La Educación En Colombia: Victima De La Globalización

La Educación en Colombia: Victima de la Globalización

La educación en Colombia siempre ha sido transgredida por los impactos y decisiones económico-políticas a nivel internacional. Para nadie es un secreto que los gobiernos desde el año 1990 firmaron acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial con el propósito de mejorar las condiciones socioeconómicas del país, ante la gran crisis financiera y los problemas sociales que en el momento asechaban a la nación. Desde entonces Colombia ha tenido que ceder a las condiciones que estas organizaciones le han impuesto: reducción en los gastos públicos, privatización en los servicios públicos, cambio en las leyes de seguridad social al igual que en las políticas educativas. Esto conlleva a cuestionar los efectos de la globalización en el contexto educativo nacional. La actual política educativa impuesta desde el Ministerio de Educación Nacional (MEN) es aquella que se centra en la formación por competencias. Este concepto traído desde un campo muy ajeno al de la educación y que sin embargo se formo dentro del seno de la lingüística con la teoría chomskiana, pero luego fue llevado a los campos de los mercados laborales, de ahí que se empiece a hablar que es una persona hábil para una u otra actividad.

Este ensayo tiene como propósito revisar como las políticas educativas de Colombia han sido modificadas a la luz de las intenciones de las organizaciones internacionales, y de esta manera mostrar que tan inconvenientes han sido para la calidad educativa, teniendo en cuenta los últimos informes de las pruebas PISA del año 2012. Inicialmente se abordara las críticas desarrolladas por Bourdieu, las cuales son esenciales para comprender el fenómeno de la globalización y sus implicaciones con las políticas educativas y culturales en Latinoamérica y por lo tanto en Colombia. Seguido a este análisis se hará una contextualización de la educación colombiana y las reformas alrededor de las políticas que impulsan a una educación instrumentalizada y laboral. En un último momento, y en vista de los anteriores análisis se podrán deducir cuales son las implicaciones de las competencias como eje formador de ciudadanos que sean capaces de enfrentarse a las exigencias y retos de los mercados laborales del ahora en el mundo. Con esto se podrá esbozar un poco las graves consecuencias de la razón instrumental que impone el mercado y la economía internacional por medio de las dinámicas que se dan a través de las políticas de “bienestar” en el mundo.

Pierre Bourdieu, pensó en la globalización como el peor de los momentos al que el mundo puede estar llegando, ya que implica el poder por parte de un grupo económico poderoso, representado en una minoría sobre aquellos estados subdesarrollados que aun se encuentran en un estado de desigualdad social y poca producción a nivel económico, social y político: “No supone una homogeneización en el acceso a la tecnología o al mercado mundializado sino la influencia de un pequeño número de naciones dominantes sobre el conjunto de los mercados financieros nacionales.” (Álvarez, 2005, p. 123).

Sobre este juicio, se puede interpretar que el pensamiento bourdesiano tiene una posición bastante radical frente a las dinámicas de las grandes naciones que están detrás de sus intereses particulares y que aparentan una gran preocupación por aquellas otras que se encuentran en un gran potencial de desarrollo y de recursos económicos.

Bajo esta palabra se esconde una política que pretende universalizarlos intereses particulares y la tradición política y económica de las potencias dominantes, especialmente la de EE.UU. y extender un modelo económico y cultural que favorece exclusivamente a dichas potencias y que aparece como deber ser, como norma a la que adherirse o resignarse. (Álvarez, 2008, p. 123)

Por otro lado, Canclini reconoce que en la globalización se lleva a cabo este tipo de imperialismo ya que “la influencia del país dominante sobre las instituciones políticas y los medios de información de la sociedad subordinada apoyaban esa dependencia económica sin necesidad de ocupación militar y control político directo” (Canclini, 2000, p. 5)

Consecuentemente con esto se puede reconocer que no se está tan lejos de esta situación tan abrumadora, ya que significaría un atentado contra las democracias y desarrollo independiente de los países que aun se encuentran en una vía de desarrollo.

Colombia no es

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