La educación homérica
Enviado por zeroqk13 • 10 de Octubre de 2014 • Ensayo • 1.664 Palabras (7 Páginas) • 288 Visitas
La educación homérica.
El estudio de instituciones, normativas y formas de organización de la educación, es decir, de cómo cada sociedad o Estado ha abordado la instrucción de los súbditos para fines concretos, es ilustrativo acerca de las estrechas relaciones que guardan una moral más o menos promovida oficialmente, un régimen político y un modo de plantearse la educación. Así, ética o moral, política y educación son tres elementos que se relacionan y definen un contenido histórico determinado, una época o período. La historia, en lo que se refiere a los contenidos que la constituyen, a las formas concretas que va adoptando, muestra que la educación posee innegables elementos políticos y morales. A cada estructuración concreta corresponde morales y pedagogía concretas. Es más, incluso el hecho de ver o no la necesidad de un saber pedagógico diferenciado ya es histórico y constatamos que no siempre ha ocurrido así. En teóricos como Platón, la educación forma parte de la política en la obra República y en el caso de Aristóteles, por ejemplo, tampoco se escinde claramente lo educativo de la política, ambos tratados en su obra Política.
Hay vestigios de lo que podríamos considerar escuelas en la antigua Mesopotamia, pero responden, lógicamente, al carácter fuertemente aristocrático y estamental de las primeras civilizaciones de ciudades estado entre el Tigris y el Éufrates. En realidad, son lugares donde un escriba-maestro y sus ayudantes transmitían el arte de la escritura fundamentalmente a alumnos que se formaban para pertenecer a una élite vinculada a la realeza, la de los escribas, que constituían, ya digo, un grupo de gran influencia y prestigio en aquellas sociedades, como en el antiguo Egipto. Estas primitivas escuelas impartían a grupos de alumnos jóvenes sentados en grandes bancos, por tanto, la enseñanza de la escritura. Además, había lecciones que dictaba el maestro y parece que se debatía sobre los temas tratados. La disciplina era durísima e incluía, como fue normal en toda la antigüedad, el castigo físico. Se conservan hoy restos de tablillas de cerámica de ejercicios escolares que eran grabados en la arcilla fresca. La escritura fue un enorme y singular avance tecnológico y cultural, que resultaba costoso de aprender y al que tenían acceso en las primeras civilizaciones tan sólo unos pocos. Parece que su utilidad era grande en la administración y necesidades organizativas y económicas de los antiguos reinos-ciudades. Fundamentalmente, la escritura era un instrumento del poder que era controlado por y para el poder. Pronto se grabaron las leyes y regulaciones, así como acuerdos comerciales o tratados de paz. Demostró una utilísima eficacia y seguramente contribuyó a afianzar a los distintos gobernantes o regímenes políticos, siempre de corte aristocrático, guerrero y autoritario. Así, enseñar a escribir era una actividad estrechamente vinculada con la política oficial y se organizó primitivamente para ello.
Este viejo tipo de instrucción basado en el escriba y la escritura no llegó a Grecia hasta muy tarde. Las primeras sociedades de la Grecia arcaica eran reinos con un rey rodeado de una aristocracia de guerreros que será la que marque el carácter de la cultura y los ideales perseguidos en la educación. La figura mitológica del centauro Quirón representaba un saber enciclopédico volcado a una sabiduría práctica, del saber manejarse bien en la vida. En la Ilíada aparecen ya personajes más realistas como Fénix, maestro de Aquiles. Es el modelo del viejo preceptor que ha criado y asistido al niño noble desde pequeño, cuidándolo y proporcionándole el saber necesario para destacar en las asambleas y en la guerra, donde el hombre noble buscaba la fama. El ideal era ser un buen orador y un realizador de hazañas, o sea, “un orador y guerrero, capaz de corresponder a su soberano tanto en el terreno político como en el militar” (p. 25). En la Odisea esto aparece de forma parecida con Atenea instruyendo a Telémaco bajo la apariencia de Mentes o de Mentor. “Advertimos así, en los orígenes mismos de la civilización griega, un tipo de educación claramente definido: en el que el joven noble recibía consejos y ejemplos de un adulto al que había sido confiado para su formación” (p. 25).
En la educación homérica, señala el historiador Marrou en su excelente obra sobre la educación en la Antigüedad que estamos siguiendo, que había un doble factor. Por un lado se inculcaba una técnica, entendiendo esto como iniciación en un estilo de vida. Y por otro lado, se inculcaba un ideal o una moral que apuntaba a algo por realizar, a un cierto ideal de existencia. En este segundo aspecto, Marrou desarrolla el ideal caballeresco homérico que, en la medida en que Homero siempre estuve presente en la educación antigua como textos canónicos en la enseñanza, pervivió todo el tiempo. Homero fue, según Platón, el educador de toda Grecia, cosa que ya había hecho notar Jenófanes en el siglo VI a. C. Aunque el predominio de la obra de Homero
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