La diferencia entre la desesperanza y la pro actividad
Enviado por rodrigoreiman • 8 de Febrero de 2012 • Informe • 543 Palabras (3 Páginas) • 719 Visitas
ADAPTARSE, NO RESIGNARSE
Hoy en día estamos expuestos a una infinidad de situaciones adversas, algunas nos parecen infranqueables y otras manejables, pero, ¿Qué nos permite ver nuestras posibilidades de enfrentamiento desde uno u otro punto de vista?, ¿Qué hace la diferencia entre la desesperanza y la pro actividad?, ¿Qué podemos o debemos hacer?, ¿Adaptarnos o resignarnos?
Según el diccionario de la real academia española, resignarse es: Conformarse, tolerar, ponerse en las manos o la voluntad de otros. Y adaptarse es: Acomodarse, avenirse a diversas circunstancias o condiciones.
Si bien tienen significados distintos, este parece muy sutil y con frecuencia se usan como si implicaran lo mismo. Pero lo que hace la verdadera diferencia es lo estática de la primera, en contraposición con la invitación a la acción de la segunda. Pensemos en un ejemplo concreto; muchos de ustedes recordaran o habrán escuchado de la tragedia de los andes, que ocurrió en 1972, donde un avión con 47 pasajeros, en su mayoría jóvenes rugbistas Uruguayos que no sobrepasaban los 21 años, se estrello en nuestra cordillera; veinte murieron al momento del accidente, luego se produjo un alud que mato a ocho, tres mas fallecieron a raíz de la heridas y el debilitamiento finalmente solo sobrevivieron solo 16, los que fueron rescatados gracias a que dos de ellos decidieron emprender una búsqueda de zonas pobladas caminata que duro diez días, hasta que dieron con un arriero que aviso de su increíble sobrevivencia.
La pregunta es ¿ellos se adaptaron o se resignaron a la situación en extremo traumática y adversa que estaban viviendo? Yo creo que ellos son un ejemplo de adaptación, es decir se acomodaron a una circunstancia extrema, con la finalidad de sobrevivir, no bajaron los brazos, ni dejaron de luchar aceptando pasivamente un destino impuesto; es mas, estaban dispuestos a morir pero no sin antes tener la convicción absoluta de que hicieron todo lo que estaba en sus manos para cambiar un desenlace que parecía inminente e inevitable.
Dieciséis de ellos lo lograron y son el vivo testimonio vivo de la capacidad de adaptación del ser humano, lograron permanecer 71 días a 5.000 metros de altitud y con 30 grados bajo cero, lidiando con la angustia, desesperación, la incertidumbre, con el dolor de ver morir a sus seres queridos y tener que recurrir incluso a comer restos humanos; la carne de sus mismos compañeros a quienes amaron y cuidaron.
Que distinta seria esta historia, si los rugbistas se hubieran resignado ante las circunstancias victimizándose, conformándose y transformándose en simples espectadores de su tragedia como marionetas que no tienen capacidad de reacción propia. Por esto adaptarse no es lo mismo que resignarse y fuera de lo extremo que puede resultar este ejemplo, a nosotros mismos en nuestro cotidiano vivir se nos presentan distintos desafíos, donde debemos optar por
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