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La doctrina de Hobbes de ética


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2014  •  Ensayo  •  390 Palabras (2 Páginas)  •  540 Visitas

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Durante los siglos XVII y XVIII, la discusión sobre la Ética estuvo determinada en Inglaterra por la actitud extrema de Hobbes, quien planteó dos preguntas radicales: ¿hasta qué punto la naturaleza del hombre está socialmente orientada, de modo que le sea natural vivir en armonía con otros? y ¿son las facultades racionales o irracionales de la naturaleza humana fuentes de normas morales? Hobbes, materialista y determinista, afirmó que el hombre por su naturaleza es radicalmente ególatra, y que lo bueno o lo malo no son más que el placer o el dolor que el hombre busca o evita instintivamente. Por ello, puede considerarse que en la doctrina de Hobbes se rechaza expresamente la ética, al exponer cómo se comportan de hecho los hombres, no cómo deberían comportarse. A pesar de ello, los filósofos morales ingleses se dedicaron durante más de cien años en refutar a Hobbes. R. Cudworth, intentó reducir al absurdo la doctrina de Hobbes. También J. Locke polemizó con Hobbes al considerar que las normas morales pueden ser conocidas intuitivamente por la razón, del mismo modo que las verdades matemáticas. Locke, sin embargo, aceptó al mismo tiempo de Hobbes la equiparación entre lo bueno y lo que produce placer, y entre lo malo y lo que produce dolor, e intentó conciliar esta concepción con la doctrina de la cognoscibilidad de las normas morales, hasta afirmar que el hombre califica como moralmente buenas o moralmente malas aquellas acciones a las que Dios, como legislador supremo, ha asociado placer o dolor. R. Cumberland fue el primer autor en llamar la atención sobre el bien común como norma moral suprema y A. A. C. Shaftesbury argumentó contra el egoísmo de Hobbes afirmando que también el amor y la misericordia son inclinaciones naturales que todo hombre descubre si mira a su corazón. El análisis de Shaftesbury culminó con el argumento de que los intereses privados y el bien propio colaboran con el bien común, y no lo destruyen como pretendía Hobbes. Su discípulo, F. Hutcheson, defendió que los juicios morales surgían de un sentido moral que se manifiesta como reflexión sobre las acciones, cuyo motivo es propiamente una bondad natural de benevolencia (benevolence). J. Butler argumentó también contra el hedonismo de Hobbes afirmando que el placer es un producto secundario de las acciones, que de suyo no están orientadas hacia el placer.

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