La Estética De Hegel

La estética de Hegel, Walter Biemel, Universidad de colonia

“El arte es una aparición sensible de la idea” planteamiento del cual se desprenden una serie de cuestionamientos como: ¿Qué significa aparición sensible? ¿Qué es idea? ¿Qué clase de aparición es ésta en la que la misma idea puede aparecer? ¿De qué modo puede manifestarse la idea en el terreno sensible?

Sabemos que el arte no puede competir con la naturaleza ni vencerla, si ésta es una imitación. Hegel nos dice que el arte no debe imitar a la naturaleza, pero que debemos saber el significado de lo que es real y saber que es real, pues muchos diremos que lo real es aquello que podemos ver, escuchar, tocar.

Ante esto, Hegel reflexionó algo distinto, pues para él lo real es lo que nos libera de la aparición sensible, pero hay una aparente contradicción, pues por una parte Hegel planteó el arte como una aparición sensible de la idea y por otra parte dice que el arte debe ayudarnos a deshacernos de la apariencia sensible.

Precisamente en la medida en que el sujeto es un sujeto pensante, determinado por el espíritu, debe superar la esfera animal de la sensibilidad y del deseo. El sujeto realiza esta superación cuando deja de considerar como realidad a las cosas inmediatamente dadas. Esto es precisamente lo que tiene lugar en la obra de arte.

Tomemos como ejemplo una manzana, cuando la vemos en una obra de arte, está representada y no nos da ese deseo de comerla, abandonando esa naturaleza animal, pues como apariencia que es, nos sepa de la realidad inmediata de la cosa y nos ofrece un nuevo aspecto de ella.

Ésta una apariencia que no manifiesta su carácter de tal, sino más bien lo contrario, quiere dar la impresión de ser la verdadera realidad.

Kant nos dice: "Lejos de ser una pura apariencia, las manifestaciones del arte poseen una realidad superior y una existencia más verdadera que la realidad ordinaria.” Esto gracias a que el elemento sensible, en la obra de arte, no limita al arte a la realidad ordinaria sino, que al contrario, descubriendo el carácter de apariencia de la sensibilidad, eleva al arte por encima de la realidad.

La escultura representa para Hegel el arte objetivo perfecto. La arquitectura es aún un arte demasiado ligado a la exteriorización; la pintura, la música y la poesía son, por otra parte, formas interiorizadas. En la escultura el espíritu encuentra su forma objetiva pero no llega aún a reconocerse como espíritu, a adueñarse reflexivamente de esta manifestación, a ver en ella que es él quien se manifiesta. El camino hacia el conocimiento de uno mismo se realiza en las artes de la interioridad.

En Grecia, como hemos visto, el arte es la manifestación más adecuada a la idea porque en esta época la idea es aún una idea particular. Hegel considera que en esta época la función del arte está ya superada. Pero estas obras

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