La angustia según distintos pensadores

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Trabajo Práctico

Tema de elección: La Angustia

LA ANGUSTIA

           Se conoce como angustia a un temor o miedo con característica longitudinal y estable que atraviesa todas las etapas históricas del sujeto. El concepto de angustia deriva etimológicamente en las lenguas germánicas de los términos angst (miedo o malestar) y eng (angosto). En las lenguas latinas su raíz proviene de angormás (angostura) y denota un malestar. Su naturaleza obedece a un estado afectivo secundario de pesar y malestar donde su aparición inicialmente se da por una reacción ante un potencial de riezgo que se mantiene presente en la vida social de la persona.

DIFERENTES POSTURAS SOBRE LA ANGUSTIA

 En relación  con el desarrollo de este tema kierkargariadno, Strongman explica que la angustia surge  como resultado de la auto-reflexión del ego.  En diversas ocasiones, las emociones como el miedo coinciden en la formación de cierto  tipo de personalidad (Strongman, 1996).

Según M. Heidegger la angustia debe ser comprendida como un estado de doble carácter. Mientras por un lado se hunde de todo apoyo y apego en el territorio por el otro, deja al sujeto clavado y anclado en el vacío; así, existe entre el miedo y la angustia un relación constante. En este autor, la angustia surge cuando el “dasein”(término que en alemán combina las palabras «ser» y «ahí», significando «existencia». El sentido literal de la palabra Da-sein es 'ser-ahí) se encuentra con la nada y decide en su libertad continuar existiendo. Mientras la angustia está limitada por lo que viene y se manifiesta en el ser hacía-fuera, el miedo surge del accionar específico de los otros en mí, hacia-dentro. En este sentido, aclara que mientras el miedo se funda a sí mismo en un objeto determinado (miedo-a o miedo-de) por estímulo directo externo sobre el Dasein, la angustia se caracteriza por una constante indeterminación (angustia-por) hacia fuera. (Heidegger, 1997).

Para S. Freud existe una distinción conceptual entre la angustia realista, neurótica y social:

• La angustia realista se refiere a la generada por peligros o riesgos externos al sujeto mientras, a diferencia la segunda se origina en amenazas pulsionales internas derivadas de la represión o la energía transmitida.
• La angustia social se caracteriza por ser un estado de la conciencia moral de la sociedad en la que las identificaciones parentales y culturales orientadas por el Superyó arremeten contra el Yo el cual se esfuerza por alcanzar cierto ideal.
• El sujeto cae en una “neurosis de angustia” cuando se vuelve incapaz de reequilibrar la excitación sexual endógena. Por otro lado, la situación traumática es resultado del “desvalimiento del yo” por acumulación de deseos insatisfechos  (Freud, 1996).

Al respecto, escribe J.P. Sartre que el hombre que en su libertad de elección se ve comprometido con su propia existencia se encuentra vinculado a un sentimiento de angustia. Asimismo, ella no es propia inacción sino que surge de la responsabilidad por la decisión que se ha tomado.  Como ejemplo a el pensamiento de Sartre, se puede ver que, un  jefe militar si toma la responsabilidad de atacar tiene a su cargo una cantidad de soldados de quienes depende su vida, de la interpretación de una persona que ejerce la jefatura surge la angustia ya que enfrentan una cantidad de alternativas pero sólo una puede tomar. La angustia nace de la jerarquía pero descansa en la obediencia. hasta el punto de que Sartre llega a declarar que el hombre es angustia. (Sartre, 1997: 18)

LA ANGUSTIA Y EL MIEDO

Una diferencia fundamental entre miedo y angustia es que el primero despierta sólo cuando se encuentra frente a un riesgo que evaluativamente se relaciona con el daño o supuesto daño que la realidad nos puede infligir, mientras que la angustia adquiere un carácter más difuso, no es por ningún motivo concreto, ni de ningún objeto externo, es miedo de uno mismo, de nuestras decisiones, de las consecuencias de nuestras decisiones.

     Podría parecer que la angustia, como el miedo tienen algo en común  ante la elección de una posibilidad, que lleva al quietismo o la inacción, pero, señala Sartre, esto no es así, al contrario: la angustia es solo una expresión o condición de la acción humana, si no tuviésemos que elegir no nos sentiríamos responsables ni tendríamos angustia.

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