La Muchedumbre
Enviado por kevinospino • 27 de Febrero de 2014 • 1.102 Palabras (5 Páginas) • 387 Visitas
El liderazgo y la vocación humanista
Rafael Ortega.
Cada vez menos personas se interesan hoy por el estudio de las humanidades. Es una lástima, pues la evidencia sugiere que una sólida formación humanista ha producido líderes en multitud de campos. Opinión de Rafael Ortega Ryberg.*
El estudio de las humanidades parece estar en crisis. Hace cincuenta años, en el mundo desarrollado cerca de un 14% de las personas se graduaban de la universidad en el campo de las humanidades. En el presente, este porcentaje se ha disminuido a menos de la mitad. En una columna reciente del New York Times, David Brooks sugiere que este declive se debe no solo un mercado laboral difícil en el que quizás una educación enfocada en Negocios o Ingeniería tiene mayores ventajas, sino que también se debe a los humanistas han perdido la fe en su propia empresa.
La misión y el trabajo de las humanidades consisten en cultivar nuestra esencia como seres humanos. La sabiduría, la integridad, el compromiso, el valor, y la capacidad para preocuparnos por los demás no son una descripción de nuestro currículo. Se refieren a nuestro espíritu, a nuestra esencia. Para aquellos de nosotros que hemos tenido el privilegio de contar con profesores en el campo de las humanidades que creen y viven su vocación, su influencia positiva nos transforma y perdura por el resto de nuestras vidas.
En el pasado mes de Junio, en un esfuerzo por revertir estas tendencias, la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos publicó un reporte llamado “The Heart of the Matter”, fortaleciendo el caso a favor del estudio de las humanidades y las ciencias sociales en general. El reporte se enfoca no solo en las competencias que el estudio de las humanidades desarrolla en nosotros, tales como el pensamiento creativo y la capacidad para escribir, sino también en sus efectos en nuestro interior, tales como la profundidad espiritual y la integridad. Si bien su impacto se verá en el tiempo, este trabajo ha llamado la atención en diferentes frentes y probablemente ejercerá una gran influencia. Por otra parte, en un artículo recientemente publicado por Korn/Ferry Briefings, Glenn Rifkin sugiere que independientemente de cuál sea nuestro campo en el ámbito técnico y profesional, la formación en humanidades es esencial no solo para contar con una educación integral, sino para nuestro desarrollo como líderes.
En un blog del año 2011 de la Universidad de Harvard, Tony Golsby-Smith, fundador y CEO de Second Road, se lamenta del foco de la educación para enseñar a los estudiantes a controlar, predecir y verificar la información. Sugiere que las personas que han sido entrenadas en el campo de las humanidades cuentan con la capacidad para aplicar nuevas formas de pensar acerca de problemas difíciles que no pueden ser analizados de una manera convencional. Sugiere además que la formación en humanidades tiene un impacto sobre el desarrollo de competencias tales como al manejo de la ambigüedad y la complejidad, el pensamiento innovador y las habilidades de comunicación. Por otra parte, las personas con formación humanista tienden a mantener una relación con el aprendizaje permanente y la curiosidad a lo largo de sus vidas.
“Las humanidades nos dan perspectiva”, como menciona Joanne Ciulla, profesora de Liderazgo y Ética, y una de las fundadoras del Jepson School of Leadership Studies de la Universidad de Richmond en Virginia. Mientras que el enfoque
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