarca, la dirección del Estado. El propio Locke evolucionó de la segunda posición a la primera.

Fue en ese año de 1689 cuando Locke publica sus dos obras de filosofía política más importantes: Dos tratados sobre el gobierno civil, considerado, sobre todo el segundo, como la justificación teórica de la “Revolución Gloriosa” y un clásico del liberalismo y, en el terreno epistemológico, su obra más influyente el Ensayo sobre el entendimiento humano. Un par de años antes, Newton publicaba su Principia Matemática, en donde exponía su teoría mecanicista de la física.

La “Revolución Gloriosa” supuso, pues, el espaldarazo definitivo al Parlamento y el fin de la justificación divina de la monarquía absolutista, planteamientos estos que influyeron notablemente en las futuras revoluciones de Estados Unidos en 1776 y en la Revolución Francesa de 1789. Con ella se legitimaba una nueva estructura social basada en los derechos individuales, la libre acción económica y el interés privado, que sentaba las bases del capitalismo en Inglaterra.

Dimensión valorativa:

Locke incluye en la obra los tres valores, los cuales son, la igualdad, la libertad y el orden. Para dicho autor, la naturaleza puede considerarse como un orden creado y regulado por un Dios infinitamente sabio y la igualdad se convierte en el fundamento de “la obligación de amor reciproco entre los hombres, sobre la que construye los deberes que, tienen unos con otros y de los que derivan de las grandes máximas de la Justicia y la Caridad”. Con eso se refiere a que la igualdad no está basada en la capacidad de matar y ser matado, si no es una igualdad sustentada en que todos somos “hijos de Dios” y, por lo tanto, “hermanos”.

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