La importancia de la ética en la contabilidad

La contabilidad es una profesión donde la ética es un rasgo característico del carácter del profesional y es necesaria para ofrecer confianza, confidencialidad, colaboración para todas las organizaciones para crear confianza, confidencialidad, colaboración en los stakeholder de las instituciones. Una vez que se pierde uno u otro de estos aspectos, es muy difícil recuperarlos nuevamente. La ética es la transparencia pública en las cuestiones contables y financieras, la ética fundamental que hace frente a las cuestiones contables y financieras es mantener estos asuntos de manera confidencial. Un ambiente ético fomenta la colaboración con honestidad y el intercambio de ideas para las buenas decisiones. Los valores para un comportamiento ético son no engañar y decir la verdad.

Es tal la importancia de la ética en las cuestiones contables y financieras, que los países a través de los Institutos, sociedades, colegios, asociaciones, consejos etc requieren que los miembros de la contabilidad conozcan, sigan y apliquen un código de conducta profesional.

El ejercicio de la profesión contable se debe orientar hacia lo que se debe hacer no porque lo diga la norma sino como fruto de una reflexión profunda y ponderada, es decir existe la responsabilidad ética que consiste en la adquisición y actualización del conocimiento especializado antes de ofrecer los servicios profesionales y servir al publico de la mejor manera posible.

La actitud no ética, las decisiones contrarias a la ética; Fraude, malversación, falsa información, evasión de impuestos siempre traerá inconvenientes o indignaciones pequeñas hasta escándalos personales; en su imagen y en su profesión, sociales; en su cultura corporativa y en el good will y know how empresariales o institucionales o hasta la bancarrota de estas.

En su obra “fundamentación de la metafísica de las costumbres” Emmanuel Kant afirmaba que en el mundo no es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, A no ser tan solo una buena voluntad. Continuaba Todo “talento” del espíritu corre el riesgo de convertirse en “malo” y “dañino” si la voluntad no es buena pues considera que la buena voluntad lo es independiente de los fines que se persigan; es buena solo por el querer, siendo buena por sí misma. La buena actuación no se piensa, sino que surge natural como un hábito.

Un contador debe ser prudente, tener una buena formación teórico-técnica, equidad al juzgar, equilibrio interior, imparcialidad, capacidad para tomar decisiones oportunas y sensatez al considerar los problemas que se le plantean para resolver, prudencia profesional para luchar contra la negligencia y la inconsistencia.

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