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La Garduna


Enviado por   •  23 de Febrero de 2015  •  892 Palabras (4 Páginas)  •  189 Visitas

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La Garduña

El secreto mejor guardado de la inquisición. La garduña fue una sociedad secreta española cuya existencia se prolongó durante varios siglos.

La reconquista española es uno de esos periodos históricos en los que la confusión y la visceralidad a flor de piel hacen posibles cosas que en otros tiempos más ordenados hubieran sido impensables.

Los orígenes reales de la garduña como fuerza ubicada no se remonta mucho más allá de la época de los reyes católicos, quienes en el siglo xv emprendieron su cruzada contra los últimos reductos de influencia musulmana en la península Ibérica. Era una época en que la balanza de poder variaba, y si bien nobles y señores feudales estaban perdiendo grandes porciones de su poder, lo cierto es que aún no se había desarrollado adecuadamente una nueva oligarquía que ocupase su lugar, por lo que existía en determinados ámbitos un claro vacío de poder que permitió a la Garduña actuar en muchos lugares casi con total impunidad.

Aliados de la inquisición

En estos casos particulares era donde entraba en juego la Garduña, cuya actividad de aquellos días podríamos compararla a la del Ku Klux Klan, esto es, una sociedad secreta esencialmente de carácter racista encargada de la persecución ilegal de los ciudadanos por razones xenófobas. Otro de los elementos fundamentales del folclore garduño era la historia de Apolinario, un ermitaño que según la leyenda habitaba en un remoto rincón de Sierra Morena dedicado únicamente al culto a la virgen y a la recolección de las hierbas con las que se sustentaba.

Licencia para matar

Los miembros de la garduña situaban el nacimiento de su sociedad secreta en un mandato de la virgen María en persona, dado a conocer a través de un hombre santo que recibió de tan alto poder en mandato de reconquistar la península Ibérica y de acabar con el mayor número de mahometanos. Una vez finalizada la reconquista, la Garduña se convirtió en un lastre engorroso para las autoridades. La ciudad de Sevilla, en la que el grupo había alcanzado una notable implantación, se convirtió en la sede principal del movimiento, y la Garduña se dio así misma una constitución confidencial y unos estatutos fundacionales con los que tomó forma definitiva de sociedad secreta.

Otro de los grados inferiores de la Garduña estaba constituido por las llamadas “coberteras”, prostitutas que el grupo empleaba en multitud de tareas de apoyo e información. Los “fuelles”, hombres de cierta edad, de apariencia respetable y frecuentadores de la iglesia, eran los encargados de la gestión del botín. Los “floreadores” constituían la fuerza del choque para el grupo para aquellos trabajos en los que la fuerza física resultaba fundamental.

El liderazgo supremo de varias de estas pequeñas bandas o de una banda de cierta entidad recaía en los reconocidos como maestros. Como cualquier

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