La búsqueda De La Libertad Como Sentido De La Vida
Enviado por nothingbuthis • 26 de Agosto de 2013 • 961 Palabras (4 Páginas) • 381 Visitas
Cuando nos proponemos iniciar el cuestionamiento sobre el sentido de la vida es fácil intuir que incluso para la tarea de dicha elección de sentido estamos inmersos en un marco de posibilidades del cual hacemos uso de la voluntad (definiremos voluntad como el poder de decisión, el ‘sí’ o el ‘no’).
Esto deja entrever que la búsqueda de la libertad como sentido de la vida sería absurda porque –y así lo señaló Japers- ya la hemos encontrado, o más bien, la tenemos con sólo hacer uso de la duda.
“O la libertad no es nada, o ya está en la pregunta que formulo sobre ella. Pero que ella pregunte como voluntad originaria de ser libre anticipa ya este ser libre en el hecho mismo de preguntar.” (Karl Jaspers)
Podemos pensar, entonces, que somos libres por el solo hecho de cuestionárnoslo. Pero estaríamos aislándonos del mundo en el que vivimos, como aislando una reacción de una acción.
Para comprender la búsqueda de la libertad como sentido de la vida es necesario definir, antes que todo, el concepto de libertad. Con respecto a esto, Spinoza ya señalaba desde mucho antes que aquellos que se creen libres son ignorantes de las causas que determinan dicha “libertad”. Pone el ejemplo del borracho que cree ser dueño de su voluntad al hablar, ignorando que ello es causa del alcohol.
La libertad puede ser definida, como muchos otros conceptos “abstractos”, desde el punto de partida de la contraposición con su opuesto. Aquello que no es libre, sabemos que tiene normas, principios o leyes. Y aquellas leyes fijas o que no podemos cambiar son las “leyes de la naturaleza”, que por su característica caen en la definición de “necesarias” (todo lo que no puede ser de otra manera).
Complementando a Spinoza y su postulado determinista (Determinismo: doctrina que une todo efecto a sus antecedentes o causas) podemos recalcar que es imposible huir de aquello que es necesario. Pero es el hombre el único, que al ser la excepción pensante de la naturaleza, se puede dar cuenta de ello si se lo propone. Es así como existe el necio, quien ignora lo anterior, y el sabio, quien lo aprecia y acepta. Aquel que es sabio puede llamarse “libre”. Esto es porque la voluntad está regida a la capacidad de conocimiento de las necesidades. Y mientras más conozcamos sobre el mundo exterior, mejor podremos decidir sobre nosotros mismos (“voluntad”). A modo de ejemplo, conociendo la ley de gravedad, sabremos delimitar o ampliar nuestra “libertad” en cuanto comprendamos, así mismo, desde que altura podemos caer para salir ilesos.
Se dice, por lo tanto, que la libertad del hombre es una “libertad determinada” o una “libertad condicionada”, lo que no significa que por determinada sea menos libre, entendiendo por ello (y asumiendo lo ya dicho) que somos seres que podemos usar la voluntad para adquirir sabiduría e ir liberándonos de la ignorancia.
Por otra parte, podemos identificar que no todos hemos usado
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