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La Participación De Los jóvenes En La Escuela Secundaria: Una Mirada Desde La Filosofía Política ,a Los Centros De Estudiantes


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2014  •  2.530 Palabras (11 Páginas)  •  334 Visitas

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Titulo

La participación de los jóvenes en la escuela secundaria: Una mirada desde la Filosofía Política ,a los Centros de Estudiantes

Tema

la participación de los jóvenes en los Centros de Estudiantes en la Escuela Secundaria

Palabras claves

Jóvenes- Participación- Saber- Poder- Cultura- Escuela- Responsabilidad- Tiempo

Razones de la elección

Las prácticas intensivas del último año del Profesorado de Psicología ofreció a los estudiantes una mirada debeladora de los marcos teóricos abordados en el cursado de la carrera. La posición del estudiante-docente-practicante ofreció una mirada casi objetiva de las culturas institucionales y el entramado cultural juvenil que en ella se despliega

El mes de setiembre mostraba una escuela más activa, más participativa, mas dinámica: eran los jóvenes en movimiento ,motivados por la semana estudiantil.

Este “hacer escolar” ,casi ritual ofrecía una nueva cotidianeidad :la participación masiva .

Sobre esta realidad se funda el presente ensayo

Metodología

Dado que el abordaje es desde la Filosofía Política se apeló a los relatos juveniles ,del cual surgieron conceptualizaciones dadas por los jovenes, las que fueron contrastadas con el marco teórico proporcionado desde la Cátedra de Filosofía Política del Profesorado en Psicología

Propósito

Abordar las dinámicas de los centros de estudiantes en la escuela secundarias, a la luz de la Filosofía Política ,para esbozar algunas propuestas que ayuden a sostener en el tiempo la participación de los jóvenes.-

La cuestión de los jóvenes y su participación es un tema que interpeló a las sociedades humanas independientemente de sus tiempos .Sucede que la juventud convoca varios asuntos importantes para las sociedades: el vinculo con los nuevos y con lo nuevo, la mortalidad, las temporalidades heterogéneas, y el poder entre las generaciones .No es casualidad entonces que todos los grandes filósofos y escritores se hayan referido a ella , así, por ejemplo, Aristóteles se quejaba de los jóvenes de su tiempo porque solo hacían caso a “la voz de sus pasiones” y por eso no podía confiárseles la política ni las lecciones importantes (1) ,parecería, entonces, que esta referencia despectiva a “esta juventud de ahora “ como bien lo señalo Maria Zambrano (2) en un hermoso texto de 1964, viene ya de lejos .-

La actualidad del Nivel Secundario arroja varias crisis para atender y entender, en un contexto nada fácil para la escuela , el cual da cuenta de una justa expansión de matrícula , por un lado, pero que nos interpela por los escasos recursos teóricos que colaboran en la definición de la participación de los jóvenes en este nivel escolar que les es propio, lo cual lleva a por lo menos, mostrarnos una escuela secundaria casi inexperta para albergar esta juventud de ahora que transita sus pupitres ,exponiendo nuevas configuraciones estudiantiles con las que antiguas formaciones (entiéndase sus docentes) no están pudiendo congeniar ,aun .

Las escuelas secundarias están llenas de frases que remedan la expresión “esta juventud de ahora” ,solemos escuchar que “son jóvenes abúlicos, desinteresados, pasatistas, irrespetuosos” o “menos participativos” y con” menos inquietudes” que aquello que los adultos creemos recordar que fuimos en nuestro tránsito juvenil.

En estos territorios, en los de la cultura así experimentada por la sociedad y de la cual los actores escolares no están exentos, la juventud parecería ser que es un “estado”, no una etapa de transición, ni un proceso de metamorfosis. De ahí ,creemos nosotras, el choque principal, en términos culturales entre los diferentes discursos sociales en torno a los jóvenes.

Con excepciones, el Estado, la familia y la escuela siguen pensando a la juventud como una categoría de tránsito entre un estado y otro, como una etapa de preparación para lo que sí vale la juventud como futuro,mientras que, para los jóvenes, su ser y su hacer en el mundo está anclado en el presente, que dicho está de paso, fue finamente captado por el mercado, relegando en esta importante lectura al Estado, la familia y la escuela.

El joven que circula, transita,y va forjando trayectorias en la escuela secundaria tiene ,entre otras ,una característica común en sus respuestas ,cual es :el desgano.

¿El desgano de los jóvenes no es motivado por la exclusión de éstos en la toma de decisiones , o es inherente a la condición de ser joven? Se repite en los jóvenes del secundario la afirmación de no ser escuchados, ni reconocidos, ni tomados sensatamente en cuenta, lo que se intenta remediar con diversas promesas cuando se los necesita, ya sea para una clase, una iniciativa institucional, la conformación de un Centro de Estudiantes, etc, con lo cual los canales de participación existentes son considerados –aun por ellos mismos- como ficcionales, como un lugar en donde perderán su tiempo.

Concretamente, no encuentran lugares en los que merezca la pena participar, o por lo menos participar con continuidad en el tiempo, fuera de lo planificado calendáricamente ,de allí que la efervescencia participativa de la primavera en torno a las semanas de las escuelas, sea un hito en el calendario escolar juvenil, en ella -la semana- diseñan, opinan, proponen y exigen, en ella se organizan, se constituyen, se corporativizan, en ellas son ellos y ellas con voz, con más o menos votos, pero ellos, jóvenes pensantes, curiosamente racionalizadores, grandes economistas, descollantes artistas, expertos interlocutores y mediadores. En ese tiempo se apropian ,se inmiscuyen y sienten a la escuela su espacio y tiempo, a sabiendas que de ellos depende la búsqueda de esa felicidad devenida de la participación .

¿Cómo es entonces que llega a persistir el desgano? Pasadas las semanas entre recuerdos y cansancios acumulados vuelven a transitar sus escuelas nuevamente con este sentimiento, con la sensación de no ser tomados en cuenta con anterioridad, no como consecuencia de un debate a partir de un diálogo con los adultos en el que sus ideas o proyectos no aparezcan como factibles, sino por una cruel relación de poder.

Los jóvenes pretenden que su participación se traduzca en cambios efectivos en

la realidad, y esto deviene ya que siempre que se les solicita participar rememoran promesas incumplidas y la sensación de carencia de ideas que vayan más allá de la voluntad de poder, ocasionando en ellos un desgaste.

Otra de las características que se devino en el trabajo fueron las sugerencias que los jóvenes hacen, así aparece con fuerza una

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